“No voy a darles una conferencia, yo vine a aprender de ustedes”, confesó Frei Betto ante un auditorio atónito. Antes de su llegada, los betancourenses esperaban al intelectual brasileño en un ambiente de solemnidad, fruto de la admiración hacia un hombre cuya vida ha estado entrelazada a esta Isla y su pueblo.
Sin embargo, siguiendo los métodos de la Educación Popular creados por su coterráneo, el brasileño Paulo Freire, el fraile dominico y teólogo de la liberación hizo del Taller sobre la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (SSAN) una jornada para interactuar y socializar buenas prácticas.
Con el objetivo de continuar la preparación de actores con responsabilidad en la implementación de dicha normativa, el espacio se desarrolló en la Finca de Soto, un proyecto de producción cooperada que comenzó siendo apenas un sueño y hoy, gracias a la voluntad del campesino Rubén Bárbaro Soto Valdés y su familia, exhibe excelentes resultados.
Durante el debate, se analizaron temas vitales como la labor de los Comités de contratación económica en cada municipio, el trabajo en los patios y parcelas, el papel esencial de la comunicación, el encadenamiento de los actores económicos y la importancia de crear una cultura de movilización popular que permita desarrollar los postulados del Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional de Cuba (SAN).
Sembrar valores y alimentos, también desde el círculo infantil
“Para comprender la Ley SSAN, es preciso conocer el contexto y esa es la fortaleza que deben aprovechar los territorios”, aseguró Frei Betto al referirse a cómo cada municipio puede, según sus características, construir sistemas alimentarios locales soberanos y sostenibles.
Desde el trabajo en los patios y parcelas, hasta la necesidad de aplicar las investigaciones científicas que se generan, cada factor resulta vital en medio de un contexto donde llevar el alimento a la mesa se torna difícil y donde resulta urgente sustituir importaciones.
Diversos son los obstáculos que la Cuba de hoy enfrenta en este sentido. Sobresale el hecho de que los trabajadores vinculados directamente a la producción de alimentos son menos que los indirectos, la dificultad para adquirir insumos, la necesidad de enfatizar en el extensionismo agrario, entre otros.
Pedro Betancourt se destaca en la provincia de Matanzas por sus avances en la implementación de la Ley SSAN, pero aún queda un largo camino por recorrer en este sentido.
Estrechar la mano del intelectual brasileño, escucharle hablar apasionadamente sobre cuánto depende del esfuerzo de cada cubano el futuro de esta tierra, fue sin dudas un impulso a trabajar para conseguir resultados palpables.
“Estoy muy comprometido con este país que forma parte de mi vida, siempre lo digo: mi corazón tiene la forma del mapa de Cuba”, declaró Frei Betto y estrechó las manos agradecidas de cada participante del taller.