Este lunes, 22 de agosto, se celebra el Día Mundial del Folclore, fecha declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el año 1960.
Se trata de la expresión auténtica de un pueblo que abarca sus tradiciones, leyendas, costumbres, música, danzas, entre otras manifestaciones, cuyas peculiaridades distinguen a una cultura de otra.
El estudio del folclore cubano tiene una larga tradición, no solo a través de revistas y sociedades; también se ha estudiado en las universidades con el fin de establecer su real jerarquía.
Precisamente, en los centros de altos estudios se realizan en la fecha festividades para no pasar por alto la ocasión, pues en estos sitios coexisten personas de varios países y, por ende, distintas culturas.
Fue el arqueólogo británico William G. Thorns, quien utilizó por primera vez el término inglés “folklore” (de ‘folk’ que significa pueblo y ‘lore’, saber) el 22 de agosto de 1846, en una carta publicada en la revista londinense Atheneum.
El término fue creado para referirse a las manifestaciones ancestrales de las culturas del mundo y que sobreviven hasta el día de hoy: artes, música y costumbres de los pueblos que son transmitidas de generación en generación.
Cada país lo celebra de una manera diferente, pero la esencia no difiere: recuperar las tradiciones y no dejar que se pierdan.
Nuestra provincia cuenta con importantes agrupaciones folclóricas como Los Muñequitos de Matanzas y AfroCuba que fomentan la tradición rumbera y afro-cubana a través de la música y la danza.
También con sitios como el Callejón de las Tradiciones, en la barriada de Pueblo Nuevo, donde la cultura comunitaria revive la espiritualidad y las ansias de conocimiento de los visitantes, niños y jóvenes.