Muchas ciudades dentro de una ciudad: Frank Ernesto Franco Lugo

Una misma ciudad se puede multiplicar tantas veces como superficies tenga donde reflejarse: las vidrieras de las tiendas en MLC, los retrovisores de viejos almendrones que nos recuerdan que siempre se debe mirar a atrás, los espejos de mano de las mujeres donde se retocan cuando el sol les corre la sombra de los ojos. Sin embargo, el primer cristal de los hombres fueron las aguas. Allí, en ese otro yo que parecía que se ahogaba, aprendieron a reconocerse a sí mismos a saber cómo lucían sus ojos, qué tan prominente su nariz, que tan anchos sus labios, qué expresión le nacía al reír.

Tal vez Frank Ernesto al no estar convencido con la Matanzas que se aprecia a primera vista, con lo evidente, trata de encontrar lo que falta en esa segunda ciudad que imita a la primera, pero que vive en los ríos. Busca una segunda oportunidad o quizás una belleza multiplicada. ¿Por qué conformarse con un solo puente de la Plaza si puedes tener dos o si la Concordia puede ser doble por qué no aprovecharlo?