Yeneris Gómez: “el banco es mi segunda casa”

Yeneris Gómez en el banco junto a parte de su colectivo

En el mismo corazón de Matanzas, donde confluyen las calles Medio y Ayuntamiento, la Sucursal 3471 del Banco de Crédito y Comercio (Bandec) se alza, más que como otra muestra de la arquitectura neoclásica de la Atenas de Cuba, como un símbolo de trabajo indetenible, aún en los tiempos difíciles que corren.

Al frente de este dinámico centro se encuentra Yeneris Gómez Lozano, joven directora cuyo liderazgo trasciende las cifras y los balances para forjar un compromiso tangible con el desarrollo de su entidad, su territorio y, sobre todo, sus clientes.

Recientemente, la dedicación de su equipo recibió un merecido reconocimiento. Con gran orgullo, Yeneris aceptó, en nombre de todos sus trabajadores, la condición de Colectivo Distinguido Nacional; y, para redondear un año de éxitos, a este mérito se suma la entrega de la medalla conmemorativa por el 85 Aniversario de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

Ambas distinciones, recibidas en un período de intenso trabajo, devienen testimonio elocuente de la capacidad de Yeneris para impulsar un equipo unido y de alto rendimiento. Estos logros nos presentan a una directora que, con humildad y entrega, acepta ofrecernos esta entrevista mientras escribe una página sobresaliente en la historia bancaria de Matanzas.

Fotos: cortesía de la fuente.

—¿Recuerda su primer día como directora? Más allá de los nervios, ¿cuál fue el primer reto que enfrentó y qué le enseñó sobre el verdadero liderazgo?

—Algo positivo es que ya estaba dentro del sector y había transitado por las diferentes áreas, lo que te da una experiencia y visión diferentes a la hora de enfrentar el trabajo. ¿Retos? Muchos. Desde que uno asume un cargo de dirección creo que los tiene a diario, y para sortearlos es muy importante amar lo que uno hace.

—Como directora joven, es probable que lidere a personas con mucha más experiencia, que quizás fueron sus mentores. ¿Cómo afronta esta dinámica, para ganarse su respeto mientras valora su sabiduría?

—Dirijo 62 trabajadores, de ellos cuatro hombres y el resto mujeres; algunos con mucha experiencia en el sector. Creo que lo más importante para poder compenetrarnos y tener resultados desde el liderazgo ha sido el trabajo en equipo, las tormentas de ideas; escucharnos todos y sacar siempre provecho de lo que cada cual puede decir. Precisamente la experiencia, la juventud y los deseos de hacer, todo eso junto, es lo que nos hace caminar unidos y superarnos cada día.

Yeneris junto a Yanetsy Chávez Camaraza, Directora Provincial del Banco de Crédito y Comercio Bandec, recibiendo la Medalla 85 Aniversario de la CTC.
Yeneris junto a Yanetsy Chávez Camaraza, Directora Provincial del Banco de Crédito y Comercio, recibiendo la Medalla 85 Aniversario de la CTC.

—En un contexto de desafíos materiales, ¿cuál ha sido la estrategia que ha implementado en su sucursal para mejorar el servicio o la moral de su equipo?

—Trabajar en un contexto donde existen muchas carencias económicas, especialmente la afectación del fluido eléctrico, hace que todos los días nos repensemos. Tenemos clara nuestra razón de ser: la prestación de servicios; y el éxito está en reconocernos como servidores públicos. Cuando esto se entiende a nivel de colectivo, se logra un sentido de pertenencia que te hace crecerte ante los desafíos y, por tanto, se nota menos la falta material que pueda existir.

—Usted constituye un puente entre una forma de trabajar muy arraigada y los nuevos tiempos. ¿Cuánto cree que ha cambiado la banca cubana, en un proceso de transformación que le ha tocado asumir a usted y a su generación, principalmente?

—El sistema bancario, de la misma manera que lo ha hecho el país, no se ha quedado atrás y ha ido dando pasos en su informatización. El banco dejó de ser aquel lugar pasivo donde solo se trabajaba de 8:00 a. m. a 3:00 p. m. y cuando cerraba ya no sucedía nada más; ahora siempre está activo. ¿Por qué? Porque sus clientes lo llevan con ellos en sus móviles.

Además, ya no esperamos sentados en nuestro puesto de trabajo, sino que salimos a interactuar con ellos; por ejemplo, en las ferias comerciales. Esto es una estrategia moderna, necesaria, y creo que ha generado un impacto positivo, independientemente de todo lo que pueda quedar por perfeccionarse.

—¿Qué le dice a los jóvenes de su generación o generaciones posteriores, que podrían ver la banca como una carrera tradicional, para mostrarles que es un espacio de innovación y crecimiento?

—Todo aquel que decida incorporarse a un banco va a tener siempre un lugar de trabajo con mucha exquisitez y responsabilidad. Los trabajadores bancarios somos muy consagrados; se trabaja bastante y el nivel de exigencia es fuerte, pero de esa misma manera estamos acostumbrados a ser muy unidos y cuando entras al banco te quedas en esa gran familia de la que no quieres salir y a la cual te sientes orgulloso de pertenecer, lo que queda demostrado con la estabilidad laboral de sus trabajadores.

—Más allá de los indicadores económicos, ¿cuál es para usted la señal humana más clara de que está haciendo un buen trabajo?

—En lo personal, jamás creo que lo estoy haciendo bien del todo; siempre me exijo un poco más y creo que podía haber hecho algo mejor. Apuesto mucho por la sistematicidad de la superación personal; creo que cuando uno se supera a diario y siempre tiene una respuesta para darle al trabajador, asistiéndolo en cualquier duda o planteamiento, tiene entonces la tranquilidad de no solo inspirar respeto, sino de acompañar a su colectivo.

“Me siento muy orgullosa del equipo del cual formo parte, porque hemos llegado a vernos como una gran familia, y he ahí el verdadero éxito: sentirnos como en casa en nuestro centro laboral, donde, al fin y al cabo, pasamos la mayor parte del tiempo.

Yeneris Gómez en su oficina en el banco

—Un puesto de tanta responsabilidad a una edad temprana conlleva una gran presión. ¿Cuál es su estrategia personal para desconectar, recargar energías y evitar el desgaste?

—Como le decía, tenemos que ver el centro de trabajo como nuestra segunda casa; y estar a gusto en él, preocupándonos por su estética, por que nos sintamos cómodos, va a ser importante en este sentido.

—Imagine el sistema bancario cubano dentro de 10 o 15 años. ¿Cómo lo visualiza? Y, más importante, ¿se ve aún en él?

—Lo visualizo creciéndose y enfrentando los desafíos como lo ha venido haciendo hasta ahora, pues siempre ha estado en el centro de la economía cubana y sus trabajadores se han caracterizado históricamente por crecerse, repensarse y acompañar a la Revolución en cada uno de los momentos que le ha tocado vivir. No me imagino en otro lugar que no sea en él; por lo tanto, pienso acompañarlo en los próximos años y desafíos.


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Sobre el autor: Humberto Fuentes Rodríguez

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Matanzas en el año 2024. Egresado del Taller de Técnicas Narrativas del Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Jefe de la Sección de Literatura de la Asociación Hermanos Saíz en Matanzas. Escritor, fotógrafo, trovador y guionista.

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