Rinde Matanzas homenaje a caídos en el incendio de la Base de Supertanqueros (Minuto a minuto)

Desarrollan en Matanzas honras fúnebres a los caídos en el incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas. Siga a través del Periódico Girón las incidencias de este homenaje.


9:55 am

A punto de comenzar las honras fúnebres a los caídos en el incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas.

En un primer momento los familiares y amigos tuvieron unos minutos de privacidad en el sitio del homenaje.


10: 00 am

Ya comienzan a acceder al lugar los bomberos, combatientes del Ministerio del Interior y la población en general para rendir tributo a los caídos en el lamentable accidente.

Primer grupo que esta mañana rindió homenaje a los caídos en el incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas. Foto: Julio César García

10: 10 am

En el sitio se pueden observar ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz y del Primer Secretario del PCC y Presidente de la República Miguel Díaz Canel Bermúdez.

La Guardia de Honor está compuesta por miembros del Cuerpo de Bomberos de Cuba, jóvenes hermanos que rinden tributo a quienes se enfrentaron con entereza a uno de los mayores desastres que ha sufrido nuestro país.

Los familiares y amigos de los caídos en el cumplimiento del deber permanecen en el lugar escogido para el homenaje en un sitio preparado para conservar su privacidad en medio del dolor.


10:15am

El pueblo de Matanzas recuerda a los caídos en el cumplimiento del deber. Velas encendidas y rostros de dolor de todos los que agradecemos el sacrificio de estos hombres.


10:20am

Las flores, el saludo militar, silencio y respeto predominan hoy aquí en la edificación que recoge la historia de tantos valerosos hombres del Cuerpo de Bomberos de Cuba.

En estos momentos se realiza el cambio de Guardia de Honor.


10: 25am

Los miembros de Rescate y Salvamento que también estuvieron presentes en el incendio llegan hasta aquí para decir adiós a sus compañeros.


Junior Expósito Ekerson, técnico de Salvamento y Rescate

«En el cuerpo de Bomberos todos hacen como una familia, es muy doloroso siempre perder a un familiar. Haber estado en una situación como esta de extremo riesgo llega el momento en que te crea una barrera emocional, hasta un día como hoy, que ya no puedes más y los ves ahí.

«Ves quizás tus caras reflejadas en las suyas, en sus fotos y piensas, que hubieras podido hacer tú para que su retrato no estuviera ahí. A la misma vez es confuso porque los ves irse y te dices que harías lo mismo, o sea, yo como bomberos no veo mi final de otra manera», fueron las sentidas las sentidas declaraciones a Girón de Junior Expósito Ekerson, técnico de Salvamento y Rescate, presente en el lugar.


Jesús Miguel Alfonso Lima, Técnico de Salvamento y Rescate.

«Nosotros estábamos entre los dos tanques cuando ocurrió la explosión, por suerte a muchos nos dio tiempo de correr y pude ayudar a varias personas. Pero nunca en mi vida había vivido una experiencia como esa. Incluso no me salen las palabras para decirlo, solamente de pensarlo se me cierra por completo el pensamiento.

«Hoy decidí estar aquí porque tenía que rendirle tributo a mis compañeros, porque lo merecen.

«Después de aquella noche tuve miedo de volver. El miedo es un sentimiento que demuestra que somos seres humanos, pero también es seguridad, cuando uno teme se cuida más, incluso se lo comenté a un compañero que estaba conmigo. Le dije tengo miedo pero ahí seguí porque era un compromiso, no podíamos ni queríamos irnos, y estuvimos desde el primer hasta el último día. Sobrevivimos a varias explosiones estando cerca, pero afortunadamente salimos con vida, desgraciadamente nuestros compañeros no y lamentamos mucho eso», narró Jesús Miguel Alfonso Lima, Técnico de Salvamento y Rescate.


11:20

Hasta las 5 de la tarde la población podrá rendir tributo a los caídos en el cumplimiento del deber en la base de supertanqueros de Matanzas.


Yadiel Cruz González, trabajador del cuerpo de Bomberos Y bombero voluntario

«Yo me encontraba accidentado pues sufrí un accidente de tránsito, tenía lesiones y no podía caminar en el momento del incendio y yo no cabía dentro de mi casa. Estaba allá con mis familiares, mi esposa y mis hijos que no querían que me fueran, pero vine a presentarme aquí en el comando. Llamé al jefe de servicios y me dijo que yo no podía, que me quedara en la casa. Yo le dije “Yo no puedo quedarme en la casa. Estoy aquí en el Comando dime qué hay que hacer”.

