Humo azul: compartir la experiencia del tabaco cubano

Humo azul: compartir la experiencia del tabaco cubano

Los miembros del Club de Habanos Humo Azul, se sitúan alrededor de la mesa. Los dependientes colocan los recipientes con frutos secos y los trozos de chocolate, y da inicio al ritual del maridaje. El disfrute de un buen tabaco cubano, inicia desde el propio corte. Se sujeta el puro con firmeza y se introduce su cabeza en la guillotina. Siempre con sumo cuidado de mantenerlo lo más recto posible, para evitar cortarlo en ángulo. 

Encenderlo es un proceso vital, que debe realizarse con precisión y elegancia. La fuerza de la llama es una cuestión en debate, pero es necesaria una consistencia. El tabaco debe colocarse en un ángulo de cuarenta y cinco grados, justo por encima del fuego, ya que acercarlo demasiado podría chamuscarlo y arruinar el sabor.

El puro se balancea por encima de la llama para que todo el pie se queme de manera uniforme. Luego se degusta, sosteniendo el humo dentro de la boca por unos segundos, para que el aroma y el sabor invadan nuestro paladar, y finalmente se expulsa despacio, en un auténtico acto de placer. 

El habano sommelier, Kevin Ronald Merino López, fundó el club junto a un grupo de amigos el pasado 18 de junio y acumulan cuatro encuentros hasta la fecha. El objetivo, además de compartir e intercambiar experiencias, es el de difundir la cultura del tabaco y su correcto consumo. 

Las actividades del club se financian por sus propios medios pero no descartan atraer patrocinios de empresas y marcas para llegar a un público más amplio y sumar integrantes. El Carpebar ha sido elegido como punto de encuentro por debido a que su oferta gastronómica y de bebidas es adecuada a las necesidades del maridaje, además de que la ubicación de la terraza permite el disfrutar el tabaco sin incomodar al resto de clientes. 

Fumar tabacos cubanos es una experiencia sensorial, cuyo punto máximo solo se alcanza si se conoce bien las propiedades de cada marca. Los puros degustados aquella tarde tenían un sabor fuerte, con notas amaderas y picantes, una mezcla de café con tueste oscuro, tierra húmerda, cacao amargo, cuero, clavo, pimienta negra y regaliz.

Cada cual acompaña su puro con la bebida que prefiera, pero para Kevin es esencial dividirlo en tres tercios, en el primero recomienda frutos secos  y un ron de siete a diez años de añejo, preferiblemete cubano y en el último un buen café o un chocolate: La cuestión es lograr un equilibrio, aunque cada cual debe personalizar su experiencia en base a su paladar. 

El ritual de maridaje dura hasta que la ceniza se apaga. Momento en el que se comparte las impresiones sobre el tabaco y los sabores percibidos. Incluso horas después, de que los miembros del del Club de Habanos Humo Azul dejaran el lugar, la terraza conservaba un indrescriptible aroma a Cuba.  

Recomendado para usted

Foto del avatar

Sobre el autor: Boris Luis Alonso Pérez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *