Se introdujo en Cuba en la década del sesenta, como planta ornamental para el centro turístico Guamá. Es oriunda de Oceanía, de la familia del Eucalipto, y, en las condiciones propiciadas por la Ciénaga de Zapata se comporta como una especie invasora.
Su nombre científico es Melaleuca quinquenervia pero los cenagueros la conocen como palo-corcho. Su expansión ha sido tal que ha colonizado el herbazal de ciénaga sustituyéndolo por melaleucales, con marcados daños ambientales. Lo presenciamos mientras pasábamos por uno de los canales de la Boca en bote y nos encontramos rodeados de este árbol; también al salir a la Laguna del Tesoro vimos que colmaba el horizonte.
El humedal filtra a través de los herbazales todas las aguas de la vertiente sur de la provincia Matanzas que terminan en la Bahía de Cochinos. La melaleuca le está quitando esa capacidad purificadora al humedal, afectando directamente a los corales de la bahía.
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Además, está secando la ciénaga pues absorbe grandes cantidades de agua que son luego expulsadas por las hoja a la atmósfera en forma de gas.
Al ser una especie exótica tampoco tiene una fauna asociada a ella y tampoco encuentra un regulador biológico natural, es decir, algo que controle su propagación.
¿Se aprovecha algo de la melaleuca? ¿Existen acciones para su control? A estas preguntas y más le daremos respuesta en una próxima publicación sobre el tema. (Tomado de CubaHora)