«Me encargué de lo que eran las transmisiones en la retaguardia enviando todas las técnicas que hacían falta para el lugar de servicio mientras el cuerpo de mando las enviaba. No pude estar en el lugar de servicio, en el foco del incendio, pero al menos estuve apoyando porque verdaderamente en mi casa no podía estar y al saber que varios compañeros que estudiaron conmigo en la Escuela Nacional de Bomberos ya no están, me causa mucho sentimiento, mucho dolor, porque vivimos momentos duros. Lo mejor que puedo hacer es estar aquí hoy, rendirles homenaje y acompañar a las familias», declaró Yadiel Cruz González, trabajador del cuerpo de bomberos, bombero voluntario y trabajador de la Cooperativa La Estrella.


René Fernández Santana, director de Teatro Papalote y Premio Nacional de Teatro

René Fernández Santana, director de Teatro Papalote y Premio Nacional de Teatro, también tuvo unas palabras durante el homenaje que hoy se realiza en Matanzas:

«Este es un gesto muy conmovedor para todos los que puedan venir aquí. Creo que aquí están presentes los matanceros pero está presente toda Cuba rindiendo honor a esos jóvenes, a esos héroe la que entregaron su vida. Creo que murieron al principio, pero siguieron presentes en la lucha de nuestros bomberos, de nuestras instituciones, presentes hasta el final en qué vencimos, porque se venció también por ellos, por su vida.

«Es este un momento muy triste pero también es un momento de grandes honores, que sin duda merecen por haber estado ahí. Es muy conmovedor mirarlos en sus fotografías, ver su juventud. Es un momento sin dudas para recordarlos y Matanzas los recordará siempre, su entrega, su vida.

«Desde la cultura para recordarlos siempre hacerla mejor con más calidad. Pensar que tenemos que estar preparados siempre para cualquier tipo de fenómeno como este. Pienso que la cultura puede responder a toda una serie de cosas que se han perdido en la sociedad, en nuestras vidas. Yo pienso que esto es un modo de reconsiderarnos, de mirarnos y entender que el peligro puede estar en cualquier momento, en la naturaleza, en cualquier circunstancia.

«Este hecho es una gran reflexión para la vida, es un hecho tan dramático. Yo vivo en el Naranjal y mirar ese humo… realmente fue de mucha conmoción, y ahí firme tratando de que está tierra se salve de todos estos fenómenos y que seamos cada día mejore.

«Pienso que también ha existido un gran espíritu de solidaridad en nuestro pueblo, ha sido un hecho que ha despertado valores humanos, del socorro mutuo que tenemos que darle a la realidad. Pienso que este es un momento reflexivo, de grandes reflexiones de la vida y nosotros, los que hacemos la cultura, el teatro y en especial el teatro para niños, rendirle honores a esos héroes, contarle a los niños que visitan sus historias de tanto heroísmo».


Doctor Ercilio Vento Canosa, historiador de la ciudad de Matanzas

El doctor Ercilio Vento, historiador de la ciudad de Matanzas, también compartió con nuestro equipo sus palabras:

«Matanzas una vez más se ve convocada a este hecho luctuoso y doloroso que ha excedido las fronteras de la provincia para convertirse en un hecho de carácter nacional no solamente por la envergadura del siniestro como tal, experiencia única en el país, no había precedente alguno sobre esto; sino desde el punto de vista de la convocatoria humana de los cubanos, de lo que somos parte.

«He visto surgir la parte quizás más noble del cubano, en este momento de solidaridad, no tanto de compasión como de entendimiento del dolor ajeno y esto como cubano me ha hecho sentirme verdaderamente honrado de haber nacido en esta Isla.

«Como matancero también una vez más la ciudad se convoca a estos episodios dolorosos donde han perdido la vida jóvenes. La palabra heroísmo no logra abarcar en todo su alcance el valor demostrado por todos, no solo bomberos, todo el mundo ha sido rescatistas, constructores.. Ha sido algo que me ha conmovido; que en medio de algo tan destructivo como el fuego las personas avanzan sin pensar en el peligro, sin pensar en sí mismos y ese es uno de los valores de este pueblo que explica muchas de las condiciones de resistencia ante las dificultades.

