Riera, aquí está el homenaje de tus colegas. Foto: tomada del perfil de Facebook de Odalys Oriol Miranda.
No se permitiría el periódico donde trabajó Roberto Riera Villar durante 40 años o más, editarse sin que en él aflore el recuerdo póstumo a uno de sus más reconocidos periodistas.
La noticia de su muerte me sorprendió de manera abrupta la mañana de este martes, cuando trabajaba para la red social Facebook. Aún sin saber el porqué del deceso, la conmoción fue mayor porque imaginaba a Riera con mucha más permanencia en este mundo.
Ahora mismo la memoria se resiste a la remembranza luctuosa, solemne, para despedir al compañero y jefe de los momentos difíciles, cuando apenas me inclinaba al apasionante ejercicio de esta profesión.
Riera no fue un hombre de mi generación, lo cual tampoco lo eximió para compartir tareas, proyectos, bromas… a la usanza de los jóvenes y su manera de cabalgar la vida.
Soy testigo de su hablar pausado pero elocuente para transmitir sus ideas. Los que lo conocimos de cerca sabemos que ello no guardaba relación con la inmensa cuota de apasionamiento y ebullición interna que no siempre trascendía.
En cierta reunión de los viernes, Roberto Riera usó de la palabra. Perfilaba su discurso, meditaba cada palabra, cada frase. Ser exacto era entonces su máxima. Hasta que un colega, ágil de mente además, le sugirió: “Ya sabemos el epígrafe, marcaste el sumario, pero, por favor, acaba de poner el título”. Su buen carácter le permitió asimilar la broma, y a mí, por su fineza, recordarla siempre.
Qué más decir del camarada con quien compartí mi primera cobertura de prensa, lejos del ámbito citadino, y que sin muchas contemplaciones me dijo: “Mañana te presentas con el trabajo ya redactado”. Toda una lección que hoy todavía me ilumina.
¿Qué más decir del colega Roberto Riera Villar? Quizás, la mayor verdad sea que aquellos interesados en conocerle profundamente, lo hagan ahora asomados a su obra periodística. Él también forma parte, para siempre, de los anales de Girón.
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