La imagen de una ciudad describe, en cierto modo, el estado de ánimo de sus habitantes. De ahí el interés de los gobiernos locales porque las urbes se distingan por la limpieza, el cuidado de sus bienes y que todos los días se haga algo para encantar a su gente y a los forasteros.
En el espíritu porque así sea, los aniversarios cerrados son como una especie de estímulo para hacer cosas nuevas, impulsar las labores de embellecimiento y no dejar caer los valores patrimoniales.
Luego de la aventura enriquecedora que fue el aniversario 325 de la ciudad de Matanzas, por lo que dejó, y no solo en el ámbito constructivo, desde hace ya algún tiempo los matanceros suman voluntades para mostrar otras novedades de cara a los 330 de la también llamada Venecia de América, fecha que se cumple en el mes de octubre del actual año.
A pesar del lógico efecto del tiempo y de inconstancias a lo largo de estos más de tres siglos de existencia, la pequeña urbe se hace notar por sus riquezas culturales e históricas, y por los encantos naturales que la arropan.
Están ahí para confirmarlo su bahía, el Valle de Yumurí, las Cuevas de Bellamar o los dos ríos urbanos que la surcan para, junto al afluente Canímar, completar el toque seductor de su geografía.
Por la combinación quizá de algunos de esos atributos y, sobre todo, por su esplendor cultural, donde sentaron cátedra legendarios poetas y músicos renombrados, se le conoce como la Atenas de Cuba.
CONTINUIDAD DE UN ESPÍRITU TRANSFORMADOR
En las obras por el aniversario 330 de la ciudad participa un gran número de empresas, organismos e instituciones. Hay muchos matanceros vinculados al empeño por celebrar la efeméride bien arriba. De modo muy particular la tarea descansa en Hidovaldo Díaz Martínez, coordinador de programas y objetivos del Gobierno provincial.
Con el objetivo de conocer pormenores del programa y de lo que se viene haciendo aún en medio de un panorama económico muy tenso, Granma conversó con el directivo yumurino.
–En el aniversario 325 la ciudad recibió un impulso constructivo de consideración, ¿cómo se manifiesta la continuidad de aquella energía transformadora?
–El 325 demostró que se podía transformar la ciudad y vino a concretar un viejo anhelo de los matanceros. Fuimos más allá del intento por realizar mejoras. Se hicieron cosas importantes como la rehabilitación del centro histórico, entre ellas la reorganización de la Calle del Medio y la Plaza de la Vigía.
«Sin duda lo más llamativo fue la gestación del Paseo Narváez, a orillas del río San Juan, donde todo era ruinas, basureros y destrucción, y fue preciso sanear y cambiar el paisaje. Según Leonel Pérez Orozco, conservador de la ciudad, aquí se concretó una de las primeras experiencias del país de las llamadas economías creativas.
«En fin, fue posible lograr un movimiento constructivo que no ha cesado hasta la fecha.
«La esencia ahora es, en primer lugar, mantener lo alcanzado y continuar creciendo con nuevas obras y servicios, en un momento sumamente complejo, apenas sin recursos. Los trabajos por mantener y cuidar constituyen un interés permanente. Lo que se hizo, entonces, constituye una motivación para persistir en el noble propósito que hoy nos ocupa».
–¿Qué tiene de particular el 330?
–El concepto que prima es seguir creciendo en plazas y crear más bienes, servicios y obras para el pueblo, así como embellecer los espacios de una urbe que además ostenta la condición de ciudad turística. El programa contempla más de 300 obras. Lamentablemente, la preparación no ha sido la mejor y esto hace más lento el avance.
Porque constituyen expresión de identidad del territorio, espacios como las alturas de Monserrate, asiento de un complejo recreativo, cultural y turístico; y el céntrico Parque de La Libertad y las instalaciones que lo circundan, son plazas que reciben mejoras sustanciales para cambiar su imagen, explicó Díaz Martínez.
Calificó de muy importante el rescate del área infantil de Monserrate, que avanza a un 70 %, así como las acciones por recuperar la primera planta de la Biblioteca Provincial Gener y Del Monte, la cual ha permanecido cerrada por casi dos décadas; y los trabajos para modificar el cine Velasco, concluir la segunda etapa del hotel Louvre, cambiar la faz del Parque de La Libertad y dar mantenimiento a la Sala White.