«Este pueblo es extraordinario, se crece ante momentos como este. He compartido el dolor de estas familias y como médico legista debo decir que estoy orgulloso de pertenecer a este grupo de medicina legal que hace un trabajo extraordinario, decir profesionalidad no basta para medir el alcance de lo que se hace, porque independientemente que hubiera habido una tradición de trabajo como la hay, específicamente de este tipo de trabajo no. Poderle devolver al menos a esas familias que están allí el consuelo de al menos un resto de un fallecido ha sido extraordinario porque si no hubiese aparecido nada es como una muerte dentro de la muerte misma, deja un espacio de desconsuelo, desconcierto, desespero, de no entendimiento.

«La muerte cuesta trabajo razonarla, no es un hecho que planifiquemos, son impredecibles, quizás lo más penoso de la muerte es el silencio, es una voz en la familia que no va a estar, es un recuerdo persistente que va a pasar de generación en generación. Este es un hecho que se clava en la historia, el 5 de agosto se clava trágica y dolorosamente en la historia como otras tantas fechas.

«El trabajo de medicina legal ha tenido esta vertiente humana de esforzarse por devolverles a las familias los restos de sus seres queridos y esto es un consuelo dentro del desconsuelo. En un futuro será preciso hacer un monumento diferenciado dentro del cementerio, ese es un trabajo que la oficina puede desde luego desde sus funciones impulsar para que se haga. Ya todo está perdido pudiera decirse, pero lo que no puede estar perdido es el sentimiento de recuerdo porque la verdadera muerte está en el olvido», aseveró.


Una gran multitud de matanceros se concentran en la calle Río de esta ciudad para rendir tributo a los héroes caídos en el cumplimiento de su deber mientras intentaban aplacar la voracidad de las llamas que desde la zona industrial de Matanzas ponía en peligro a la ciudad.

Para Efrahim Pérez llegarse hasta el cuartel de bomberos encierra una significación especial, porque rendirá tributo a los valientes que dieron su vida por salvar la de los demás, «es una gran muestra de heroísmo que nunca olvidaremos. Por eso tantos matanceros se reúnen hoy, porque vimos durante muchos días como el fuego amenazaba todo, nuestra traquilidad, nuestros hogares, gracias a ellos regresó la calma. Siempre estaremos agradecidos».

Dunia González avanza con cierta solemnidad hasta una multitud que espera su turno para acceder al Cuartel de Bomberos y rendir tributo a los caídos. Lleva en sus manos flores de mariposa que depositará en los atriles donde se muestran los rostros de los combatientes caídos en el siniestro de la Base de Supertanqueros.

Dunia González lleva en sus manos flores de mariposa que depositará en los atriles donde se muestran los rostros de los combatientes caídos en el siniestro de la Base de Supertanqueros.

» Gracias a esos valientes que dieron el paso al frente no aconteció de un desastre mayor. Se merecen nuestro respeto y admiración eterna y el acompañamiento a sus familiares en momentos tan difíciles».


Yuniel Calzadilla Millares, presidente de la Comisión Agroalimentaria de la Asamblea del Poder Popular en Matanzas

Yuniel Calzadilla Millares, presidente de la Comisión Agroalimentaria de la Asamblea del Poder Popular en Matanzas también compartió sus vivencias y objetivos al asistir al homenaje.

» Primero rendirles homenaje a esos compañeros caídos en el cumplimiento del deber que todos encontramos tan inmenso, tan tenso, tan agotador, tan sofocante; dónde todos tratamos de de controlar aquel siniestro.

«Fueron momentos muy duros pero nunca tuvimos duda en lo que teníamos que hacer, nunca pensamos en retroceder. Tratamos de una forma y otra de apoyarnos entre los bomberos, los trabajadores de Cupet, los ingenieros… todo el grupo de trabajo que se creó, una familia con un solo objetivo que era apagar ese tanque 51.

«Nosotros estábamos a unos 150 o 200 metros del tanque, habíamos salido a buscar agua para hidratarnos, por las altas temperaturas. Estaba de espaldas y un compañero me dice corre que va a explotar de nuevo y ya veíamos las llamas reflejadas en la hierba.

«Auxiliamos a una muchacha que estaba delante de nosotros que trataba de recuperarse y no podía. Logré protegerla y solamente sufrimos quemaduras en los brazos yo y ella en las piernas.

