Matanzas, 8 de febrero del 2023
“Año 65 de la Revolución”
A: Dirección de Redacción del periódico Girón
De: Félix Alberto González Cabrera
Director Provincial de Justicia
Compañero (a):
A raíz de la publicación realizada por nuestro medio de prensa provincial, nos motivamos, con todo respeto, a dar respuestas a cada uno de los particulares reflejados en la misma, sin el ánimo de justificar lo que no merece.
La reapertura de los servicios que estuvieron paralizados durante mucho tiempo con motivo de la Pandemia generó una acumulación de trámites por parte de la población. A esto se suman otros fenómenos como la migración interna y externa de la población cubana, lo cual ha multiplicado exponencialmente la demanda de trámites, especialmente en los Registros del Estado Civil (REC). Solo para poner un ejemplo, podemos decir por datos estadísticos que hasta el año 2019 nuestros REC no excedían las 13 mil certificaciones mensuales. En la actualidad, se expiden mensualmente nunca menos de 53 mil certificaciones, lo que evidencia un importante esfuerzo de estas unidades en la provincia, pero no justifica actuaciones inadecuadas de nuestros especialistas bajo ninguna circunstancia.
Unido a los trámites que generan la puesta en vigor de la Ley de Memoria Democrática Española, existen las nuevas normativas migratorias aprobadas por el Gobierno de Estados Unidos, estimulando, aún más, la excesiva demanda de los servicios del Registro Civil, Notarías y Antecedentes Penales.
Ciertamente, la alta demanda de las solicitudes en los Registros Civiles, las escasas condiciones con que cuenta el personal que allí labora, específicamente en el municipio cabecera (teniendo en cuenta que lo hacen en el Palacio de los Matrimonios de la ciudad, deteriorado por demás y el cual no cuenta con las condiciones para admitir el ingreso de tantas personas), la falta de sensibilidad, profesionalidad, honestidad y empatía de algunos de nuestros funcionarios (lo cual se ha enfrentado), así como la falta de organización del trabajo, son algunas de las cuestiones subjetivas y objetivas que inciden negativamente en la calidad del servicio prestado.
Hemos identificado a los coleros y, a pesar de enfrentarnos directamente con ellos, evitando la venta de turnos para realizar trámites en el Registro Civil o en cualquier unidad de prestación de servicios de nuestro sistema, ha sido difícil su erradicación. No obstante, se realizan otras acciones conjuntas para combatir esta situación.
Como cubanos, todos conocemos las bondades que ofrece la digitalización de la sociedad, los beneficios del gobierno electrónico, estar a la altura de las tecnologías de punta, etc., pero (con los pies en la tierra) tenemos que comprender que vivimos en un país bloqueado, digitalmente hablando, que los medios con los que contamos, en ocasiones, no son los más idóneos y que el país ha hecho un esfuerzo sobrenatural por ir desplegando, en la medida de las posibilidades, plataformas digitales para agilizar los procesos. No están en nuestras manos los fallos en la conexión ni la falta de fluido eléctrico que, además de afectar la entrega del documento digitalizado con todas las formalidades que establece la Ley, ocasiona problemas conectivos.
En nuestras manos está trabajar en la capacitación del personal, donde se han habilitado como registradores civiles un grupo de especialistas de la Dirección Provincial de Justicia para apoyar el trabajo del REC cabecera. Es nuestra responsabilidad la exigencia por brindar un servicio de calidad y de cara a lo estipulado en las normas cubanas, en la honestidad, integralidad y profesionalidad de nuestros recursos humanos, llamarlos cada día a ser más empáticos con las personas, que pese a las precariedades que podamos tener, no nos da el derecho de maltratar a nadie, desinformar a la población y desapegarnos de los más intrínsecos valores que demanda nuestra profesión.