El proceso de ejecución de estas y otras obras se ha visto retrasado por las conocidas dificultades con los combustibles y la falta de áridos, básicamente, comentó tras significar que se trata de inversiones millonarias, las cuales requieren de esfuerzos mancomunados.
Mencionó, además, el propósito de dinamizar instalaciones deportivas, como la Academia de Beisbol y el estadio Victoria de Girón, ofrecer más vida al área del viaducto, perfeccionar la señalética e iluminación de la ciudad, y continuar mejorando los principales centros de Salud enclavados en la cabecera provincial.
En paralelo está previsto el embellecimiento de calles céntricas, restauración de algunos inmuebles, labores de conservación en otros, y el restablecimiento en sitios emblemáticos que requieren ser reparados nuevamente.
Hidovaldo Díaz Martínez cree, en realidad, que en el éxito de este proyecto tiene un peso determinante la transformación en profundidad que se lleva a efecto en el barrio ubicado en las márgenes del río San Juan. Las soluciones a los problemas en esa zona, de modo que satisfagan y convenzan a la población que allí reside, se encuentran y entrelazan con mucho de lo que se ha hecho hasta ahora.
Es también la oportunidad de realzar la belleza de la otra cara del río San Juan, que hoy hace deslucir a la vista el acierto logrado en el Paseo de Narváez.
–¿Alguna novedad que la gente espere con mayor agrado?
–Dos de los elementos más novedosos del programa son el parador fotográfico que desde un punto de la ciudad permitirá apreciar la belleza de la rada yumurina, de los parajes más pintorescos y agradables de la geografía matancera, así como la existencia de una patana con servicio de cafetería. Son dos proyectos que responden a la condición de Matanzas como destino turístico.
–¿Tienen estos trabajos un énfasis en la calidad de las ejecuciones?
–Para nosotros la calidad es de una importancia capital, y hay un compromiso de los constructores y de los actores económicos que participan en el proyecto de respetar al máximo la eficiencia y de volver allí donde pueda haber una falla. Existe un chequeo permanente de todas las obras.
–¿Cuál es el sentimiento que marca este Programa por el aniversario 330 de la ciudad de Matanzas?
-Es el de hacer para el pueblo, de buscar más servicios y poder bajar los precios, gestionar más ofertas, poner énfasis en la cultura del detalle…Y por otra parte, incentivar a que la gente cuide su ciudad y se sienta bien; ese es el sentimiento de las principales autoridades de la provincia.
«El sueño es tener una ciudad más bonita, donde los inmuebles patrimoniales y todo lo nuevo pueda convivir de forma armoniosa con servicios de excelencia. Después de todo, el 325 no fue más que un punto de partida de las acciones que esta más que tricentenaria urbe demanda para ratificarse entre los sitios geográficos mejor conservados del país».
PRECISIONES
- A Matanzas la distingue su valor urbanístico: posee un trazado octogonal perfecto. Surge con un plano de fundación, realizado por el ingeniero militar Juan de Herrera y Sotomayor, quien concibe el diseño según un trazado de corte renacentista, y la convierte en la primera ciudad moderna de América.
- También tiene alto valor arquitectónico: en el siglo xix se convirtió en la productora de azúcar más importante de Cuba, con un boom económico notable. Entonces, sobre la base de un mismo tipo arquitectónico, se consolida todo el solar fundacional en un marco de apenas 40 o 60 años.
- Todas las edificaciones presentan similares alturas, pretiles, remates y rejas. Existe una unidad que la identifica y, aunque tiene deterioro y transformaciones, la zona intrarríos, a pesar de las pérdidas, se conserva.
- De igual forma, se mantienen los tipos volumétricos en su conjunto. En más de 300 manzanas no se ha construido un rascacielos, no se ha modificado el techo aéreo.
- El paisaje constituye el tercer elemento para destacar. Se erige en un entorno geográfico, indudablemente, espectacular, con la bahía, los ríos, el Pan y el Valle de Yumurí, elementos todos de gran calibre.
- En cuarto lugar se encuentran los valores intangibles de la cultura matancera con la característica, muy rara, de que todo posee nombre. En otros sitios del país predomina la arquitectura anónima, pero allí se puede hablar de Julio Sagebien, Daniel Dall Aglio, José Borrell, Pedro Celestino del Pandal. Asimismo, es la tierra de Milanés, de Plácido, de Manzano…
(Por: Ventura de Jesús/Tomado de Granma)