¿Qué rol cumple la Derivada de la Frecuencia en Matanzas?

Alejandro Rodríguez, director de la Empresa Eléctrica, explicó que en Matanzas hay solo ocho circuitos con el equipamiento para implementar la conexión de la Derivada de la Frecuencia Fotos: Raúl Navarro

Durante la última caída del Sistema Electroenergético Nacional (SEN), la implementación de la Derivada de la Frecuencia en Matanzas posibilitó algo más que tener varios circuitos inhabitualmente encendidos: redujo el impacto de un blackout más prolongado.

A este tema que ha generado múltiples inquietudes entre los matanceros y exacerbado los ánimos en las redes sociales se acerca Periódico Girón, que entrevistó a Alejandro Rodríguez Azpeitía, director de la Empresa Eléctrica de Matanzas.

-¿Qué es una derivada de frecuencia y cuál es su función?

“Hay dos formas de proteger al SEN ante una caída: El Disparo Automático de Frecuencia (DAF) o la Derivada de la Frecuencia.

“La carga y la generación deben ir unidas. Si sacas generación tienes que hacer lo mismo con la carga. Cuando para una planta abruptamente sale del sistema una cantidad de generación importante, por eso la manera que hay de compensar esta situación es que existan protecciones que logren disparar, o sea, apagar los circuitos automáticamente.

“La más común y la que estaba implementada en Matanzas es el DAF, el cual al bajar la frecuencia permite que los circuitos se disparen en un tiempo determinado. Por su parte, la Derivada de la Frecuencia no cesa el valor de esta, sino la velocidad de caída de la frecuencia. Hoy coexisten las dos formas de protección del SEN en el territorio”.

-¿Por qué escoger estos circuitos para la Derivada y no otros? ¿Deben tener condiciones específicas para implementar este sistema?

“El Despacho Nacional implementa esta medida en todas las provincias y otorga cuotas de megavatios (MW) por cada una para que la Derivada de la Frecuencia proteja al SEN. Al territorio le fueron asignados 10 MW que hay que encender obligatoriamente.

“En Matanzas hay solo ocho circuitos con el equipamiento (relé de proyección denominado P 143) que permiten implementar la conexión de la Derivada de la Frecuencia: cuatro en la subestación de El Cocal y cuatro en la subestación de Cárdenas 110-13”.

“Los ocho circuitos que tienen esa posibilidad suman 30 MW. Se podían haber escogido dos que sumaran 10 MW y dejarlos encendidos siempre, pero no encontramos justa esa decisión si tenemos otros que cumplen los requisitos. Por eso formamos tres bloques e inicialmente íbamos a darles tres horas de corriente contra seis de apagón.

“Ahora no ocurre de esta manera porque el país va diciendo qué nivel de protección necesita. En la actualidad de esos 10 MW solo nos asignaron 4 MW, lo que da una rotación de tres horas con corriente por nueve de apagón”.

-¿Afectan estos 10 MW al resto de los circuitos de la provincia?

Esos 10 MW (ahora 4 MW) que se encienden no se les quita a otros circuitos, el país se los resta al máximo apagable de la provincia. Quitar la Derivada de la Frecuencia en Matanzas significaría que van a sumar 10 MW a nuestro máximo apagable y la situación sería más crítica. Así, los circuitos que en ese momento amanecieron en 30 horas de apagón amanecerían en 35 horas”.

-Si es funcional la Derivada de la Frecuencia, ¿entonces por qué colapsó el SEN?

“Esta alternativa jugó un rol fundamental en atenuar la compleja situación de la provincia durante el último colapso del SEN.

“¿Qué pasó durante el blackout?: que no estaba completa la Derivada de la Frecuencia. Es decir, la cantidad de MW que estaba de servicio no fue capaz de suplir la salida; pero después de que entró la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras, y volvió a salir, de no haber tenido implementada esta opción, hubiera existido un segundo blackout. Por lo tanto, es beneficioso contar con esta posibilidad en el territorio”.

-La situación es compleja en Matanzas, como en el resto del país, ¿podría explicar cómo se establece la rotación de los circuitos en el territorio a partir del máximo apagable de la provincia?

“El máximo apagable de la provincia para el horario pico son 146 MW, pero en días como el 16 de septiembre llegamos a 180 MW y en estas circunstancias debemos apagar lo que no está dentro de ese máximo apagable, entre los que se encuentran circuitos de la Derivada de la Frecuencia, y otros declarados como segundas alimentaciones de los hospitales.

“En estos momentos existen circuitos con un promedio de entre 19 y 21 horas de apagón contra dos horas de corriente, lo cual varía en función de lo que el Despacho Nacional asigna.

“En cuanto a los servicios vitales para la población, como el bombeo de agua, se encuentran con corriente Bello, El Conde, y aquellos que están dentro de los circuitos vitales. Hoy estamos haciendo un cronograma a partir de la cantidad de horas necesarias para bombear y las veces a la semana que se bombea para ver si podemos garantizar que exista un ciclo de agua”.

“Con la situación tan compleja que existe es imposible desarrollar una programación, pues la provincia durante todo el mes de septiembre se ha mantenido por encima del máximo apagable y lo que podemos hacer es darle corriente al circuito que más horas en apagón lleva. Se hace un ciclo y valoramos con los MW que tenemos a quién podemos encender”.

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