Dos series rompen actualmente los récords de audiencia a nivel mundial: La Casa del Dragón y Los Anillos de Poder, ambas precuelas de producciones exitosas y basadas en obras literarias de renombre, Juego de Tronos, la cual tiene como base el libro Canción de Hielo y Fuego de George R. Martin y la trilogía de películas de El Señor de los Anillos, dirigida por Peter Jackson, que es sin duda la mejor representación cinematográfica hasta la fecha del universo creado por J. R. R. Tolkien.
La Casa del Dragón narra los sucesos que llevaron al fin de la hegemonía Targaryen en los Sietes Reinos y que desembocarían en una guerra civil, una sucesión de reinados débiles y finalmente la caída de la Casa del Dragón. Esta historia es referenciada en el libro original y para enterarnos de lo que pasa con cada personaje basta con teclear su nombre en Wikipedia. Vamos, que al final da para lo que da: dragones, batallas, sexo explícito en pantalla, drama y un derroche de efectos especiales, todo bien hilvanado por el guionista Ryan Condal y asesorado por el propio Martin.
Los productores de la serie contaban con una horda de fanáticos de Juego de Tronos para relanzar la licencia y vaya que lo lograron. HBO declaró una cifra superior a los 10 millones de visualizaciones del primer episodio a solo una hora de su estreno.
Por su parte, Los Anillos de Poder explota la llamada Segunda Edad de Tierra Media y toma parte de las historias escritas en los apéndices del Señor de los Anillos. Apenas un puñado de personajes cánones en la obra de Tolkien sirven de pretexto para desarrollar a personajes originales en la producción televisiva, protagonistas de sus propias historias.
La adaptación del universo de Tolkien cuenta con pesos pesados tras cámaras como el director de cine español Juan Antonio Bayona, con películas en su haber de la categoría de El Orfanato, Lo Imposible, Un monstruo viene a verme y Parque Jurásico el Reino Perdido; y la dupla de escritores J.D Payne y Patrick Mckay.
Esta serie producida por Amazon tiene el título de ser la más cara de la historia, con un presupuesto que daría dolores de cabeza a una calculadora. No obstante, sin duda lo más curioso es cómo ha logrado dividir a sus fanáticos, que actualmente protagonizan una encarnizada batalla en redes sociales en una especie de amor-odio, que al final del día también resulta positivo para los ratings de audiencia.
Que ambas producciones fueran estrenadas con apenas días de diferencia no es coincidencia. Tanto HBO como Amazon saben que tienen en sus manos las dos licencias de literatura fantástica más exitosas de la historia y que, además de la calidad cinematográfica, en estos casos siempre viene bien un poco de morbo generado por la rivalidad.
¿Y tú de qué bando eres: dragones o anillos? Los leemos en los comentarios.
(Por: Boris Luis Alonso Pérez)