Fraternidad Chile-Cuba: solidaridad a prueba de crisis. Fotos: Raúl Navarro
Quizá pocos imaginaron aquella tarde de febrero de 2024 en que un grupo de amigas se reunieron en casa de Marta Vasquez Fontena, en Osorno de Chile, que tan solo unos meses después viajarían a Cuba, para vivir una experiencia que marcaría sus vidas.
Por aquel entonces Marta se había reencontrado con Marianela Valdivia Martínez, ex-compañera de liceo y a la que había dejado de ver durante casi 50 años. A qué más se debe, dicen ambas, si no es al azar, que la vida las haya hecho coincidir tanto tiempo después.
Felices por el rencuentro, apenas intercambiaron las primeras conversaciones Marianela le explicó que se encontraba involucrada en un proyecto llamado Fraternidad Chile-Cuba, cuyo objetivo se centraba en unir a dos naciones a través de un propósito esencialmente humanitario, al que también añade un matiz turístico, por el que los chilenos podrían conocer la Isla a precios sumamente atractivos.
Motivada con la idea, Marta decide compartirla con varias de sus amigas más cercanas, por lo que las convoca aquella tarde para que, juntas desde su casa, escuchen el proyecto de esta chilena que justo en ese tiempo se encontraba en plena labor de recopilación de medicamentos e insumos médicos para donar a la Dirección Provincial de Salud de Matanzas, provincia cubana.
“Enseguida me enganché con el proyecto, me sedujo la idea de ponerme en contacto con las personas, ofrecer cuidados, protección. Como enfermera, muchas veces nos convertimos en familiares para los pacientes, y desde el inicio para mí Fraternidad se convirtió en ello: la oportunidad de entregar ayuda a personas que de verdad la necesita”, comentó Gabriela Flores Zúñiga.
A estas tres amigas se sumó días después René Catalán, miembro del partido socialista chileno y totalmente sensibilizado con la naturaleza de Fraternidad, a quien Marianela confirma haberse acercado una vez más por los “hilos invisibles de la vida”, pues desde hacía años sostenía excelentes relaciones con su hija, si bien no había coincidido jamás con él.
De esta manera confluyeron Marta, ´Gaby´, René y Norma Gatica Barriga, quienes junto a Marianela se vieron el primero de mayo en el aeropuerto, para protagonizar el primer viaje humanitario gestionado por el proyecto Fraternidad Chile-Cuba, surgido en marzo de 2023, a partir de la crisis que en materia de insumos médicos dejó el paso de la pandemia de Covid-19 por Cuba.
“Ya yo frecuentaba desde hacía décadas la Isla, y desde la primera vez que vine en el 1996 la experiencia fue excelente. Me atrajo su proyecto social, y cómo siempre procura ocuparse de los más desposeídos. Sin embargo, tras la pandemia pude comprobar la difícil situación de los hospitales, donde se puso en juego la salud de muchos pacientes. De ahí el origen de este proyecto de colaboración y esencia humanista, hacia un país que siempre ha sido muy solidario con el resto del mundo”, explica Valdivia Martínez.
Hasta la fecha habían realizado dos donaciones previas que incluyeron guantes, bisturí, jeringuillas y medicamentos que se destinaron al Hospital Pediátrico Provincial Eliseo Noel Caamaño, el Hospital Provincial Comandante Faustino Pérez y el Hospital Ginecobstétrico José Ramón López Tabrane, todos ubicados en la provincia de Matanzas.
Sin embargo, en esta ocasión finalmente se concretaba un gran anhelo de Fraternidad, al lograr un viaje en el que los chilenos pudieran conocer a Cuba, interactuar con su cultura y lugares más representativos, pero además, transportar en su equipaje los medicamentos e insumos acumulados durante meses en Chile.
“Para mí representó todo un privilegio, pues me interesaba la idea de colaborar con una causa justa, de entregar una parte de mí, dejar una huella en esta vida- sostiene Marta Vasquez y agrega-: Se trató de una experiencia totalmente nueva para mí, pues hasta el momento no me había involucrado en una causa que implicara salir de la frontera y conocer otra cultura. Honestamente estoy emocionada con todo lo que he podido ver, con las personas que nos han recibido en el país”.
Lo cierto es que para las personas en la Isla esta tercera donación se convirtió en un hecho de gran connotación, pues además de representar la entrega más numerosa efectuada hasta el momento, incluyó entre los insumos algunos de los más demandados en el territorio como pinzas de biopsia, Aciclovir, Omeprazol, Paracetamol, Metformina, Diclofenaco, Atorvastatina, entre otros tantos.
Según explica Marianela Valdivia, las donaciones entregadas se sostienen en un 60% de los miembros de Fraternidad, mientras que el restante 40% de las personas que arribaron en el viaje, pues quienes se suman a esta iniciativa también deben contribuir a la recolección de insumos y medicamentos con el fin de lograr que el proyecto sea mucho más integral.