«No pudimos regresar a combatir el incendio por las lesiones, pero si en la posición de seguir adelante, en cualquier otro fenómeno vamos a estar ahí, es una de las cosas que nos caracteriza a los cubanos, no temer y crecernos ante las dificultades».


«Nos encontrábamos de franco ese día y por parte del jefe del comando nos avisan por vía telefónica de la prontitud con la que había que estar en el destacamento porque había una situación determinada en Matanzas, los detalles puntuales no los tuvimos porque fue una movilización rápida y de ahí mi misión fue localizar tres o cuatro personas de la misma guardia y presentarnos en la unidad lo más rápido posible para coordinar todo. La llamada fue a las 6 y tanto de la tarde y ya a las 10 de la noche aproximadamente estábamos partiendo para Matanzas», recuerda el Capitán Alejandro López Portuondo, jefe de grupo del Comando de Rescate y Salvamento (La Habana).

«Llegamos sobre las 11 y media y enseguida nos pusimos en función de las acciones combativas que había que cometer en ese lugar que era el enfriamiento del tanque colindante y atacando con algunos pitones al tanque que estaba en combustión.

«Este incendio era de demasiada envergadura, sin precedentes en el país. Hasta que no estuvimos en el lugar no sabíamos a ciencia cierta qué íbamos a encontrar, había un volumen de llamas bastante grande.

«Cuando ocurre la explosión estábamos creando las condiciones para enfriar con unos pitones en el exterior del cubeto. Estábamos aproximadamente a unos 10, 15 metros del tanque.

«Las fuerzas que estaban bajo mi mando siempre tuvimos la perspicacia de que si ocurría algún suceso había que ir hacia una dirección determinada en contra del viento que era también tras un tanque que se encontraba próximo y podía actuar como escudo en caso de que sucediera algo. Tuvimos que correr bastante con todos los medios de protección y por suerte del grupo que andábamos ninguno sufrió lesión debido a eso.

«El año que viene cumplo 20 años como bombero, he estado casi toda mi vida ejerciendo esta profesión y la labor de rescate siempre ha sido mi predilección.

«Hoy estamos rindiendo homenaje a quienes perdieron su vida. En el ámbito personal pierdo a compañeros que estudiamos y que en el día a día nos conocíamos y teníamos gran afinidad. Los bomberos somos una gran familia, desde que uno inicia siente esa acogida que perdura para toda la vida», asegura.


«En el momento de la explosión estábamos en un momento de hidratación a los compañeros que estaban cerca inmersos en las labores de extinción del siniestro. Yo había estado inmerso en varias labores, brindando agua, leche y otros alimentos por momentos y en otros como bombero voluntario ayudando, halando mangueras, haciendo lo necesario para ayudar», rememora Renier Miyares Muñoz, trabajador del Sistema de Aseguramiento de Servicios del Minint y bombero voluntario.

«Fue una experiencia dolorosa ver que muchos de nuestros compañeros desgraciadamente no pudieron salir, que los tuvimos cerca, que trabajamos con ellos, muchos muchachos jóvenes…. No estábamos haciendo otra cosa que cumplir con nuestro trabajo y el deber que nos tocaba en ese momento. Fue algo duro.

«Yo estaba bastante cerca del tanque en el momento de la explosión, no puedo describirte, solo lo tengo en la mente. A lo único que atinamos fue a correr, a tratar de salvar a las personas, a los que se caían tratar de levantarlos para que pudieran seguir. Había muchísimo calor, sentía que nos estábamos quemando.

«Hubo un momento en el que me quedé parado porque vi como uno de los últimos camiones que entraron al área cercana al tanque se prendía y en ese momento en vez de correr por salvar mi vida me quede paralizado como con el instinto de salir hacia él.

«Gracias a mi papá que forma parte también del Sistema de Aseguramiento de Servicios del Minint y estaba a mi lado y me grita es que logro salir corriendo de ahí con mi papá delante que fue el que me guió todo el tiempo.

«Es algo duro de recordar, son cosas que no se olvidan, compañeros que desgraciadamente no pudieron salir pero estaban cumpliendo su deber, ojalá hubiesen podido salir todos».


«La esposa de Diosdel Nazco Vargas es mi compañera, mi amiga. Yo soy su secretaria general del núcleo del PCC. Ella es militante del Partido y él fue buen padre. Yo soy la asistente educativa de su hijo que me dice abuelita y que sé que para él su papá era su todo», nos cuenta Jaizara Caridad Chávez García, amiga de la familia del primer sub oficial de Matanzas, caído en cumplimiento del deber.

