Crónica Citadina: Rápidos, no furiosos, pero sí peligrosos (II)
Volvemos sobre el tema de las motos y motorinas.
En la crónica anterior de igual título, enfocamos el asunto de la peligrosidad que representan esos ciclos cuando sus conductores les exigen máxima velocidad, en horas de la noche, básicamente, por la calzada General Betancourt en esta ciudad de Matanzas.
Dicha vía permanece a oscuras —sin estar en momento de “apagón”—; no obstante existir un policlínico donde asisten lo mismo personas de la tercera edad que padres y madres llevando a sus hijos para ser atendidos, a cualquier hora nocturna.
El asunto de marras resultó citado por una electora de la circunscripción 21, en la Playa, y expuso convincentes criterios que compartimos.
En esta ocasión, refirió la peligrosidad que representan para los vecinos de la calle Cuní, donde conviven muchos menores que pueden ser atropellados por esos motociclistas, incluso a cualquier hora del día, dada la velocidad que imprimen a sus vehículos.
A lo anterior debemos agregar el ensordecedor ruido de las motos, que tal parece que están compitiendo para ver cuál de ellas provoca más escándalo.
Esa situación, en tiempos de prolongados y reiterativos “apagones”, no permite el necesario e imprescindible relajamiento que todo ser humano necesita para dormir en paz, aunque sea en breves e intermitentes momentos.
Hay quienes duermen hasta con los “apagones”; otros, no. Y son estos los que se quejan de esa pesadilla que no les permite conciliar el sueño.
Ahora agregamos al título: “Rápidos, no furiosos, pero sí peligrosos… e indisciplinadamente ruidosos”.
(Por Fernando Valdés Fré)