“Imagina que partí agrupando medicamentos de familiares y amigos. Al inicio todo fue a muy sencilla escala, hasta que llegué al centro donde trabajo y al preguntarle a uno de mis colegas me recomendó que pasara por su clínica privada. Su entrega fue realmente generosa y entonces involucré luego a las personas más cercanas en la selección y clasificación de los insumos. Me ayudaron médicos y amigos del coro al que asisto en la ciudad de Osorno, todos motivados con la premisa de brindar una ayuda vital a través del proyecto”, recuerda Gabriela Flores.
“Justo hoy no hallo palabras que definan nuestra gratitud ante este hermoso grupo que ha donado suministros que tanta falta nos hacen”- explica Abel Semper González, director de Asistencia Médica de la Dirección Provincial de Salud- “De inmediato someteremos a clasificación cada uno de los artículos y los distribuiremos a las instituciones hospitalarias que más los demanden”.
De igual forma, el doctor Carlos Calvis Cabrera, remarca que en el periodo que atraviesa Cuba, toda colaboración impacta en el bienestar del pueblo, pero específicamente en materia de salud se agradece muchísimo comprobar cómo desde otras latitudes hacen todo lo posible por que las personas tengan un mejor servicio.
“Realmente tiene un significado impactante y emotivo esta entrega de Fraternidad, con la que siento que se consolidan aún más los nexos de amistad entre nuestras naciones. En lo personal admiro el esfuerzo que realizan desde Chile por mejorar la calidad de vida de los cubanos, labor en la que tiene un papel preponderante Marianela, quien ha sabido nuclear a no pocas alrededor de esta sensible causa”, agregó el especialista.
“Yo fui uno de los que desde el inicio se sumó a este empeño- comienza a relatar René Catalán- tuve la fortuna de encontrarme con Marianela Valdivia y de inmediato puse cuanto estaba a mi alcance en función de esta iniciativa. Hoy día me he sentido satisfecho con la entrega, pues ver la emoción y sinceridad con que nos hablaron las autoridades de salud resulta muy reconfortante, además de que visitar Cuba constituye un sueño cumplido para mí, conocer su historia y su idiosincrasia ha sido fascinante, por lo que, en resumen, la felicidad se multiplica al unir tantos placeres”.
Durante la actual estancia el proyecto también se trasladó hacia el Centro Psicopedagógico Paquito González Cueto, de la urbe yumurina. Fundada hace 42 años, la institución garantiza asistencia médica permanente; sin embargo, no se encuentra ajena a la escasez de insumos médicos que afecta al país, por lo que Mercedes Rodríguez, subdirectora del Centro, se mostró inmensamente agradecida por la donación realizada por Fraternidad.
“Resulta invaluable la ayuda a pacientes como los que atendemos acá, tan sensibles y que tanto necesitan mejorar su calidad de vida. Aunque siempre procuramos brindarles las mejores atenciones, las carencias materiales nos suelen golpear, de ahí que justo hoy nos sintamos tan emocionados por tan humano gesto”, enfatizó la doctora.
De igual forma, Fraternidad Chile-Cuba realizó una importante entrega de medicina natural, específicamente de la cultura Mapuche, representada por dos plantas tradicionales: el canelo y la valeriana.
La doctora Walquiria Montesinos, encargada del programa de medicina natural y tradicional en la Dirección Municipal de Matanzas, reconoció la valía y utilidad de estos medicamentos provenientes de los saberes de la cultura mapuche, dueños de un conocimiento ancestral en medicina natural. “Esperamos que esta entrega marque el inicio de un intercambio que contribuya a mejorar la salud de la población chilena y cubana”, comentó la doctora.
Por su parte, Marianela Valdivia asegura que, desde su llegada a Cuba, se ha mostrado conmovida, admirada, expectante. “Es que ha sido un viaje especial, que me sorprendió desde mucho antes de su gestación, al comprobar la cantidad de personas que se sumaron a Fraternidad. Entonces, después de vivencias como las de hoy tras cada donación, no nos queda más que pensar en el retorno, en mantener una postura cada vez más activa durante los preparativos del próximo empeño.
Incluso queremos, además de sostener las donaciones, propiciar intercambios sobre medicina alternativa que incluya charlas tanto de chilenos como de cubanos, de manera que este sea un proyecto en continua expansión y con el que se afiancen, cada vez más, las relaciones entre dos países hermanos”, concluyó la líder del proyecto, quien también comentó que apenas aterrice en Chile, comenzará la gestión de la próxima donación.
Gracias Ayose y Raúl por describir de tan linda forma nuestro viaje a Matanzas…tanto escrita como en fotografía… espero el proyecto siga cumpliendo su propósito y crezca cada día más…les abrazo fraternalmente en amor…🦋