Crónica de domingo: Veinte años de un país contado por sus pizzas 

Antes de proseguir vale aclarar que aquí existen dos tipos de pizzas principales: la de los restaurantes, las que te sirven en un plato con toda su parafernalia; y... Leer más »

La fuerza del nosotros 

Se aceptan a quienes no permiten que los desamparados continúen desamparados. Se aceptan a los que bajo el chaparrón salen de sus casas a tocar en la puerta de... Leer más »

Crónica de domingo: La familia o cuando encuentro fragmentos de mí en ti

Nadie se parará a bailar la canción de casino que suena en la bocina portátil. Es un tema viejo del tiempo cuando los mayores dela familia juran... Leer más »

Viaje al interior de la Quinta de los Marcet: un algarrobo y un apellido ilustre

El inmenso algarrobo en el patio central parece que mantiene unido al mundo, evitando se deshaga. Debajo suyo se levanta la Quinta de los Marcet. Leer más »

Marcelo Marcet o cuando la cerveza se te sube a la cabeza

No me dijo que la vida es ligera como la espuma de la cerveza que desaparece de un soplo. Tampoco me comentó que Jesús se equivocó, porque en vez... Leer más »

La ciudad que busca los tajazos del Sol

Con la palma de la mano encima de la frente para evitar el resplandor que el mundo convierte en blanco, con gorras de los Astros de Houston encajadas en... Leer más »

Si quieres estar conmigo, cómprame un delfín

Si quieres estar conmigo, cómprarme un delfín, como dice la canción de reparto, o,  por lo menos, llévame al delfinario. Quiero mi foto con Flipper. Sin embargo, ni jugando... Leer más »

Todos los márgenes de La Marina

La Marina parece una ciudad que se hunde dentro de la ciudad. En los días muertos, cuando no corre el aire y los perros bostezan en las sombras y... Leer más »

Crónica de domingo: Deja ya esa toxicidad

¡Echa pa allá esa toxicidad que no desayunaste pan con uranio, o bueno uranio solo, porque el pan anda más perdido que el uranio! No me mires así, atravesada,... Leer más »

Crónica de domingo: Sin nada mejor que hacer, chupemos mango

El mango se come con las manos y sin finuras. Nunca he entendido a los que utilizan un cuchillo y un trapo para no embarrarse. Leer más »