Desde Matanzas, una puerta violeta por la no violencia

Desde Matanzas, una puerta violeta por la no violencia

“Pero dibujé

una puerta violeta en la pared

y al entrar me liberé”.

Rozalén

En un mundo, un país y una provincia donde las estadísticas de violencia de género se leen como hechos aparentemente distantes o aislados —nada más lejos de la realidad—, surge un proyecto que convierte gritos ahogados en himnos colectivos.

La Puerta Violeta constituye un espacio por la no violencia de género que forma parte de la Cátedra de la Mujer y un programa institucional de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas (UCMM), el cual aborda integralmente dicha problemática desde el sector de la Salud.

Este proyecto incluye diferentes tareas que contribuyen al afrontamiento integral e integrado de la violencia de género, como, por ejemplo, la creación de modos de actuación ante estas situaciones en los diferentes niveles de atención, además de capacitaciones e intervenciones comunitarias; todo ello en coordinación y articulación con otros profesionales del sector. 

Su creación constituye un paso importante, pues desde este se brinda atención especializada a personas en situaciones de violencia dentro del territorio matancero.

MÁS QUE FRÍAS ESTADÍSTICAS

Según datos de ONU Mujeres, facilitados por Yalenis Velazco Fajardo y Regla María Hernández Álvarez, coordinadoras de La Puerta Violeta, se calcula que una de cada tres féminas en el mundo ha padecido, al menos una vez en su vida, violencia física por parte de su pareja, violencia sexual fuera de la relación, o ambas. Asimismo, las tasas de depresión, trastornos de ansiedad, embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual y VIH son más elevadas en dicho tercio de la población femenina.

En 2023, unas 51 100 mujeres y niñas murieron a manos de sus parejas u otros familiares en todo el mundo. Esto significa que, en promedio, cada día, 140 mujeres y niñas fueron asesinadas por alguien de su propia familia. Mientras el 60 % de los femicidios son cometidos por parejas u otros familiares, solo el 12 % de los asesinatos de hombres se producen en la esfera privada.

En Cuba, este fenómeno está presente de manera palpable. Según datos del Observatorio Cubano sobre Igualdad de Género, un total de 60 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas en el 2023, lo que equivale a una tasa de 1,37 por cada 100 000 féminas. Si se realiza un análisis por provincias, las que más muertes violentas presentaron fueron La Habana, Camagüey y Matanzas.

Dichas cifras responden a aquellos casos identificados mediante procesos judiciales. En casi el 70 % de estos, el hecho ocurrió en el hogar, y quedaron un total de 38 menores sin amparo materno. Al analizar la relación que tenían las víctimas con el agresor, la proporción de asesinatos de mujeres por parte de su pareja o expareja íntima representa más del 80 %.

En Matanzas, en ese período, y según información aportada a Girón por Iliac Castellanos Chávez, fiscal jefe del Departamento de Procesos Penales, se registraron 11 de muertes violentas.

Los datos con que se cuenta, a pesar de no reflejar la verdadera magnitud del fenómeno, resultan igualmente alarmantes y convocan a la acción efectiva y urgente de espacios como La Puerta Violeta. Solo así, estos dejarán de ser frías estadísticas y se convertirán en motivos para decir: ¡ni una más!


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EL SENDERO HACIA LA PUERTA

El Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Médicas Juan Guiteras Gener, de Matanzas, ha mantenido, junto a la labor de cátedras multidisciplinarias como las de Educación Sexual y la Mujer, un vínculo histórico con proyectos orientados hacia la atención de diferentes problemáticas sociales que afectan la salud.

“Desde 2017, el trabajo desarrollado en torno a la prevención de la violencia de género fue más sistemático y profundo, amparado en un proyecto de investigación cuyo resultado fundamental era una estrategia educativa para el abordaje de la violencia de género en el estudiantado universitario de las Ciencias Médicas”, refieren Velazco Fajardo y Hernández Álvarez.

Desde Matanzas, una puerta violeta por la no violencia
La dirección de la UCMM apoyó desde un primer momento la creación de este espacio, en especial su rector, el Dr. C. Arístides Lázaro García Herrera.

“Si bien se desarrollaron intervenciones educativas en comunidades y se trabajó con otras poblaciones vulnerables en la deconstrucción de patrones, mitos y estereotipos que sostienen la violencia de género y subyacen en sus causas, la esencia del proyecto era la labor educativa con estudiantes, como parte de su formación integral y desde la importancia de esta preparación, teniendo en cuenta el perfil profesional de los mismos.

“Esto continúa siendo una prioridad, pero La Puerta Violeta va más allá. Dentro de sus principales acciones se encuentra la apertura de un espacio de transformación y atención especializada a la violencia de género”.

SALUD Y VIOLENCIA DE GÉNERO

“La violencia en general y la violencia de género en particular constituyen fenómenos sociales que inciden de manera directa en la salud de los individuos, las familias y las comunidades. Las personas en situaciones de violencia suelen sufrir ansiedad, depresión y trastornos del sueño, la alimentación y las necesidades; así como ideación suicida e, incluso, intentos o consumación del acto. En sus formas más severas, puede ser causante de lesiones importantes y hasta la muerte”, explican las especialistas.

“Es precisamente a los servicios de Salud donde acuden las víctimas en busca de atención, lo cual, está demostrado, realizan después de mucho tiempo, y no siempre declaran abiertamente la verdadera causa de su sintomatología o daño físico.

“Se requiere de un manejo especializado que no revictimice, posibilitando un abordaje adecuado, humano, integral, ético y fundamentado. Los profesionales de este sector tienen una posición privilegiada para la transformación de patrones, estereotipos e imaginarios que sustentan la violencia, cuyos efectos nocivos impactan de manera negativa en la salud. Por lo tanto, resulta vital desarrollar conocimientos y habilidades para ello. En este sentido, la universidad tiene una gran responsabilidad”.

UNA PUERTA AL CAMBIO

Desde Matanzas, una puerta violeta por la no violencia

“Quedan muchos retos, pero confiamos en la vocación y el compromiso con el bienestar humano de los profesionales que laboran en nuestras instituciones y los directivos del sector en el territorio. Sabemos que las articulaciones se lograrán y pronto seremos muchos más los que ‘soñemos violeta’”, aseguran las coordinadoras del proyecto. 

La creación de este espacio contribuirá de manera sustancial a la lucha contra la violencia de género, la capacitación del personal de la Salud y la calidad de la atención que, por tanto, recibirán las víctimas que acuden a los diferentes servicios en busca de ayuda.

Un mundo sin violencia de género es posible, y la educación tiene una influencia determinante para lograrlo. El enfrentamiento a este flagelo exige acciones intersectoriales, donde la Salud posee una gran responsabilidad, por lo que el espacio que hoy se abre en la UCMM constituye, sin dudas, una puerta al cambio, la esperanza y la paz. (Edición web: Miguel Márquez Díaz)


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Sobre el autor: Humberto Fuentes Rodríguez

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Matanzas en el año 2024. Egresado del Taller de Técnicas Narrativas del Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Jefe de la Sección de Literatura de la Asociación Hermanos Saíz en Matanzas. Escritor, fotógrafo, trovador y guionista.

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