A veces nos equivocamos; pensamos que conocemos a alguien hasta que se nos ofrece la oportunidad de ver una parte de su interior y, al hacerlo, nos sorprende. Existen personas que están hechas de magia. Algunas tienen esa luz visible, mientras que otras la resguardan solo para quienes realmente merecen verla.
Odalis es una de esas mujeres que proyecta la idea de ser una fortificación andante; alguien que planifica los años y que sabe colocar cada ladrillo en su lugar. Como se espera que una decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Matanzas.
Aún así reconoce que su mejor título es el de maestra, porque no necesita nada más para sentirse plena. Fue lo que siempre quiso, a pesar de que su padre arquitecto esperaba un sucesor. El día en que decidió estudiar pedagogía, la llevaron a la dirección, ya que se esperaba muchísimo más de la alumna destacada, pero firmemente siguió adelante y, así, fue escalando desde profesora a metodóloga y luego a decana.
Tuvo un gran amor, su compañero y hoy padre de sus dos hijos. Recuerda con cariño cuando se conocieron en septiembre de primer año, estudiando juntos la carrera de Licenciatura en Educación Marxismo-Leninismo, y no puede evitar sonreír al recordar que Frank, su esposo, le llenaba la libreta de dibujos y letras.
«Eran dos varones en un aula llena de hembras y empezamos a tontear. En noviembre de primer año, nos hicimos novios y en el receso entre semestres del cuarto, nos casamos. Hace ya 34 años de esto. Él es mi complemento».
Frank trabajó en la UNEAC y ahora trabaja en Artes Plásticas. Esto hace que siempre este en exposiciones, y Odalis siempre lo acompaña. El mundo cultural es un deleite para nuestra protagonista. En Jovellanos, su antiguo hogar, no tuvo la oportunidad de conocer centros artísticos, pero en la universidad, su profesora Iraida Trujillo llevó a su aula a la biblioteca Gener y Del Monte, y con Idelfonso Acosta tocando la guitarra, tuvo su primer concierto.
Desde ese momento, sintió una chispa en su interior que la condujo a adentrarse en el arte y sus adyacencias. Hoy en día, la sala White es su preferida, y cumpliendo el rol de madre, el teatro Las Estaciones, la calle de los titeres y el teatro Sauto tuvieron gran importancia. «Cuando escucho la letra de la canción, me olvido de la letra de la universidad.»
Escuchar música la aleja del desgaste que siente en la universidad debido a su cargo. Explica que hay días en los que prefiere escuchar a Silvio Rodriguez, Toni Ávila, Frank Delgado como toda su generación, y otros en los que disfruta de los Van Van. Es una fiel amante de la poesía cuando quiere relajar la mente, aunque también le gusta leer libros instructivos para el aprendizaje.
«Me dirás loca, pero yo compro libros para leer después de la jubilación». Odalis tiene una visión similar a la de los asiáticos. Explica que algo que marcó su vida fue una visita a China; considera que, al igual que ellos, es una persona simple que basa su existencia en la sencillez de las cosas y en su importancia. Ama los detalles, las manualidades y las plantas.
«En la noche había una luna preciosa y ahí estaba yo, en medio de un apagón, mirando al cielo. Y esa soy yo: un poquito de lo que me dejaron mis abuelas y lo que he logrado en mi generación.» Aprecia su existencia de una manera inusual. Su colección de flores le ofrecen tranquilidad, al igual que el orden de su hogar. Aplica el equilibrio de su vida a su manera de hacer y ver las situaciones.
Hoy, para sorpresa de muchos, se prepara para la tercera edad. Ella dice que no quiere ser igual que los demás ni seguir el curso de lo que la normalidad arrastra. Ella quiere vivir y disfrutar de lo que viene y seguir apreciando los pequeños placeres.
«Se puede vivir con plenitud lo que queda, y trabajar tantos años con adultos mayores me lo ha demostrado. Hay que prepararse, vivir esta etapa con entusiasmo y aprender a aceptar lo que significa llegar a la tercera edad; por suerte, yo ya lo he encontrado.» (Por Yulislaisys de la Caridad de la Torre Díaz, estudiante de Periodismo)
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Gracias a Girón por ser escuela para nuestros jóvenes, gracias a esta estudiante de Periodismo que tiene el mérito de la persistencia;
reconforta verse desde los ojos del cariño. Seguimos trabajando para que ellos crezcan.