Historia de un Evangelio vivo

Evangelio consagró su vida a la familia y a la formación de nuevos deportistas, desde el área de la Educación Física

Cuando en la tarde-noche de este viernes 29 de abril a Evangelio Víctor Molina Alemán lo condecoren con la medalla Lázaro Peña de Tercer Grado, será esta la culminación de una etapa de su vida laboral, validada por una brillante hoja de servicios.

“Un sueño realizado. La justificación para no jubilarme, seguir mientras pueda valerme física y mentalmente”, aseveró al mostrar una de sus principales características: sonreír.

La explanada del Museo la Ruta del Esclavo en el Castillo San Severino, guardián de la ciudad de Matanzas en la época colonial lo acogerá, junto a otros hombres y mujeres, quienes vestirán sus mejores galas en la memorable jornada, a las puertas del Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores. Todos, por vez única, estrenarán esta satisfacción personal.  

En este resumen de hazañas obreras, en que indistintamente recibirán las medallas Jesús Menéndez Larrondo y Lázaro Peña González —líderes de la clase obrera—, el Himno Nacional estremecerá el suelo y los hará vibrar de emoción.

Desde muy temprana edad, Evangelio eslabonó una red de reconocimientos al militar en las filas de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, escalar el Pico Turquino, integrar las Brigadas de Alfabetización en Minas de Frío, a las que llegó casi al terminar esa histórica campaña, así como en el Servicio Militar Obligatorio.

Su actitud ejemplar no cambió al iniciarse en la vida laboral en el sector de Educación, como auxiliar pedagógico y profesor de Educación Física en el preuniversitario José Luis Dubrocq, donde muchos años antes Lessy Francia, su progenitora, se había desempeñado como auxiliar de limpieza para ayudar a Arturo, su esposo, quien se desempeñaba como zapatero ambulante.

“Confeccionaba calzados y los vendía a peleteros cuando estos lo llamaban. Ella y él trabajaron duro, hasta desfallecer. Éramos siete hermanos, nueve bocas para alimentar”.  

Muy diverso es el andar de este pequeño hombre, cuya estatura y fuerza se hallan en su mente y hacer, más que en brazos y piernas. Intranquilo y extrovertido por naturaleza, suele aprovechar cualquier tema para ofrecer sus puntos de vista, sobre todo cuando se aborda el deporte y, en especial, clases de Educación Física para niños.

Prefiere a los pequeños y así lo demuestra cada curso escolar; aunque no es raro verlo improvisar como técnico o asesor en diversas disciplinas. Sin embargo, no es el béisbol su disciplina de vestir, como señala un viejo refrán.

Niega ser una excepción, lo que sin duda es. “Hay muchos otros que dejan detrás una larga estela de obras de beneficio social, permanecen anónimos y continúan afanosos”, expresa con sencillez, y cita a los colegas del gremio de profesores, y a los de Alimento, Salud, Construcción, Agricultura, Defensa, Industria, etc., varios de estos representados en el acto solemne de marras.

Existen otras faenas que contaron con él en el frente: “Zafras del pueblo, con ocho participaciones, además de sembrar caña y cosechar otros cultivos, en la construcción formando parte de las memorables microbrigadas, los inolvidables Cascos Blancos. “Acudí al llamado de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz para erigir viviendas, y una de ellas me la entregaron en el edificio frente a la playa de La Caridad”, lo expresa con modestia, y calla que recibió ese bien familiar en reconocimiento a su ejemplar actitud.

Una vida consagrada a la familia y a la formación de nuevos deportistas, desde el área de la Educación Física.

Etiopía y Angola contaron con su colaboración internacionalista. En Venezuela fue pionero del Programa Barrio Adentro, del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías y, debido a su emprendedor accionar como educador, formador social y deportivo, lo condecoraron con un bello diploma que conserva con amor y orgullo.

“Desde que tuve uso de razón comprendí que la utilidad en la vida es un don, y no se debe tener ánimo de reconocimiento, sino de hacer bien. Si al final te premian, bienvenido sea, pero siempre consciente de que uno solo no es nadie; y en mi caso lo comprobé con el apoyo de mi familia, en particular Reyna de la Caridad Cruz Miranda, mi esposa”. Nuestro protagonista posee, como legado, tres hijos, cuatro nietos y dos bisnietos.

El periódico Girón conoce de sus reportes desde hace tantos años que perdió la cuenta. Juegos Escolares y Juveniles Nacionales y otros eventos importantes son enviados desde su pluma con asiduidad y trascendencia. Es otro de sus méritos a elogiar.

Debido a ese cúmulo de faenas, por las que fue galardonado con 14 condiciones de Vanguardia Nacional y la Medalla Jesús Menéndez, este pequeño gran hombre recibirá la Medalla Lázaro Peña, junto a la distinción que le otorgan quienes identifican en él al ser humilde, voluntarioso, consagrado y revolucionario hasta la médula.

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