La Universidad Popular José Martí (UPJM) nació el 3 de noviembre de 1923 bajo la égida del combatiente revolucionario antiimperialista Julio Antonio Mella, quien desde diciembre del año anterior presidía la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), creada también por él con el afán de impulsar a fondo la Reforma general de la institución de estudios superiores de La Habana y la lucha por la justicia social de manera integral.
Bastaría evocar las palabras de su fundador, entonces estudiante de Derecho, cuando calificó a la UPJM como “la hija querida de sus sueños”, y predijo que sería senda de luz para un mundo mejor del sector obrero y los desfavorecidos, para aquilatar la importancia que Mella diera a un empeño que solo pudo fructificar hasta 1927. El, que entre otras cualidades parecía signado por la vida para combatir, crear y fundar.
El dictador Gerardo Machado ordenó clausurarla por considerarla foco de propaganda de los comunistas, sus enemigos de pesadilla; mientras sumía al país en un baño de sangre con sus crímenes, torturas y persecuciones a todos los que reclamaran justicia. Ah, en cuanto a sus sospechas, no estaba equivocado, como se verá.
A pesar de su corta vida, la Universidad Popular José Martí tuvo tiempo de mostrar una impronta vanguardista sin precedentes en el país, al vincular al estudiantado y los intelectuales de la Universidad de La Habana, entonces la única del territorio nacional, con representantes de los sectores obreros, principalmente portuarios y azucareros, y humildes empleados, organizados en activos sindicatos inmersos en el clima revolucionario que cobraba auge como una flama en aquellos tiempos.
No solo se trataba de incrementar el nivel educacional y cultural de los alumnos. La UPJM también funcionaba bajo claros y definidos presupuestos ideológicos del marxismo-leninismo, que instruían en la historia del movimiento obrero y los actualizaba en las formas de lucha más eficaces para defender sus derechos, ignorados y pisoteados por la burguesía en el poder.
Esa institución de avanzada había sido posible en 1923, cuando también habían coincidido otros sucesos políticos de importancia, además del movimiento por la Reforma universitaria, en parte influida por la ocurrida en la Universidad de Córdoba, Argentina.
Fue el año en que Rubén Martínez Villena encabezara la gallarda Protesta de los 13, contra la corrupción gubernamental. Y a la UPJM la había antecedido, además, por pocos días un Congreso Nacional de Estudiantes, vibrante de proyectos y reclamos por una enseñanza más científica y moderna, y por una nación menos corrupta y entreguista al imperio norteño.
El movimiento revolucionario que empezaba a inscribirse en la trayectoria de la histórica citadina Casa de Altos Estudios mostró desde sus inicios su radical vocación latinoamericanista, su apego a la unidad de todos los cubanos y su enfrentamiento al poder imperialista, el ovillo de donde salían los hilos móviles de las marionetas del patio.
Con una matrícula de 400 estudiantes comenzó a funcionar la Universidad Popular, tras el acto inaugural celebrado en el Aula Magna. Desde el principio fue dirigida por un Consejo o Junta, del cual Julio Antonio Mella estaba al frente.
El claustro profesoral lo conformaban pedagogos e intelectuales eminentes, entre ellos Emilio Roig de Leuchsenring, enriquecido luego con otras personalidades brillantes, entonces muy jóvenes: Gustavo Aldereguía Lima, Rubén Martínez Villena, Raúl Roa y José Zacarías Tallet. Muchos estudiantes y recién graduados de los cursos regulares universitarios que dieron el paso al frente.
Entre estos, Sarah Pascual, Leonardo Fernández Sánchez, Eusebio Adolfo Hernández y Alfonso Bernal del Riesgo. Zacarías Tallet fungió como presidente y Jorge A. Vivó de secretario.
Las primeras clases se iniciaron el 20 de noviembre en el horario nocturno y en el Aula Magna, además de algunas en la Facultad de Derecho. En el currículo de materia figuraban cursos de Historia de la Humanidad y de Cuba, Literatura, Gramática, Economía Política y Social, Legislación del Trabajo, Maternidad y Profilaxis Sexual, Moral Antidogmática y Rudimentos de Ciencias de las Religiones.
Desde que llegó al poder con intenciones de quedarse, en 1925, Gerardo Machado fue el enemigo más encarnizado que tuvo la UPJM.
Esto llevó a los organizadores, hasta su clausura, a cambiar la sede hacia lugares del movimiento sindical, como la Federación de Torcedores de La Habana, la Federación Obrera de Bahía, la Hermandad Ferroviaria y otros enclaves en San Antonio de los Baños, Regla, Guanabacoa y Marianao.
La persecución y el terror machadista no impidieron que la singular casa de estudios se extendiera a otras provincias cubanas, donde funcionaron aulas con el mérito de hacer ciclos de conferencias sobre temas sociales, en auténtico desafío al poder tiránico, el cual fue tornándose cada vez más sádico y feroz, mientras crecían la miseria extrema, el hambre, el desempleo, el analfabetismo y la insalubridad.
Julio Antonio Mella, quien solo alcanzó a vivir 25 años, al ser asesinado el 10 de enero de 1929, en Ciudad de México, por sicarios enviados por Gerardo Machado, todavía estaba entonces por fundar el primer Partido Comunista de Cuba el 16 de agosto 1925, en compañía del patriota Carlos Baliño.
En junio de ese año había creado también la Liga Antiimperialista de Cuba.
Estuvo siempre en la avanzada del pensamiento revolucionario más radical y actualizado de su Patria, sin dejar de sentirse comprometido con la causa cubana, aun desde el obligado exilio, adonde fue a buscarlo el crimen.
Un hombre de acción y un político brillante, de largo alcance, creador de instituciones y movimientos. Murió por la Revolución demasiado joven, como suelen caer los héroes, luchando.
(Tomado de ACN)