Que los jóvenes se interesen cada vez menos en participar en los espacios de debate y control político es una problemática global que Cuba no puede darse el lujo de permitirse.
Nuestro sistema se sostiene sobre la base del poder popular y la participación ciudadana en la toma de decisiones bajo la directriz del Gobierno y el Partido, quienes a su vez se nutren precisamente de nuestras organizaciones estudiantiles.
Sobre este complejo tema conversamos con Gabriela Vizo Luna, la joven presidente de la FEEM en el municipio Cárdenas, quien nos compartió sus opiniones a partir de su experiencia como militante y líder estudiantil.
¿Cuándo y por qué motivos comienzas a militar activamente en la FEEM?
«Desde que terminamos la secundaria pasamos a integrar la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y para asumir responsabilidades en la misma no necesariamente hay que pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), aunque ambas organizaciones busquen potenciarse entre sí.
«En mi caso, comencé mis estudios en el preuniversitario José Smith Comas. Primero asumí el cargo de activista de comunicación del centro, luego fui electa como vicepresidenta de la FEEM del municipio y, al graduarse el presidente en funciones, yo asumo su responsabilidad. Este año fui reelecta nuevamente en la asamblea municipal con el 100% de los votos.
«Mi interés por integrar activamente las filas de la organización es de representar al resto de estudiantes y sus intereses en el marco que sea necesario. Además de recuperar muchos de los espacios culturales y deportivos que teníamos los jóvenes y que se perdieron ante la desidia».
¿Qué te aporta la organización?
«Numerosas experiencias en muchos aspectos, tanto personales como en cuestiones organizativas. Realmente nunca imaginé que tendría la capacidad para dirigir a más de 3 000 estudiantes, que así de primeras parecen pocos, pero en la práctica son una responsabilidad enorme.
«No veo la presidencia de la FEEM como un mérito personal ni mucho menos, para mí es un reto y una responsabilidad con el resto de estudiantes. Aunque está de más decir que cuento con el apoyo de otras organizaciones como la propia Dirección de Educación Municipal, la UJC y el Partido.
«Es cierto también que todo no ha sido trabajo, también he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas maravillosas, visitar disímiles lugares y forjar amistades. Además de lograr entender el funcionamiento interno de mi escuela y ponerlo al servicio de los intereses y preocupaciones de mis compañeros».
¿Cómo funciona la organización que preside? ¿Y cuánta autonomía tienen los estudiantes?
«Definir la dinámica de poder es complicado. Nosotros decidimos qué hacer, pero que se concreten las propuestas depende de que lo apruebe la Dirección de Educación, la UJC y el Partido. O sea, podemos decidir sobre las actividades y somos nosotros los que proponemos, pero al final todo pasa por una negociación entre las partes.
«Está el caso de algunos profesores que no ven, o no entienden, el valor y la importancia que posee una organización estudiantil como la FEEM. Por ejemplo, se molestan cuando los estudiantes que pertenecen al secretariado municipal o al secretariado de la escuela faltan a las clases, aunque sea en contadas ocasiones y siempre nos pongamos al día.
«Ese tipo de actitudes nos afectan bastante, porque limitan nuestras capacidades y desmotivan al resto de compañeros a integrarse de forma activa a la organización. Si al final lo que vas es a terminar buscándote problemas con los maestros y de paso corres el riesgo de ver afectado tu índice académico, la decisión más lógica es no integrarte y punto.
«Es cierto que la FEEM es una responsabilidad extra que hay que saber llevar a la par con el estudio y, de hecho, es uno de los requisitos para integrar nuestras filas.
«Hay que empezar a ver a la organización como lo que es, una responsabilidad enorme con el resto del estudiantado y con la escuela, no una actividad más, un simple cargo decorativo o una forma de obtener privilegios».
¿Cuánto incide la dirección de la FEEM en la vida escolar?
«La incidencia que tiene la organización en la escuela depende del funcionamiento del secretariado de cada centro docente. Precisamente una de nuestras principales tareas es lograr que se trabaje lo mejor posible.
«Nosotros debemos participar en cada uno de los procesos que se desarrollen, desde aprobar el calendario de pruebas hasta decidir qué actividades tendrán más impacto o serán más provechosas para nuestros compañeros.
«Para poder lograr este nivel de vínculo hay que primero conocer muy bien a los estudiantes a los que uno representa y en segundo lugar ganarse el respeto de los profesores y las autoridades. Es algo que lleva trabajo y que no se logra de un día para otro.
«Pero yo considero que en Cárdenas sí hemos cambiado para bien el funcionamiento de nuestras escuelas. Dejando el tema recursos a un lado, hemos organizado la Copa FEEM, sacamos adelante el Festival Cultural con la nada despreciable cifra de 15 números culturales y nos hemos integrado en la toma de decisiones referentes a lo académico. Esto a su vez nos ha garantizado poder de convocatoria para las actividades políticas».
¿Qué crees que deba cambiar en el funcionamiento de la organización?
«Actualmente vivimos una realidad en la que los jóvenes muestran poco interés en la participación política y es algo que hemos hecho notar en más de una ocasión desde el secretariado municipal de Cárdenas.
«Creemos que hace falta una mayor preparación política e ideológica y que esta se debe lograr, sin caer en el tedio, mediante el debate y el diálogo sin imposiciones ni dogmatismos.
«Necesitamos intercambiar experiencias y opiniones con jóvenes que formen parte de la vanguardia política, profesional, científica, cultural y deportiva del país, para que se genere ese sentimiento de complicidad generacional, que nos motive a ser mejores estudiantes y nos muestre cuánto podemos hacer para cambiar nuestras comunidades.
«Para que la FEEM cumpla su objetivo hay que dotarla de mayor libertad para decidir y hacer. Tenemos que acabar con las dinámicas de tutelaje. Los profesores y el resto de organizaciones deben entender que tenemos responsabilidades para con ellos y viceversa, pero que hacia el interior de las escuelas se nos debe tener en cuenta para cada decisión que se tome.
«Otro aspecto importante es acabar con esa barrera que existe entre los preuniversitarios y los centros politécnicos, y que muchos profesores y padres refuerzan sin entender el daño que hacen. Cualquier acción que contribuya a desunir debe ser combatida hasta el final, ya que juntos podemos lograr más.
«Mientras más real sea el poder de nuestra organización, más legitimidad tendremos ante nuestros compañeros y la sociedad en general. Ese es el camino a seguir que nos permitirá volver a integrar al estudiantado y recuperar el poder de convocatoria e influencia».