La edición impresa Fray Candil, la pluma del diablo, del historiador Urbano Martínez Carmenate, Premio Fundación de la Ciudad 2021, se presentó la mañana de este sábado 16 de diciembre como parte de las actividades de clausura de la Jornada Leer la Historia.
El volumen, que aparece bajo el sello de Ediciones Matanzas, recoge en seis capítulos la vida, la herencia literaria y el mito de Emilio Bobadilla (Cárdenas, 1862- Biarritz, Francia, 1921). Crítico mordaz y picante que se hizo popular en los semanarios satíricos El Epigrama y El Carnaval, bajo el seudónimo de Fray Candil y escribió también poesía y prosa de gran valor literario, aunque esto último haya quedado eclipsado por su controversial imagen pública.
En el hermoso espacio que prestó el Estudio Galería del pintor Sergio Roque, Martínez Carmenate relató a la concurrencia el origen de esta obra: “Con motivo del centenario de la muerte de Fray Candil quise hacer, para la revista Matanzas, un artículo que rescatara su memoria. Busqué muchísima información y poco a poco el texto se me fue yendo de las manos, hasta abarcar 110 páginas”.
EL artífice de algunas de las columnas más escandalosas de la prensa decimonónica, yerno del poeta Juan Clemente Zenea y feroz azote de artistas e intelectuales, no tenía paz con nadie. A José Jacinto Milanés lo llamó “rimador amanerado y las más veces vulgar” y se refirió a Carlos Manuel de Céspedes como “Abogado vanidoso, intrigante y obstinado”. La agudeza de su lengua le granjeó incontables enemistades y lo llevó incluso a protagonizar un duelo con el escritor español Leopoldo Alas “Clarín”.
Interrogado sobre sus motivaciones para revivir, a través de la investigación, a tan singular figura de las letras cubanas, el autor asegura que se trata de “un gran escritor, con una inteligencia y un talento enorme. Aunque a veces haga daño, tiene la maestría de su pluma y la penetración psicológica de las cosas.
“Ha sido muy atacado y excluido. Si bien no está del todo fuera de las publicaciones cubanas, no se reconoce suficientemente su talento como cronista. Tampoco su vocación cubana; Fray Candil se va de España, luego de hacer carrera allí, cuando empieza la Guerra del 95. A los que le preguntan el por qué, responde: ‘no puedo vivir donde se ofende a mis compatriotas’”.
El historiador resalta la impresión positiva que aquel a quien llama “perpetuo beligerante” causó en figuras cumbre de la literatura hispánica como Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós o Azorín (José Martínez Ruiz). También el comentario tan sentido que sobre su escritura deja José Martí en las páginas de Patria.
“Este libro intenta no ocultar lo malo que hizo, en él muchas veces critico a Bobadilla a fondo y le doy crédito a la opinión de los que le tiran fuerte, pero resulta imprescindible reconocer sus valores”.
En sus palabras de presentación, la bibliotecóloga e historiadora del arte Caridad Contreras Llorca afirma: “Fray Candil, la pluma del diablo es un ejemplo de tacto, de mesura, de ejercicio del intelecto, de rigor analítico (…) pero no existe expresión alguna totalmente aséptica, incontaminada de sentimientos, detrás de los datos sueltos, de los razonamientos irreprochables, de los argumentos enjundiosos, está el sentir de Martínez Carmenate. Se trata de un buen escritor que tiende su mano para salvar del olvido, la omisión, la censura y la lejanía a otro buen escritor”.