Siete provincias cubanas (11 municipios y 17 áreas de salud) presentan desde la semana pasada transmisión de dengue en sus territorios, enfermedad proclive en esta época del año. La actual contingencia epidemiológica muestra niveles elevados en relación a iguales períodos en años anteriores, por lo cual desde la Dirección Nacional de Salud se trabaja, además de la prevención, en la articulación de la ciencia en función de facilitar el diagnóstico y la atención a estos pacientes.
Matanzas, si bien no se incluye en esta lista, sí presenta una compleja situación con respecto a la focalidad del Aedes aegypti, así como un incremento marcado de los síndromes febriles inespecíficos en todos sus municipios, antesala de la enfermedad que desde la década de los 80 mantiene en alerta a nuestra población.
SISTEMATICIDAD Y CONTROL, EJES IMPRESCINDIBLES CONTRA EL AEDES AEGYPTI
Según informó a Girón Jorge Armando Delgado González, jefe del Departamento provincial de Prosalud, se aprecia desde inicios de junio una tendencia al incremento de estos casos de síndromes febriles inespecíficos, aunque en las últimas semanas se ha hecho mayor, sobre todo en Colón, que hoy agrupa a más del 60 % de los casos de la provincia.
“Ahí se incluyen pacientes que llevan aislamiento e ingreso. Esto tiene como antecedente la época del año y las intensas lluvias de inicios de junio, que precipitaron, por decirlo de alguna manera, esta situación y el aumento de criaderos de mosquito, específicamente el Aedes aegypti”, explicó Delgado González.
Sobre el tema, Rony Lázaro Reyes Sánchez, vicedirector de vectores en Matanzas, argumenta que “en lo que va de año llevamos un total de 7 868 focos, 1 925 más con relación al año anterior. Todos los municipios están por encima del índice de infestación permitido, que es 0,5, y hay varios de ellos con una situación compleja superior a la media provincial. En ese grupo se encuentran Calimete, con un índice de infestación de 2,0; Matanzas con 1,83; Colón con 1,40, Unión de Reyes con un 0,95 y en quinto lugar Pedro Betancourt con 0,84”.
Sobre ello ya se implementan acciones y, a pesar de la inestabilidad y déficit de algunos recursos para combatir al vector, asegura que se toman medidas a nivel ministerial. Entre ellas se halla el inicio, desde esta semana, de un período de refuerzo, que incluye a cuatro de los municipios con mayor incidencia, a los cuales se les está aplicando tratamiento adulticida o fumigación.
En ese sentido, dijo que se aplica este tratamiento a la vivienda y casas colindantes de todo el caso febril que se reporte; a las personas que ingresen en un centro hospitalario y resulten positivas a la IGM se les fumiga toda la manzana, de igual modo a aquellos casos graves pendientes a confirmar. De esta manera, reafirma, se comienza a trabajar antes del diagnóstico, que en estos casos suele ser un proceso prolongado.
Con respecto a Colón, territorio que acapara la atención de las autoridades sanitarias, Reyes Sánchez añadió que se ha fumigado el 80 % de las viviendas urbanas, y se han ejecutado tratamientos adulticidas extradomiciliarios.
RESPONSABILIDAD INTEGRADA
“Nuestra población sabe lo que es el dengue y que mata. Lo tuvimos en los 80, con un número elevado de fallecidos, entre ellos embarazadas, niños y adultos mayores. Por lo que creemos que existe un alto nivel de conocimiento sobre los síntomas de la enfermedad y sus consecuencias. Justamente por ello, la alerta es a mantener esa percepción de riesgo y que se traduzca en el autocuidado familiar y el acudir al médico oportunamente para evitar las formas graves de la enfermedad”, aclaró Delgado González, quien confirmó, además, que hoy están circulando las cuatro cepas del dengue en territorio yumurino, por lo cual el riesgo es aún mayor.
Sin embargo, tal y como reconoce Berta Bello Rodríguez, vicedirectora provincial de Epidemiología, no todo puede recaer en la Salud Pública, pues existen otras instituciones y factores con una alta responsabilidad, imprescindibles para lograr un trabajo cohesionado, en función de disminuir los riesgos.
“Este trabajo integrado requiere que la Empresa de Recursos Comunales cumpla su función social de mantener los lugares limpios. No obstante, vemos que hay un incremento de los microvertederos y una pérdida de la sistematicidad en la recogida de basura. Hoy vemos también problemas más frecuentes con el abasto de agua y, cuando eso sucede, provoca que la población tenga que acumularla, proceso que de no hacerse en los depósitos adecuados se convierte en un foco para el desarrollo del vector.
A toda esta situación, se añade el componente individual que recae en la responsabilidad familiar del autocuidado, asimismo, de un grupo de organizaciones de masas que necesitan integrarse a esta batalla como los CDR, la FMC y la CTC”, insistió Bello Rodríguez.
“Las variables meteorológicas están y contra eso no podemos luchar. La situación económica también es difícil y en ello estamos trabajando. Lo que sí está claro es que se requiere de una acción colectiva para evitar llegar a la fase de transmisión del dengue”.