Dentro de unas horas, el miércoles próximo, el salón principal de la CTC Provincial servirá de escenario al Balance anual de trabajo del valioso ejército de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), filial de Matanzas. Un período cargado de encontronazos , sinsabores y escasos momentos gratos.
Según consta en el informe central que se dará conocer, el año precedente resultó complejo, difícil, en el que se realizaron 375 soluciones ajustadas a los controles y requisitos demandados, pero, en realidad, fueron muchas más. La falta de inscripciones y confección de expedientes a muchas otras creaciones impidió que el territorio reflejara la cantidad real, por lo que estas últimas solo quedaron en el conocimiento de sus autores y del colectivo donde se materializaron.
La citada cantidad de soluciones contribuyeron de manera directa a la eficiencia de los procesos productivos y de servicios, así como a la calidad de la docencia y la investigación en valores superiores a los 53 millones 800 mil pesos, producto del efecto económico favorable como resultado de la evaluación de un año de aplicación.
Los sectores con mayores impactos corresponden a Energía y Minas, Civiles de la Defensa, Alimentaria y Pesca, Transporte y Puertos; Industria y Agropecuario, Forestales y Tabacaleros.
Hubo reconocimiento especial para la Empresa de Perforación y Extracción de Petróleo Centro, Central Termoeléctrica Antonio Guiteras, Geocuba y el Combinado Industrial Héroes de Playa Girón, entre otros.
Se ingresaron 2 millones 155 mil 738 pesos de aporte al 4%, como resultado del cumplimiento y efectividad en la aplicación de las normativas para la correcta aplicación de la innovación y la racionalización de 160 entidades.
Sin embargo, al cierre del 2022 no se cumplieron los aportes previstos en otras 10 entidades. Incluye a los sindicatos de Agropecuarios, Azucareros, Comercio, Construcción e Industria, de las que se dejaron de evaluar 39 innovaciones y, de igual forma y lamentablemente, quedaron sin remunerarse a sus autores.
La exposición Soluciones Cuba en la provincia no alcanzó los objetivos y resultados esperados, e incluso hubo que suspenderla en dos ocasiones debido a problemas organizativos. Cuando se realizó, no todos los centros convocados participaron. Incidieron de forma negativa los sindicatos de Energía y Minas, Agropecuario, Forestales y Tabacaleros y Alimentaria y Pesca. Lo contrario ocurrió, en participación activa, con los gremios de Educación, la Ciencia y el Deporte, las Comunicaciones y Civiles de la Defensa.
Debido a la aplicación del sistema de estimulación fueron reconocidos innovadores destacados. De ellos, 48 conquistaron la Condición 8 de Octubre individual, además de otros 15 colectivos. No hubo propuesta para el Premio de Mayor Impacto Económico, el de más alta relevancia.
Existen en Matanzas más de 11 mil innovadores y racionalizadores, hombres y mujeres, a quienes se les convoca a alcanzar mayores niveles de productividad, eficacia y eficiencia en todos los sectores de la economía a partir de elevar el impacto de la ciencia, la tecnología y la innovación en el desarrollo económico y social, así como la adopción de nuevos patrones de utilización de los factores productivos, modelos gerenciales y de organización de la producción.
El saldo en el año en curso debe ser mejor en cada uno de los acápites que contempla la labor de la ANIR, cuya funcionalidad e importancia cobra mayor relieve en la actualidad del país, asediado por el criminal bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba y la crisis mundial, no menos dañina para los propósitos de desarrollo a que se aspira en la Mayor de las Antillas.
Considero que la actividad innovadora y como institución la ANIR fueron perdiendo terreno y prácticamente en picada. Si Ud entrevista a viejos aniristas, quizás sin micrófono y grabadora para no intimidarlos, les hablarán con orgullo de tiempos anteriores, con enojo de las soluciones engavetadas y con incertidumbre de los tiempos actuales. La conjunción de las problemáticas agravadas desde el periodo especial, la dualidad monetaria, una legislación propia desatemperada, preferencia de muchos directivos por la pieza nueva (jugar al seguro) antes de una «solución» criolla al problema, trabas burocráticas acrecentadas, han logrado desalentarlos. Innovar, perder el tiempo en crear soluciones, gestionar un recurso u otro, incluso de basureros o de equipos de baja técnica o por obsolescencia, no solo no es alentado, ocurre el desestímulo en toda línea.