Tengo que reconocer que me hubiese gustado jugar Persona 5 Royal en el preuniversitario, pero no tuve la suerte de que cayera en mis manos o que alguien me lo recomendara.
Fue ahora, con esta sección, que un amigo me insistió en que tenía que probarlo aunque fuera solo por tener material para una reseña; pero me advirtió que si me enganchaba por el camino, me esperaban unas ciento cincuenta horas de uno de los mejores juegos de rol japoneses de la historia de los videojuegos. Que no es poco decir.
Con un poco de investigación en Google, la sensación que uno puede llevarse es que la saga Persona es muy de nicho, y a estas alturas es tedioso ponerse al día con los títulos anteriores, sobre todo porque buena parte de ellos son entregas para móviles. Lo que tiene razón en parte.
Sin más preambulo, el Persona 5 Royale no es un juego para todo el mundo. De hecho la primera vez que me lo recomendaron, lo dejé en la primera hora de juego. Tuve que forzarme a una segunda partida para, al llegar a las cinco horas, al menos empezar a sentir curiosidad por la trama y adaptarme a su particular jugabilidad.
La historia nos pone en la piel de un adolescente, de preuniversirio, lo que en Japón, que se ha visto obligado a cambiar de escuela y a vivir con un tutor sin ningún tipo de parentesco con él. En su nuevo centro docente descubre, junto a un variopinto grupo de amigos, que tiene la capacidad de viajar a una dimensión diferente que resulta ser la proyección colectiva de la cognición humana.
Todo gracias a al capacidad de poder despertar su “Persona” interior. Esto le permite invadir los “Palacios”, conciencias de personas malvadas, que crean unas mazmorras que resguardan un tesoro que al ser robado puede “despertar” el corazón de los villanos.
Les juro que todo esto se entiende mejor en la medida en la que jugamos. Lo importante está en las diferentes mecánicas de juego que deberemos aprender, que no son pocas.
Tenemos tres momentos importantes en el día: la mañana, después de clase y la noche, los cuales deberemos aprovechar para realizar una acción por cada uno que nos puede servir para subir nuestras estadísticas, mejorar las relación con nuestros compañeros, reunir objetos, farmear experiencia peleando en “Mementos” o jugar la historia prinicipal.
De cómo decidamos aprovechar el día, dependerá en gran medida el progreso de nuestra partida y de la historia. También definirá nuestros puntos fuertes y nuestras debilidad.
Por otra parte hay dos tipos de juego en uno, está la vida real, donde comeremos, estudiaremos, practicaremos deporte, tendremos citas, estudiaremos y, en fin, seremos adolescentes comunes y corrientes, y el mundo cognitivo, donde pelearemos con monstruos creados por la conciencia humana para hacer mejor a las personas.
El sistema de combate es por turnos, pero una vez nos adaptamos a sus reglas, se vuelve una especie de baile en el que sabremos que hacer instintivamente en cada momento.
Cada miembro de nuestro equipo, el cual crecerá mientras avancemos la trama principal, poseerá su propio “Persona”, pero nuestro protagonista puede recolectar los monstruos cognitivos que enfrente y sumarlos a su equipo como si de Pokemón se tratara.
En nuestra propia cognición, que es una prisión por cierto, podremos fusionar las “Personas” que recolectemos para crear personas más fuertes e incluso materializarlas como armas, hechizos o piezas de equipo.
En fin, para no hacerles el cuento largo, jueguen Persona 5 Royale, es una obra increíble y preciosa que toca temas profundos como la adolescencia, la agresión sexual, el suicidio y la presión laboral, de cómo la amistad es la única manera de protegerse ante lo cruda que puede llegar a ser vida.
Si el tiempo no te da para asumir el tiempo que requiere jugarlo, también tiene un anime, pero realmente no está a la altura del juego.
