Los no tan felices cumpleaños

Los no tan felices cumpleaños

Una muchacha me contó que cada cumpleaños suyo se vestía con un hermoso vestido, rojo y con vuelos, y se encerraba a llorar en el baño hasta que acabara el día. Le asustaba a morir la vejez. En ese entonces aún no cumplía los 25.

Un amigo a punto de cumplir 30 se compró una caja de cervezas y se la tomó solo, una detrás de otra, mientras observaba la pared vacía de su casa. Tal vez en ese pedazo de muro, en una función solo para sus ojos, se proyectaban en imágenes un montón de tristezas y par de alegrías.

Sopesó comportamientos. Culpó a sus impulsos autodestructivos y a la supervivencia que todo lo dilata. Prometió echar adelante y que no podía quedarse quieto. Había que cambiar. Exactamente un año después estaba en la misma silla con una lata en la mano, otra vez en la oscura sala de cine de su mente.

Una compañera de trabajo, que ha celebrado los 27 cinco veces consecutivas, siempre avisa con meses de antelación su natalicio y ordena una fiesta sorpresa para ella. Siempre le organizamos lo que desea, la fiesta; sin embargo, le debemos la sorpresa. Supongo que al habitar un país repleto de sorpresas (crisis, medidas, emergencias) le hemos agarrado un poco de miedo a ese término. Preferimos saber qué se nos encima para que no nos agarre desprevenidos.

Hay a quien su cotidianidad no le permite, siquiera, darse el lujo de detenerse para celebrar. Para ellos es un martes cualquiera, un miércoles cargado, un jueves de asco. Quizá su festejo sea íntimo y tan privado que no se percató nadie.

Fueron a trabajar con la camisa de mangas largas que guardan para el teatro o la graduación del niño. Tal vez se pintaron la boca con un creyón rojo intenso a diferencia del rosa apagado que utilizan siempre. Esa noche asaron dos muslos de pollo en vez de ripear uno para que le durara tres comidas y se compró un aguacate en 200 pesos.

Hay a quien le gusta que se reproduzca todo el ceremonial y el protocolo. Necesitan esa jornada, que Copérnico refute su tesis y diga que el mundo no gira alrededor del Sol, sino de ellos; y en eso no hay nada malo. Todos merecemos un inyección de ego, un shoot de amor. A esos, aunque sea, regálales una  flor que robaste del gajo que sobresalía de la cerca del vecino, ármales aspaviento y gritería al felicitarlos, trágate el tequila, el limón y la sal a las 12.

Con tantas despedidas que andan como cuchillas en el aire, nunca sabrás si esa sea la última ocasión que podrás hacerlo. Quizá la próxima vez, como presencié una noche en la época del IMO y la gente que solo podía conectarse en las wifi de las plazas públicas, tendrás que llevar el cake para un parque y soplar las velitas por videollamada. Tanta algarabía criolla formó aquella gente en la oscuridad de aquel parque, que espantaron una bandada de titíes que dormían en los arboles.

Las primeras páginas del álbum de fotos de mi familia las ocupan un montón de fotos de mi primer año. Probablemente fue de las pocas veces que se reunió toda la familia. Después, hubo infartos, cánceres, vejez. Los primos se dispersaron como polvo que soplan los ángeles mofletudos que pintaban en las esquinas de los antiguos mapamundis.

A lo mejor por esos recuerdos que no conservo en mi cabeza, pero mi madre y las fotografías sí,  prefiero, sencillamente, rodearme de personas que quiero. Para mí es una jornada para ganarle la mano a la soledad.

En ocasiones, quiero ponerme mi traje azul con camisa violeta de la graduación y encerrarme a llorar en el baño;  comprarme una caja de cerveza -si el presupuesto alcanzara- y ponerme a hacer recuento de pesares y pesadeces o no celebrar nada y utilizar el pefume de salir para ir al trabajo, como un tonto y discreto autohomenaje; pero creo que el milagro y el misterio de la vida conlleva un mínimo de agasajo.

Lea también

Yo solo quiero tomarme una cerveza

Yo solo quiero tomarme una cerveza

Es sábado y el cuerpo lo sabe. Siento mis huesos pesados como si fueran los hierros de una Termoeléctrica. Es sábado y yo solo quiero tomarme una cerveza y por ello he… Read more »

Recomendado para usted

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *