Tabaquismo, un vicio que se multiplica…
Son rostros adolescentes, casi niños. Si no fuera por el uniforme que indica que cursan la secundaria básica, pensaría que pertenecen a una enseñanza inferior. Mientras avanzan con la bocina y a todo volumen, una canción de Bebeshito, la nube de humo va dejando su huella por donde pasan.
“Ya ni siquiera se esconden para hacerlo”, dice una señora. Al mismo tiempo que recuerda que en su tiempo también los muchachos fumaban, en los baños, en algún lugar apartado o en otros sitios alejados de la mirada de los adultos. “Sin embargo, de unos años para acá, no hay control ninguno”, agrega la antigua maestra de Matemáticas.
Y tiene razón. Este es tan solo un ejemplo de cómo un hábito tan dañino como es el tabaquismo gana espacios entre los más jóvenes. Peor aún, ante los ojos de la familia y de la propia sociedad, que muchas veces no enfrenta la problemática y la asume como algo normal.
Lamentablemente, cada vez a más temprana edad los adolescentes se inician en el consumo del cigarrillo y de otras drogas blandas como el alcohol. Las motivaciones pueden ser muchas, desde la curiosidad hasta la búsqueda de aceptación o “ganar puntos” en su grupo de amigos.
Ya no lo hacen solamente en la calle, durante las salidas nocturnas o en sus ratos de esparcimiento; incluso en los propios centros docentes, a pesar de la prohibición de fumar, encuentran espacios para hacerlo. Y a veces son los propios padres quienes les suministran los cigarrillos con la esperanza de que los adolescentes no incurran en otro tipo de comportamientos negativos para conseguirlos.
El hábito de fumar es uno de los principales problemas de salud a nivel internacional. Resulta, además, una de las principales causas prevenibles de defunción en el mundo.
La Organización Mundial de la Salud considera el tabaquismo como una epidemia, siendo uno de los principales problemas de la salud pública mundial, además de las enfermedades, la pérdida de años de vida, las muertes que indiscutiblemente provoca y los gastos sanitarios que ocasiona, el tabaco representan una carga asistencial adicional para la salud pública
En el caso de Cuba, se sitúa entre los primeros países en América Latina en el consumo per cápita de cigarrillos y tabaco, por lo que en la Isla también se le atribuye al tabaquismo carácter de epidemia. Por ello, no es casual que este hábito nocivo para la salud esté tan arraigado en adolescentes y jóvenes.
Por lo general, este grupo etario desconoce las severas afectaciones que tiene para su calidad de vida el inicio tan temprano en el tabaquismo, este vicio que provoca daños en los pulmones, incide en el desarrollo de varios tipos de cáncer, afecta las encías, mancha los dientes y da mal aliento.
El hecho de que fumar sea visto como un acto normal desde tempranas edades constituye un signo de alarma al que hay que atacar con prontitud, pues además de incidir en la salud puede ser una puerta de entrada para el inicio en otras drogas ilegales.
La adolescencia, esa etapa tan complicada tanto para los propios adolescentes como para los padres o tutores, suele ser un período en que la curiosidad lleva a entrar en el peligroso mundo de las adicciones, un espacio que muchas veces no tiene salida.
Todos los esfuerzos son pocos, cuando se trata de preservar la salud ante el tabaquismo, un vicio que se multiplica frente a nuestros ojos.