La Guiteras y sus hombres de bien

la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras, mayor y más eficiente bloque unitario en Cuba
La Guiteras y sus hombres de bien. Foto: Raúl Navarro

El humo deja de salir por cierta chimenea y a más de un habitante de la urbe yumurina se le oprime el pecho. Incluso, más allá de los límites territoriales, comienzan la intranquilidad y el insomnio.

Desde hace unos largos meses, tan largos que le dan varias vueltas al sol, la situación electroenérgetica nacional anda inestable, por momentos agonizante, y la Guiteras constituye uno de sus órganos imprescindibles; de los que, cuando fallan, poco a poco, todo se viene abajo.

Por eso se le vigila tanto el humo: desde fuera y desde dentro, con hincapié en este último, al fin y al cabo ahí es donde se lucha por la vitalidad de la industria. Se chequean constantemente parámetros, se vigila el vapor que escapa de las tuberías, y si inevitablemente se impone la parada, planificada o no, entonces un enjambre de hombres toma por asalto a la Central Termoeléctrica (CTE) para revitalizarla y devolverla a la “vida” lo antes posible.

Leonardo La O Quiala no es plantilla de la CTE, pero conoce al dedillo la industria. Hay que verle allí, en su otra casa, para entender que lo suyo va más allá de responsabilidades laborales. Dirige la Unidad Empresarial de Base (UEB) matancera perteneciente a la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas y, tanto conoce a la mole de hierro, y le apasiona, que describe cada espacio sin necesidad de presenciarlo. Lo mismo dialoga sobre calentadores de aire regenerativos (CAR), a su consideración uno de los equipos más importantes de la caldera en un bloque térmico que, como gurú, predice por dónde pudiera surgir una fuga futura.

Del oriente de la Isla, del holguinero municipio de Mayarí, vino hace muchísimos años a apoyar en tiempos de reparaciones y aquí, en la Atenas de Cuba, ha echado raíces. A su cargo se encuentran parte del equipo de imprescindibles que labora contra reloj en cada salida del SEN, del mayor bloque unitario del país.

“La empresa nuestra (EMCE) es nacional, compuesta por 16 UEB, de ellas siete de mantenimiento, las que apoyan en las diferentes termoeléctricas del país. Siempre que ocurre una rotura, vienen refuerzos de otras provincias”- explica.

Para que se entienda, tras la parada por fuga en la caldera de febrero pasado, solo de la EMCE de Santa Cruz vinieron a trabajar codo a codo con los locales unas cuatro brigadas, llegando a laborar en la CTE más de 200 hombres, en disímiles funciones, que abarcaron mucho más que la solución de la avería.

Los oxidados huesos de la Guiteras ya no aguantan tanto. Fotos: Raúl Navarro González

“Siempre sucede así”, asegura, como también que no se trabaja solo de rotura en rotura. “Existe un plan operativo mensual, que no es más que una serie de actividades que se convenían con el cliente, o sea, con la dirección de la Termoeléctrica, y se ejecutan esos trabajos. Los mantenimientos son constantes.

“En tiempos de paradas la presión siempre se siente. Además, es complicado. Uno está aquí, dando un mantenimiento y llega a la casa y tiene apagón. Entonces, no solo lidias solo con las exigencias y la desesperación de la población, igualmente te tocan los mismos cortes eléctricos reiterados”.

¡18 años! Cerca de dos décadas colaborando con sus modestos esfuerzos para que la industria se mantenga vital y generando. De ellos, unos cuantos dirigiendo los pasos de su brigada, velando porque el trabajo salga lo mejor posible y el humo no se mantenga constante en la torre de la CTE matancera.

“De Holguín vine porque la dirección de la empresa nos propuso a varios incorporarnos acá en Matanzas. No he estado siempre haciendo lo mismo. Durante cuatro años asumí responsabilidades dentro y fuera de la UEB, apoyando en la de Santa Cruz.

“¿Por qué sigo aquí? Sentido de pertenencia, sentimos por la generación eléctrica del país. Todos sabemos que constituye una de las ramas fundamentales y estratégicas de cualquier nación. En el caso de la Guiteras, es el bloque de mayor potencia unitaria y de mayor eficiencia, no solo por su construcción y su proyecto, sino por la situación geográfica”.   

En tierras yumurinas Leonardo ya no solo tiene trabajo, también tiene residencia y familia. “Gracias a la familia es que puedo dedicarle a esto tanto tiempo. Aquí no existen horarios, ni sábados, ni domingos. Cuando existen roturas, es hasta que se solucione, hasta que la planta eche a andar”.

  • ¿y los riesgos?

“De esos siempre hay. Pero cumpliendo con todas las medidas de seguridad se pueden atenuar, minimizar los riesgos. Se trabaja en lugares confinados, pero todos los trabajadores nuestros están instruidos. Antes de comenzar cada trabajo se evalúan, de conjunto, los riesgos relacionados con esa actividad., con la intención de evitar los accidentes”.

El día que conocí a Leonardo La O Quiala llevaba muchísimas horas de trabajo, con apenas tiempo para el descanso, con el objetivo fijado de lograr que el bloque matancero sincronizara lo antes posible al Sistema Electroenérgetico Nacional.

Aun así, con el cansancio de jornadas extenuantes, tuvo la paciencia para, entre historias de vida y quehaceres, en modo educativo explicar cada elemento en aquel paisaje industrial.

Los oxidados huesos de la Guiteras ya no aguantan tanto. Fotos: Raúl Navarro González

Fue por él que entendí la importancia de todas las piezas que integran la mole de hierro, y también de lo arriesgado e imprescindible de la labor de los hombres, que día a día, trabajan porque la Antonio Guiteras Holmes se mantenga vital. Él no es exactamente plantilla de la empresa, pero es otro de las incansables que se preocupan y ocupan, como si fuese suya.

Por ello, cuando supe que este mayo el personal de la CTE recibía como agasajo inaugurar el desfile matancero, desfile con que en la Isla celebramos el Día Internacional de los Trabajadores, me pareció el homenaje justo a quienes desdoblan esfuerzos y no creen en contratiempos, a quienes se mantienen constantes a pesar de adversidades y limitaciones económicas, a los que innovan, a los que no duermen si fuese necesario, por tal de que, la chimenea, muestre su humo.     

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