Son las 9 y 15 de la noche del 27 de julio de 1993, por unos segundos se detiene el cronómetro, la respiración… En Salamanca, durante la celebración del Gran Premio de la Diputación, Javier Sotomayor Sanabria ha vuelto a romper su propio récord en salto alto y ha implantado una nueva marca: un 2.45 metros que en aquel momento parecía imbatible y que tres décadas atrás continúa convirtiéndolo en una verdadera leyenda dentro del atletismo mundial.
Ante la gigantografía que cubre una de las paredes principales de la Sala del Deporte del Museo Municipal de Limonar, es fácil revivir los gritos, los aplausos y la euforia con que se celebró la gloria del hijo más ilustre de este terruño matancero. Es posible imaginar por qué se ha ganado el epíteto del “Tigre de Limonar”…
Descubrir a Sotomayor detrás de unas zapatillas amarillentas que no son capaces de resistirse al paso del tiempo, detrás de una colección de medallas o de otras muchas piezas que se conservan en este sitio, supone un verdadero privilegio. También lo es construir la historia deportiva de este municipio matancero y de los hombres y mujeres que ubicaron a este pedazo de tierra en el mapa gracias a sus hazañas deportivas.
Por eso la reinauguración de este espacio el 30 de junio último, creado originalmente el 24 de diciembre de 2022, como parte de las actividades que se desarrollan con motivo del verano ha sido un verdadero soplo de aire fresco para sus pobladores, y en particular, para los amantes de la historia.
Su directora, Tanay Viera Lauzurique, comenta que a pesar de ser una sala con poco tiempo de explotación tuvo que cerrarse el pasado mes de marzo para preservar las piezas debido a una reparación constructiva que se ejecuta en el Museo.
“Nos encontramos en la segunda etapa de estas labores. Se intervinieron con anterioridad las salas 2 y 3 que van a ser reinauguradas para el aniversario 215 de la fundación del pueblo el próximo 28 de octubre. También hemos tenido que restaurar los pisos y hacer una cisterna, así como cambiar las ventanas y arreglar una pared en la sala 4”.
Cualquier cuidado es poco para resguardar tanta historia. En las vitrinas dispuestas en los escasos metros cuadrados se conservan objetos de Jesús Figueroa Gasmuri, Lázaro Junco, José Orbeín Nenínger, Luis Alexander Reyes, entre otras glorias deportivas de manifestaciones como el béisbol, balonmano, boxeo, judo y atletismo.
“Contar de nuevo con esta sala es un buen momento para que la juventud y sobre todo los niños que transitan por esta calle entren y aprecien la historia del pueblo y del deporte. Para nosotros también es posible recordar los tiempos de gloria vividos en la práctica de nuestras disciplinas”, señaló Jesús Figueroa Gasmuri.
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CON LOS OJOS PUESTOS EN EL VERANO
Fundado el 30 de junio de 1890 como Escuela de La Encarnación, gracias a una donación de Don Basilio Martínez y González, el inmueble en el que radica el Museo Municipal cumplió recientemente 133 años. De gran valor patrimonial, es el segundo que se conserva en Cuba del tipo de construcción de las Sociedades Económicas Amigos del País.
Convertido en un museo general desde 1982, la institución cultural cuenta con cinco salas expositivas: Muestras del Mes, Arqueología, Historia, Cultura y Educación, y del Deporte. Así como con tres colecciones, una que reúne piezas del Príncipe de las Alturas, otra sobre la campaña de alfabetización y una última de numismática.
“Resguardamos piezas de grandes patriotas como Antonio Berdayes, Nelson Fernández, otras referidas a la esclavitud, pues en Triunvirato se dio la mayor rebelión de esclavos de Cuba, y de arqueología porque contamos con siete sitios arqueológicos”, comenta Viera Lauzurique.
“Además conservamos alrededor de 300 piezas en el almacén, que debido a cuestiones de espacio no podemos insertarlas como una exposición permanente y se exhiben como parte de las Muestras del Mes, y en otras actividades colaterales como los museos móviles y las charlas en escuelas y centros de trabajo”.
Mostrar el patrimonio cultural material e inmaterial de este poblado, rico en tradiciones campesinas, es el aporte de esta institución para el período vacacional. Aún inmersos en las labores constructivas tratan de motivar el interés por la historia de los pobladores de Limonar.
Según explica Viera Lauzurique, “para este verano tenemos planificadas dos rutas, una local y otra provincial. En el mes de julio nos trasladaremos a Cárdenas, donde visitaremos los museos Oscar María de Rojas, el Batalla de Ideas y la Casa de los Mártires. La local comprenderá el paso por el Museo del Esclavo Rebelde en Triunvirato”.
En agosto tienen prevista una excursión al monumento La Ignacia y culminarán en la Empresa Genética de Matanzas, sitio concebido por el Comandante en Jefe y a quien dedicarán esta ruta en su cumpleaños 97. También visitarán el Centro Fidel en La Habana.
“Además tendremos el espacio Aroma de mujer, creado por nuestra institución y que responde al macro programa de Adelanto a la mujer, el cual cuenta con gran aceptación por el público desde hace un año y se realiza trimestralmente en coordinación con la FMC.
“También desarrollaremos nuestras peñas infantiles habituales y el encuentro de tradiciones de conjunto con la Casa de los abuelos y la Casa Naborí, en el que participa el dúo Tradición y Punto, que permite apreciar nuestro patrimonio cultural inmaterial”.
Así, cada día el Museo Municipal de Limonar sortea las dificultades y los mantenimientos constructivos se reinventan para que la historia no quede encerrada entre cuatro paredes y se convierta también en un atractivo para los limonareños durante este verano.
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