«Siempre estaba hablando de su padre que lo recogía en la escuela. Para mí y para la maestra del aula es muy doloroso porque es difícil ahora el desafío de tratar a este pequeño de solo siete añitos porque la falta de su padre va a ser muy dolorosa.

«Era buen padre, hijo, esposo. Siempre estaba atento a su hijo. Es una pérdida muy grande aunque sabemos que lo dio todo, era bombero y le gustaba su profesión.

«A partir de ahora nuestro compromiso es apoyar al pequeño en todo y a su familia, a la hija mayor».


«Pasé por allí y sentí un profundo dolor y quiero respetar el silencio de esos familiares que  empiezan a vivir su luto a partir de ahora. Estos días imagino que serían muy tormentosos para ellos y no quiero pensar en cómo están sus almas.

«Es muy penoso perder vidas tan cortas y otras no tan cortas pero activas y es una pena que hayan partido. Ellos lograron una victoria contra el fuego, pero como todos los cubanos, hubiera preferido esa victoria sin víctimas. Ha sido muy penoso», comentó a su paso el actor Gilberto Subiaurt.


«Fuimos convocados por la Defensa Civil de la provincia en el horario del atardecer casi anocheciendo y enseguida activamos al grupo y procedimos a recogerlos a todos y los medios que íbamos a utilizar en caso de que hubiese una situación de emergencia», recuerda Judith Rodríguez Reyes, jefa del grupo especializado de Operaciones y Socorro.

«Llegamos al lugar, nos desplegamos cerca del cuarto tanque. Un grupo quedó ahí y otro grupo fue a evacuar a las personas que estaban cerca del área en lo que el otro grupo estaba atento para ayudar a los bomberos en cualquier situación de emergencia.

«Primeramente hubo una explosión alrededor de las 11 y pico de la noche donde no hubo ningún incidente de gravedad. Al ocurrir esta explosión salimos de esta área y montamos una carpa fuera de este lugar como un área segura.

«Y ocho compañeros si volvimos a entrar a la zona caliente, estábamos a una distancia de 50 metros del primer tanque. Cuando ocurre la segunda explosión fue un momento bien difícil porque no dio tiempo a nada. De hecho los 8 compañeros que estuvimos en el grupo estamos quemados unos más que otros.

«Lo primero fue salvaguardar la vida. Pero aun así tratando de salvarnos a nosotros a medida que corríamos íbamos ayudando a bomberos que ya venían quemados, oficiales del Minint, personal que había con las pipas.

«Fue duro porque debimos sobreponernos a estar quemados y sacar fuerzas para ayudar a otras personas»


2:40 pm

La fuerte lluvia no impide que cientos de matanceros se lleguen hasta el Museo de Bomberos para tributar un último adiós a los caídos en el incendio de la Base de Supertanqueros.

Una larga columna se extiende por varias cuadras de la calle Río. Algunos llegan con sombrillas, a otros en cambio, no les queda más remedio que enfrentar la lluvia con estoicismo, deciden permanecer pese a la amenaza. Están decididos a llegar hasta las honras fúnebres y mirar de frente las imágenes de los valerosos combatientes.

Necesitan ponerle rostro al recuerdo de los bomberos y civiles que facilitaron con su entrega que el cielo volviera a ser azul.

Un silencio hondo abarca la amplia plaza de la Vigía, las personas continúan avanzando. Solo se escucha algún trueno lejano. La lluvia amaina y se van cerrando las sombrillas. El tributo continúa.


Desde el lugar donde toda Cuba, que hoy es Matanzas, brinda homenaje a sus héroes, el periodista Guillermo Carmona nos describe la experiencia con la siguiente crónica.

Vi a un señor militar,muy regio, que no se pudo quitar las gafas porque entonces notarían los ojos rojos, la lágrima al borde del párpado. Vi a otros muchos que no tenían gafas.

Vi a una señora que besaba el cuadro de uno de los caídos, labios que encontraron un frío que dejaron su marca en el cristal, cuando buscaban la altiva frente del hijo.

Luego, solo le hablaba, en voz baja, como si se pusieran al día de esas conversaciones que siempre quedan pendiente, y los dedos tocaban la porción de vidrio detrás de la cual estaban en la fotografía sus mejillas.

