Muchas ciudades dentro de una ciudad: Ilianis Cortés
Si te voy a regalar una ciudad no puedo entregarte una sola, porque en una misma habitan demasiadas. No es la misma cuando el sol se encuentra en su cenit, a las 12:05 del mediodía, y el sol te quema, incluso, tu idea sobre el amor o las 6:23 de la tarde cuando la luz naranja del atardecer provoca que todos los hierros parezcan oxidados o a las 11:14 de la noche que las oscuridades se cuelan hasta en los más pequeños recovecos y las personas se convierten en bichos de luz.
Tal vez con esa comprensión de la multiplicidad de los lugares, aunque sea el mismo, los mismos viejos malecones, la misma plaza con sus adoquines disparejos, Ilianis nos trae disímiles Matanzas. Si unimos sus diferentes visiones, sus diversas versiones podríamos nos acercaríamos un poco más a su verdadera naturaleza, ese todo que va más allá de la suma de puentes que chirrían, bailarines que se dejan llevar por el libre albedrío de su cuerpo, botes que se mecen como antiguas cunas en los ríos.