Rescatan en Matanzas centenaria tradición cultural

Centenaria Virgen, patrona de la bahía de Matanzas

Los vecinos del Callejón de Madan, en la humilde y populosa barriada de La Marina, esperaron más de seis décadas para reencontrarse con una centenaria Virgen que según los pobladores ha permanecido en la comunidad por más de 150 años.

En el pasado perteneció al gremio de los portuarios, estamento social de gran trascendencia para la cultura matancera, ya que fueron artífices de importantes manifestaciones musicales y hazañas patrióticas.

Fue en el puerto, tras largas jornadas de trabajo, donde se escucharon los primeros repiques que devendrían después en el afamado guaguancó, la rumba o la columbia, a la vez que como buenos devotos asumirían a la Virgen como la protectora de los portuarios y Patrona de la Bahía.

Durante años, cada 8 de septiembre, una larga procesión recorrió las arterias de esta parte de la ciudad con cantos ceremoniales,mientras los vecinos lanzaban agua a la calle para refrescar el pavimento de las malas vibraciones.

Pocos conocen las causas, pero a principios de los 60 del siglo pasado dejó de celebrarse la procesión, y la Virgen permaneció durante años en el interior de una casa, siendo de las primeras imágenes que vio el niño Eddy Arambare Fernández desde que abriera los ojos al mundo.

Si bien creció escuchando las historias y milagros de la Santa, tuvo el raro privilegio de convivir con ella, admirando desde niño los rasgos finos de sus facciones y aquellas manos de dedos alargados y palma estrecha. Siempre sintió que aquella figura que permaneció en su hogar por varias generaciones, tenía personalidad, y hasta podría escuchar sus ruegos y súplicas.

Cuenta Eddy que su madre le contaba cómo su abuelo la tomó del río Yumurí y la conservó y protegió durante años, hasta que un buen día la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Proyecto Comunitario La Llave del Guaguancó matancero trabajaron con denuedo en el rescate de tan importante tradición cultural.

*******

Para Leonel Orozco, conservador de la ciudad, se trata de una tradición patrimonial intangible que integra el proyecto Piedad y Religiosidad Popular que forma parte de un culto comunitario que se mantuvo en el imaginario popular durante años.

La Virgen nunca perteneció a la iglesia, sino que permaneció en el seno de una familia durante un prolongado periodo.

Con el propósito de recatar esta tradición se ha entrevistado a los habitantes de la comunidad y consultado la prensa de la época para conocer cada detalle de la procesión.

Según Leonel Pérez Orozco este acontecimiento reviste importancia por dos aspectos fundamentales, “primero, se trata de la Virgen original, construida hace más de 150 años, la misma que los portuarios y estibadores convirtieron en Patrona del Puerto de Matanzas”.

El investigador afirma que durante parte del siglo XIX y la primera mitad del XX se mantuvo la tradición en Matanzas con aspectos que la hacen única, “si bien en otros lugares de Cuba existen procesiones a la Virgen de Regla, solo en Matanzas incluye el paseo por la bahía”, afirma.

*********

El domingo 8 de septiembre el fuerte sol del mediodía no impidió que cientos de yumurinos se reencontraran con su Virgen de los Portuarios. Desde temprano la marea de la desembocadura del Yumurí amenazaba con ocupar parte de la calle próxima al Viejo Espigón, como si la propia naturaleza también quisiera sumarse a la reverencia que el pueblo le ofrecería a la Dueña del Mar.

En pocos minutos en el Callejón de Madan surgió una congregación de personas, que expectantes miraban hacia el interior de un pasillo donde habitaban varias familias, entre ellas los protectores de la Santa.

En un movimiento ceremonial y sosegado la deidad fue colocada en un vehículo bellamente adornado con telas azules y blancas, y aún no habían comenzado a avanzar los primeros metros y algunas devotas de avanzada edad entraron en trance producto de la emoción.

Al paso de la procesión personas de todas las edades y orígenes se sumaron a la ceremonia entonando un coro general con temas litúrgicos con el acompañamiento de los tambores de fundamento.

Los cubos de agua refrescaban el pavimento y servían como ablución contra las malas energías, desde las ventanas y puertas los habitantes mostraban respeto y admiración, mientras otros se integraban al cortejo.

El trayecto avanzaría por la calle Manzano hasta el Muelle Real, donde aguardaban varias embarcaciones de pescadores para emprender la travesía marítima de la ceremonia. De improviso los grandes barcos atracados comenzaron a sonar al unísono las sirenas de niebla que se escucharon en toda la ciudad. Los ocupantes de la embarcación principal donde viajaba la Virgen depositaron una ofrenda a la bahía, mientras intensificaban los cantos y sonidos de los tambores batá.

En tierra aguardaban los devotos, agradecidos por asistir a una tradición matancera de gran arraigo que se mantuvo en la memoria de muchos y que felizmente se rescató.


Lea también

Desde 1898 cada 28 de enero se coloca la misma bandera en el balcón del Museo Farmaceútico de Matanzas.

Iniciará proceso de restauración del Museo Farmacéutico

Redacción Periódico Girón – El Fondo Cubano de Bienes Culturales (BFC) realizará un proceso de restauración en el Museo Farmacéutico de Matanzas con el objetivo… Leer más »


Recomendado para usted

Foto del avatar

Sobre el autor: Arnaldo Mirabal Hernández

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *