Escuelas rurales: donde la educación vence la distancia

Escuelas rurales: donde la educación vence la distancia
El objetivo principal de las escuelas rurales es brindar educación de una manera más accesible a los niños que residen en zonas lejanas a la urbanización. Foto de la escuela Erasmo Fermín Burúnate, del municipio Calimete.

La creación de las escuelas rurales constituye uno de los mayores logros en el plano educacional de Cuba. Una muestra de que es posible hacer llegar los números y letras a las zonas más remotas e inaccesibles del país. 

En la provincia de Matanzas, casi la mitad de las escuelas primarias son rurales; de ahí su importancia dentro del sistema educativo. Sobre su estado constructivo y la labor que a diario se realiza en ellas, el periódico Girón conversó con Ariel Luis Surí, jefe del Departamento de Educación Primaria en Educación Provincial.

—¿Cuántas escuelas rurales posee la provincia? 

—En Matanzas existen más de 260 primarias, siendo el nivel educativo que más escuelas posee. De ellas, 113 son rurales, con una matrícula de más de 2 800 educandos. 

“Contamos con 89 centros que aplican el multigrado. Se trata de una modalidad de trabajo donde un maestro labora con dos o más grados dentro de un aula, utilizando la clase única, que es un método de enseñanza donde se imparte la misma clase a partir de diferentes ejes temáticos. 

Ariel Luis Surí, jefe del Departamento de Educación Primaria en la Dirección de Educación Provincial.

“Esta es una de las formas de trabajo más complejas, porque el docente tiene que hacer una clase tanto para el de primero como para el de segundo; por lo que hay que buscar diferentes recursos didácticos que permitan que el niño venza los objetivos del grado y se gradúe. 

“Tenemos un multigrado que incluye la combinación de dos o más momentos del desarrollo, como de primero a cuarto, que incluye cuatro grados; o de primero a sexto, que son los seis grados de la Educación Primaria. En total son 56 combinaciones.

“Una de las más trabajadas es la de primero-cuarto, para que los alumnos, cuando lleguen a quinto y sexto, no tengan que moverse del lugar para terminar el curso. 

“Por otra parte, contamos con centros mixtos de secundaria básica que fueron rurales, pero hoy cambian a categoría urbana. En ese caso, teníamos el centro de Carbonera, Pablo de la Torriente Brau”. 

—¿Cuál es el estado constructivo que poseen actualmente?

—Hay 98 escuelas que ostentan la categoría de Bien, evaluadas de Regular 10, y de Mal tenemos cinco que están en el plan de la economía para su reparación. Nuestro objetivo es recuperar capacidades y priorizar la reanimación de cada una de ellas.

“Existen cuatro en proceso de reparación, como las de la Ciénaga de Zapata y Jagüey Grande, este es uno de los municipios que prioriza sus escuelitas en el mantenimiento constructivo. Así mismo pasa con Los Arabos y Martí, que tienen un mayor número de colegios rurales que urbanos.

La matrícula de estas instituciones educativas pueden variar, pues algunas pueden tener entre 90 y 100 estudiantes, mientras que otras pueden llegar a contar con 15 niños, según el núcleo poblacional en el que se encuentre. Foto de la escuela Luz y Caballero del municipio de Los Arabos. 

“También estamos en un proceso de realizar estudios para reabrir escuelas; en los últimos tres años hemos reabierto cuatro: Tomás Palmero, en Ciénaga de Zapata; 26 de Julio, en Unión de Reyes; Erasmo Fermín Burunate, en Pinar Manjuarí, Calimete; y Conrado Benítez, en Los Arabos. Por otro lado, debido a la pérdida de matrícula hemos cerrado centros, como el de Santo Tomás, en Ciénaga de Zapata, que solamente tenía un alumno. 

“Nuestra política siempre es tratar de abrir, pero intervienen diferentes factores, como la sostenibilidad en el tiempo, por matrícula, local y fuerza laboral”.

—¿Existe algún elemento que se destaque en este sector?

—En el Evento de Docencia de la Educación Primaria, desarrollado anualmente en el sector rural, nuestros docentes exponen sus experiencias con la modalidad de la clase única. También lo hacen directores y especialistas de Computación y Bibliotecología acerca de su quehacer con los multigrados.

“Matanzas participó en el encuentro nacional que se realizó en Camagüey, en noviembre del 2024, y obtuvo resultados relevantes con un trabajo de la directora zonal del municipio Martí sobre cómo llevar las clases de historia a los alumnos de esas comunidades. 

“Asimismo, tenemos tres escuelas que se enfrentan al Estudio Regional Comparativo Explicativo, el cual mide la calidad de la educación en el sector rural. Estas son: Pedro Telles, en la comunidad El Castillito, Cárdenas; José María Ordoña; y José de la Luz y Caballero, en Occitania, Los Arabos”.

—¿Qué tan importante es la labor de maestro rural?

—El maestro rural requiere de una preparación extra para trabajar en la enseñanza de multigrado. Aunque los educadores de nuestros claustros cuentan con años de experiencia, nos les deja de resultar difícil. Eso sí, hay que destacarlos, porque son muy consagrados a su labor.

“A veces, por cuestiones de lejanía y de otras situaciones, no llegamos a las escuelas como quisiéramos. De las 113 existentes, se nos hace imposible abarcarlas todas en un curso. Por eso, cada vez que el programa Educa a tu Hijo recorre los municipios, tratamos de ir con ellos, para visitar, al menos, las que se encuentren en la ruta”. 

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Sobre el autor: Beatriz Mendoza Triana

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