Una larga historia de respeto y admiración mutuos, el socialismo como bandera, importantes lazos históricos y las cada vez más sólidas relaciones comerciales unen a los pueblos de China y Cuba. Sin embargo, esta historia de afectos le debe mucho al líder histórico de la Revolución Cubana.
La nuestra fue la primera nación latinoamericana en establecer relaciones diplomáticas con China, el 28 de septiembre de 1960.
“En aquel año de Revolución naciente, el 2 de septiembre, el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, hizo expreso el propósito del gobierno revolucionario de comenzar el camino de doble vía que es la cooperación y la fraternidad entre dos pueblos. Al pie de la figura de José Martí en la histórica Plaza, el Comandante en Jefe preguntó a los miles de cubanos que allí se dieron cita si estaban de acuerdo con establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China. Entonces allí, escenario donde se han librado múltiples batallas, se escuchó un sí de multitudes acompañado de un mar de manos en alto». Así lo resumía hace tres años el sitio web de la Presidencia en ocasión de conmemorarse las primeras seis décadas del establecimiento de dichas relaciones diplomáticas.
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A lo largo de esos años Fidel visitó China en dos oportunidades, en 1995 y en 2003, ocasiones que de conjunto a la sostenida cooperación bilateral y las relaciones diplomáticas contribuyeron al fortalecimiento de estos lazos de hermandad.
“No se limitaron nuestras conversaciones a temas bilaterales y al desarrollo ulterior de nuestros vínculos económicos, científicos y culturales. Fueron abordados con sumo interés, confianza y comprensión mutua los más importantes temas internacionales”, afirmó Fidel al referirse a la segunda visita en 2003.
Precisamente, por su impronta, por su pensamiento y acción en el ámbito político nacional e internacional, el profesor Chang Fuliang, decano de la Facultad de Estudios Hispánicos y Portugueses de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing, insiste en ponderar la importancia de profundizar en la divulgación del pensamiento del Comandante en Jefe en el gigante asiático.
“Fidel Castro constituye un célebre modelo para los comunistas, con características únicas de las cuales tenemos muchísimo por aprender, entre ellas su espíritu de revolucionario y proletario persistente, así como de su firme aspiración al comunismo y liberación de todos los pueblos trabajadores del mundo. También me impresionan mucho la firmeza de sus ideales, creo que es algo que merece reconocimiento, recordemos que fue un comunista cabal, orientado por los principios del marxismo, lo cual se demuestra en su marcha sin vacilación en el camino socialista y en su esfuerzo perpetuo por los intereses del pueblo trabajador”, declaró a Girón.
El destacado estudioso, referente de la enseñanza y la investigación de la filología hispánica en ese hermano país, reafirmó también la valentía, la inteligencia y la transparencia del líder histórico de la Revolución, artífice fundamental de la construcción de un sistema sanitario, educativo y cívico de referencia mundial, a pesar de las estrecheces económicas.
“Fidel siempre apostó a la expansión del comunismo en el mundo y su pensamiento sin dudas ha tenido una influencia directa o indirecta en muchos de los procesos progresistas de América Latina, incluso más allá de sus fronteras. Pienso por tanto, que por la dignidad demostrada al frente del gobierno cubano, por el respeto hacia el pueblo trabajador, por el enfrentamiento oportuno al capitalismo y a la hegemonía imperial y también por su actuar político y su retórica, merece ser mucho más estudiado en China”, concluyó.