El Instituto cubano de Meteorología (Insmet) informó que el venidero mes de octubre, considerado el último del período lluvioso en Cuba, se espera con precipitaciones y temperaturas extremas en la norma en todo el país.
Según el Insmet, para el octubre, décimo mes del año la influencia del anticiclón del Atlántico disminuye con respecto a julio y agosto, lo que unido al paso frecuente de las ondas, las bajas tropicales y los primeros sistemas frontales, trae consigo un incremento de las lluvias.
Advirtió que la frecuencia de afectación por huracanes es la mayor de la temporada ciclónica (del 1 de junio al 30 de noviembre), principalmente en su segunda decena.
Asociados a la influencia directa o indirecta de los ciclones tropicales, suelen ocurrir eventos de grandes precipitaciones, los que determinan en gran medida los más altos acumulados, agregó la información, publicada en el sitio oficial del Insmet.
Precisó que continúa desarrollándose el nuevo evento El Niño – Oscilación del Sur (ENOS) en el océano Pacífico, que se inició desde comienzos de junio, así como el proceso de sobrecalentamiento del mar en el océano Pacífico central y oriental.
El Instituto explicó que la circulación atmosférica se está ajustando de forma gradual a los patrones propios del ENOS y el Índice de la Oscilación del Sur continuó descendiendo hasta alcanzar el valor de -0.75 en agosto, pero el valor medio de los últimos tres meses es de -0.25, debido al retroceso ocurrido en junio.
Indicó que el Índice ENOS ha continuado incrementándose y el Índice Multivariado del ENOS se mantiene aún alejado de sus valores propios para este evento.
Persisten las anomalías del viento del Oeste en las regiones occidental y central del océano Pacífico ecuatorial y se incrementa la nubosidad y las lluvias en la región central de dicho océano, debido al movimiento de las aguas cálidas hacia las regiones central y oriental, factor importante en el avance de la circulación atmosférica hacia patrones propios de un ENOS.
El Índice de teleconexión PNA (Pacífico Norte América), asociado a la fase positiva con el ENOS, se ha mantenido con valores positivos, lo que incide en la circulación atmosférica del océano Atlántico, reforzando la influencia del ENOS sobre el comportamiento del clima en dicha región.