En medio de la tranquilidad de la Academia Provincial de Remos y rodeados de las aguas varaderenses, el equipo juvenil de karate en Matanzas desarrolla un trabajo sostenido que respalda los resultados de los últimos años y no deja de mirar hacia el futuro inmediato.
Aunque no cuentan con las condiciones ideales, la dinámica de la escuela se ajusta a las pretensiones del equipo y de su entrenador principal, Pablo Rafael Ponce Rivero, quien expresa: “Optamos por permanecer aquí, pues es una institución pequeña y tenemos más tiempo de brindar atención a los alumnos, sobre todo desde el punto de vista disciplinario y de la interacción dentro de la beca, que obviamente es más compleja cuando coexisten muchas personas.
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“Es cierto que el colchón que tenemos es pequeño, prácticamente un colchón de tránsito, pero ganamos en el entorno; tenemos la arena, la playa y toda la tranquilidad que brinda este ambiente, así como las pesas, que nos permiten trabajar en dos sesiones de entrenamiento, temprano en la mañana y por las tardes”.
Integrar los ocho primeros lugares del país, es uno de los orgullos de este equipo, que en el último certamen no lograron mantener el cuarto puesto alcanzado en el 2019, ciclo que se vio interrumpido por la pandemia.
“Fueron dos años sin entrenar y no pudimos sostener los mismos resultados, pero ahora, que permanece el mismo equipo, estamos enfocados en mejorar. Una de las ventajas que poseemos es que no hay deserciones a este nivel, y esa estabilidad brinda la confianza para llegar a donde queremos”.
Comenzar la práctica a corta edad es uno de los requerimientos para el proceso de captación y la atención en la base, forma parte de las estrategias que permiten el seguimiento a los talentos de cada municipio.
“En el caso de las niñas siempre hacemos trabajos especiales. Conversamos, les mostramos videos, fotos de karatecas que son campeones, sobre todo féminas, y así pueden comprobar que es una disciplina muy buena para ellas, pues las prepara en defensa personal y también influye positivamente en la feminidad.
“Se trata de un deporte de mucha concentración y tranquilidad. Asimismo, la preparación psicológica contribuye a su percepción de aspectos esenciales en la vida y el desarrollo de las relaciones interpersonales.
“El karate es una filosofía de comportamiento que incide directamente en la disciplina desde el saludo inicial, una de las acciones fundamentales del proceso, que es la base del respeto al sensei, al dojo, a sus compañeros y al deporte en sí mismo. El objetivo es que sean personas de bien”.
Las tardes de estos jóvenes, que sueñan con integrar el equipo nacional, transcurren en el improvisado gimnasio, entre las katas de los diferentes estilos. De los más sobresalientes destacan Katiel Ratquelly Hernández Cruz, medallista de plata de los Juegos Escolares el pasado año y de perspectiva inmediata, y Alejandro Melgares Bolaños, medallista de bronce en la competencia fundamental, quien anteriormente en la categoría escolar alcanzó la única dorada del equipo.
Destacan también Liz Lauren Matos Herrera, quien es perspectiva inmediata y participó en varios eventos recientes con buenos resultados; además, es visible la evolución y talento de Carlos Alberto Ramírez González y del capitán del equipo, Jonathan Zamora Díaz.
El objetivo inmediato es la Copa Élite, la cual se desarrollará en marzo, poniendo especial atención a los principales rivales de Matanzas, donde sobresalen La Habana, Villa Clara, Santiago de Cuba y Cienfuegos.
Para superarse en el 2023, los karatecas matanceros realizarán un tope de preparación los días 18 y 19 de febrero en el principal balneario cubano y enfrentarán a las provincias Mayabeque, Artemisa, la capital cubana y Ciego de Ávila. (Foto: Raúl Navarro González)