Danel Castro Muñagorri, tunero y el pelotero con más jits de la pelota cubana, viste actualmente la camiseta de Centrales en la primera Liga Élite del Béisbol Cubano, con la cual logró romper el récord de imparables impuesto por Enrique Díaz.
Una larga y estresante espera y sobre todo la polémica rondaban al oriundo de Manatí, luego de su exclusión de la agrupación a la cual debía pertenecer en el certamen.
Al ser llamado a las filas naranjas por el mentor Armando Ferrer, se abrieron las puertas al objetivo que se trazó en estos, los últimos momentos de su carrera deportiva.
Cualquiera diría que con la experiencia que posee este veterano jugador no sentía presión y tenía los nervios controlados, pero la procesión se lleva por dentro.
“Fue complicado ese momento, porque aunque no lo aparentaba sí estaba preocupado, no estaba dando muchos jits, pero poco a poco fui tomando confianza”.
Una hazaña como esta, materializada lejos de casa, de los compañeros de duras batallas en series nacionales y sin la franela de tantos años, no fue fácil para él».
“Ha sido un poco incómodo, pero el pueblo de Las Tunas sabe que es especialmente para ellos, también para toda Cuba, y algo como esto es una satisfacción en cualquier lugar”.
La manera en la que se concretó el anhelo de uno de los jugadores más estables de la pelota cubana aporta el plus de la espectacularidad, pues un cuadrangular dentro del terreno no se logra todos los días.
“La verdad que eso quedó para la historia, no creo que haya podido ser mejor. Con la edad que tengo, hacer un jonrón… El jardinero se adelantó a fildear la línea y la pelota pasó hacia atrás. Fue un momento único”.
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Quiso la vida que los acontecimientos se dieran de forma accidentada y que fueran Matanzas y Centrales la panacea para los duros momentos que atravesó Danel al no ser llamado a las filas de Agricultores.
Los aplausos en el estadio Victoria de Girón en cada turno al bate dan cuenta de la admiración que existe por la trayectoria de quien rompió la barrera de los 2 378 incogibles.
“Aquí me siento muy bien, me han recibido de manera extraordinaria. Todos los peloteros nos llevamos bien, son muchos años jugando con ellos. Estoy satisfecho y tranquilo en Matanzas, donde tengo muchas amistades y el apoyo del pueblo”.
El retiro está en los planes de Danel Castro a corto plazo, “aunque es incómodo hacerlo fuera de tu equipo. Luego quiero descansar, estar con la familia y más adelante aportar lo que pueda al béisbol; quizá formando a las nuevas generaciones o si la Comisión Provincial lo estima conveniente ayudar a que los Leñadores sigan siendo de los mejores equipos del país”.
El número 1 de los equipos del balcón del oriente cubano deja una huella en el pasatiempo nacional junto a otras marcas no menos importantes, como el primero en cantidad de temporadas (28), segundo en juegos jugados (2 076) y en carreras producidas (2 396), cuarto en carreras impulsadas (1 306), octavo en dobles (374).
Esos son algunos de sus números, pero cuando ya no empuñe el madero recordaremos su paciencia en el home plate, su caballerosidad dentro y fuera del terreno y, como su marca personal, ese baile sobre la base cuando sabía que su conexión cambiaba los planes del contrario.