Como diría el cantautor holguinero Oscar Sánchez en su canción La amenaza de la nasa: “… de un tiempo para acá siempre hablo de lo mismo”. ¿Y cómo no hacerlo? Mientras exista un solo cubano que vaya a comprar lo que sea y el dependiente del lugar, sea estatal, privado, mixto o marciano, le responda que no acepta moneda digital, bajo cualquier justificación, seguiremos escribiendo sobre el tema.
Desde agosto de 2023 se aprobó la resolución 111 del Banco Central de Cuba que volvía un hecho el proceso de bancarización en el país, y el 2 diciembre del mismo año se estableció por ley que todo el que venda algo del Cabo de San Antonio a la Punta de Maisí debe aceptar las diferentes modalidades de pago, para que el cliente tenga la posibilidad de escoger.
El objetivo, a fin de cuentas, es que el efectivo pase a un segundo plano y su función sea la de efectuar compras pequeñas o pagar servicios como el transporte, mientras que la moneda digital quede para todo lo demás.
¿Cuáles son las ventajas de esto? Una mayor transparencia en las transacciones monetarias, un control más efectivo de los impuestos por parte del Estado, y que uno, como individuo, tenga al alcance de la mano todo su dinero, sin correr el riesgo de que se pierda en un percance o incluso que lo roben.
¿Y las desventajas? Todas las que trae consigo que la medida no se implemente cabalmente. El primer problema parte de aquellos que se niegan a vender por la vía digital, lo cual es hasta ilegal, pero esta es solo la punta del iceberg. Tenemos a los campesinos a los que se les dificulta muchísimo acceder al servicio, por ello les venden sus productos en efectivo a los minoristas.
También están las personas mayores, a las que les cuesta manipular un celular, e incluso los que directamente no tienen ni la posibilidad de adquirir un teléfono inteligente o al menos uno que les permita instalar las aplicaciones necesarias.
Después de la parte que les toca a las autoridades, como resolver las limitaciones tecnológicas que entorpezcan el acceso al servicio, sobre todo en las zonas rurales, y aplicarle la ley al que incumpla, queda la responsabilidad ciudadana que debemos asumir todos para enfrentar el problema.
Tenemos que hacer valer nuestro derecho y exigirlo donde sea necesario, somos nosotros, los clientes, los que decidimos la vía de pago que queremos usar. Para que no se generen distorsiones en el valor real de la moneda virtual, debemos equipararla socialmente al dinero en efectivo.
Que todos asumamos el pago digital, implementado de forma efectiva, se traduce en una mayor comodidad, y volverá nuestra economía más transparente y fácil de fiscalizar.
Hace unos días fui con mi pareja a comprar algo para el plato fuerte, el compañero de la carnicería nos aclaró que no aceptaba transferencias y a nosotros ya no nos alcanzaba el efectivo. Así que terminamos en un banco haciendo una cola de cerca de 40 personas para sacar al menos mil pesos que nos sirvieran para solucionar nuestra situación.
Conclusión, se fue la luz, lo cual atrasó el proceso, y para cuando regresó la conexión al banco, ya eran las 12 del día y, como era sábado, las trabajadoras nos informaron que les tocaba cerrar, que ellas también tenían problemas que resolver.
Al final, entre la ilegalidad y la testarudez por una parte, más la falta de empatía por otra, terminamos pidiendo efectivo prestado hasta el lunes.
Mientras esto siga sucediendo, seguiremos hablando de lo mismo.
Visiten Cárdenas para que vean como todo el mundo hace lo que mejor le viene en ganas, lo mismo una MIPYME, un TCP, un vendedor estatal, cualquiera que venda algo, cobra como mejor le parezca con toda la impunidad del mundo, ni el gobierno ni los inspectores ni precio y finanzas, nadie en lo absoluto es capaz de revertir la situación e imponer lo que está impuesto por ley, yo he sido y soy víctima a diario, también me he quejado un sin número de veces recibiendo justificantes a favor de los actores económicos que violan la ley, siempre tienen la razón para cobrar como ellos entiendan, eso sucede en Cárdenas con día a día.
Estimado Boris Luis Alonso Pérez, este tema pasa de incumplimiento a Falta de Respeto a la Legalidad de este país. No veo cómo pueda solucionarse este tema, ni siquiera se puede comprar por transferencia a sus cuentas particulares, obviando las ventajas que ofrece el banco por realizar transacciones digitales. Al menos UD pudo encontrar una amistad que le prestó el efectivo, … Yo por mi parte en muchasss ocasiones he tenido que regresar al hogar con la tarjeta llena y la jaba vacía. Hoy mismo he vivido esta experiencia. Es muy cierto el dicho de «Dolor de Muela en cara ajena, no es dolor de Muela.»
Vivo en Matanzas, que por cierto he visto varias publicaciones sobre el tema pero en la realidad esto no funciona en este territorio.