Vi a ese señor herido, con parte de la sien donde el mercuro de cromo tintaba la porción quemada, que de tan confundido- porque el dolor tiene eso, nos deja así como niños que aprenden a gatear y chocan con todo – debían guiarlo, indicarle donde estaba la entrada.

Vi a una rubia de pelo crespo que a la salida del Museo de Bomberos se llevaba la mano con sus dedos llenos de anillos al pecho y temblaba.

Vi a una anciana en bata de casa con un bastón de esos que tienen cuatro puntas al final para mejorar el apoyo y cruzar a paso lento una calle donde el sol le sacaba chispas al asfalto.

Vi a un señor, mayor mayor, de los que la edad no se puede calcular, con su ropa de miliciano estrujada, como recién salida del closet después de décadas.

Vi a una pareja de estudiantes de ciencias médicas, de segundo año de la carrera no pasarían. Ella lloraba y él solo atinaba a pasarle la mano por encima del hombro y algo le decía al oído, pero eso es un secreto entre dos.

Vi a mi profesor de primaria, que lleva en cada brazo una venda donde el fuego lo rozó y me dice que cien metros lo salvaron, solo cien metros, lo que corres cuando piensas que si no corres el omnibús se irá sin ti.

Vi al Premio Nacional de Teatro que me asegura que todo ha sido muy dramático, que el poder de la naturaleza y tanta tristeza son muy dramáticas.

Vi a madres con sus hijos sujetos al hombro hacer una reverencia ante las urnas.

Ante tantas, tantas visiones uno se pregunta cuánto dolor cabe en dos horas y un pedazo de calle de una ciudad a mediados del mes de agosto.


Estoy aquí para acompañar a mi pueblo matancero en este momento tan doloroso. Sentimos mucho miedo, fueron días de mucha tristeza, y todavía hoy se respira en la ciudad ese dolor, el cielo permanece gris, pero decidimos estar aquí para homenajear a esos héroes que dieron su vida para proteger al pueblo.

«Yo tuve la desdicha de vivir cada día ese peligro y de observarlo todo, fueron días de mucha agonía y tristeza. Desde casa escuchaba los rumores y los gritos de niños y personas mayores cada vez que el fuego tomaba fuerza. Han sido uno de los dolores más agudos en la historia de Matanzas».

«Si hoy podemos andar la ciudad con total tranquilidad fue sin dudas gracias a esos valientes».



El abrazo de los Miyares

Jesús Miyares Domínguez dedicó 39 años de su vida al Cuerpo de Bomberos de Matanzas donde se desempeñó como jefe de operaciones. El viernes 5 de agosto su hijo Reinier Miyares, quien también fue bombero, se encontraba en la zona del siniestro como oficial de aseguramiento del Ministerio del Interior. Era el encargado de entregar el avituallamiento a las tropas que intentaban sofocar el incendio.

Ante la magnitud del desastre el hijo llamó al padre, y este no dudó en llegarse hasta el lugar. Hoy, a pocos metros del Cuartel de Bomberos donde se le tributa un homenaje a los caídos, recuerda que nunca vio un incendio semejante.

Junto a él se encuentra su hijo, quien logró salvar su vida por las voces de mando de su progenitor, que seguidas de varias palabrotas lograron espabilarlo ante la impresión que le produjo aquella explosión que arrasara con todo, incluida la técnica que se encontraba en el lugar, y lo más triste, los compañeros que valientemente resistían el calor y la fuerza de las llamas.

Padre e hijo llegaron hasta el Museo de bomberos para rendir homenaje a sus compañeros. Justo en ese instante arriban varios comandos de otros municipios como Colón y Calimete que maldicen por no haber estado en el lugar junto a sus hermanos.

El abrazo colectivo lastiman las heridas de los Miyares, las lágrimas asoman, pero es el otro dolor, el del alma, por decir hasta siempre a combatientes tan valiosos.


El líder de la Revolución y General de Ejército, Raúl Castro Ruz, junto a Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, rinden homenaje a los caídos en el siniestro de la Base de Supertanqueros desde el Museo de Bomberos Cuartel Enrique Estrada, en la ciudad de Matanzas.

Acompañan el General de División Alberto Álvarez Casas y General de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, miembros del Buró Político, y ministros del MINFAR y el MININT, respectivamente; y Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.


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