Con el propósito de garantizar la alimentación, los medicamentos y la inseminación del ganado vacuno y equino, del 25 al 27 de agosto de 1967 se llevó a cabo un Censo Nacional. Personal adiestrado enumeraría, al tiempo que clasificaba por sexo y edad, la masa ganadera vacuna, mientras los equinos eran declarados por sus propietarios.
Finalizando el censo, Tomás Rodríguez y Roberto García contabilizaban los animales existentes en un cuartón de una base campesina de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, en la zona de Agramonte, de la entonces región Victoria de Girón.
En un momento de la faena, dejaron recostada a una cerca la carpeta con los datos recopilados, para dirigirse a un corral vecino. Al regresar, observaban estupefactos cómo una vaca, impasible, engullía los últimos pedazos de los documentos del censo ganadero que realizaban. Voraz animal, ¿verdad?
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