Sembrar valores y alimentos, también desde el círculo infantil

vilma

Cada año de vida es responsable del cuidado de una parcela en el círculo infantil Amiguitos de la paz. 

Casi no pueden verse los rostros diminutos que se esconden bajo algunos sombreritos. La algarabía precede a quienes, ataviados con delantales, algunas regaderas improvisadas, fruto del ingenio de sus seños, y palitas en mano, se acercan hacia los canteros. “¡Con cuidado!”, dice la educadora dulcemente, recordándoles que deben caminar por la orilla para no dañar las lechugas que dejan ver sus primeras hojas. 

Los pequeños, que ya conocen las rutinas, siguen las indicaciones. Con esmero quitan alguna yerbita que pretende asomar, otros retiran las piedras, y todos, sin excepción, se disputan las regaderas para dejar caer el agua sobre los cultivos. 

“Traje semillas de calabaza y la maestra me ayudó a abrir los huecos, sembrarlas y regarlas. A mí me gusta mucho la habichuela y el platanito, y aquí nos enseñan a cuidar estas plantas para después comerlas”, comenta Yadriel, quien cursa el preescolar en el círculo infantil Amiguitos de la paz. 

Como él, desde hace algunos meses, los 172 niños que conforman la matrícula de este centro docente forman parte del proyecto de Soberanía Alimentaria, que fortalece las acciones educativas para la educación alimentaria y nutricional, con un enfoque agroecológico. 

círculo
Los pequeños riegan las plantas y quitan las yerbas malas en el círculo infantil. / Fotos: Fabianny Hernández

HABLANDO DE SOBERANÍA ALIMENTARIA

La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sostenibles de producción, distribución y consumo de alimentos con base en la pequeña y mediana producción. Es un concepto que fue instaurado en 1996, con motivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de la Organización para la Alimentación y la Agricultura

Cuba cuenta desde el año 2020 con un plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, aprobado por el Consejo de Ministros, en correspondencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, y cuya instrumentación jurídica tomó cuerpo en la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, aprobada en 2022. 

Sin embargo, un año antes, el Ministerio de Educación ya había emitido la Resolución 67 de 2021, normativa que ampara el Plan para la Alimentación escolar y que, entre otras cuestiones, defiende la manera amigable de convivir con el medioambiente y de buscar las mejores alternativas para la producción de alimentos de ciclo corto, e integrar a los niños en estos procesos. 

De esta forma, algunos centros educacionales de la provincia, con el apoyo de los educandos, docentes, las familias y la comunidad han dado pasos sólidos para insertarse en este proyecto que no solo permite una alimentación saludable desde tempranas edades en las difíciles circunstancias de escasez de alimentos por la que atraviesa el país, sino también trabajar en la formación de valores. 

Una de las instituciones donde pueden verse los primeros frutos de estos esfuerzos es el círculo infantil Amiguitos de la Paz, del reparto Camilo Cienfuegos, en la ciudad de Matanzas. 

Si bien pudiera parecer una iniciativa novedosa, la educadora Adela Zapata Suárez, quien cuenta con varias décadas de experiencia, recuerda que en la primera infancia siempre se ha trabajado la formación laboral. “En este momento lo que unimos al proyecto para fomentar desde las primeras edades el amor en los niños por sembrar cada uno su pedacito, y a partir de ahí obtener los productos que nos puede dar la tierra, porque el centro cuenta con bastantes terrenos”. 

Aprovechando estas zonas, organizaron la faena de manera que a cada salón le corresponda una parcela, donde siembran hortalizas y vegetales que son cuidados por el personal docente, los padres y niños, con el apoyo de algunas instituciones de la comunidad que se han unido a la iniciativa. 

“Necesitábamos vincular otras entidades al proyecto. Llegué hasta la granja urbana, pedí colaboración a los especialistas y allí mismo nos brindaron semillas. También fui espontáneamente hasta el organopónico del reparto Camilo y hablé con Rodney, uno de los encargados, sobre la importancia de los vegetales y las hortalizas para la alimentación de los niños y cómo iban a reforzar los almuerzos. 

“Él fue y recorrió las áreas, las arregló, ayudó a las seños a sembrar y poco a poco entre los mismos padres hemos conseguido fertilizantes, abono orgánico, humus de lombriz, para que las plantas puedan crecer, más los trabajos voluntarios que hemos hecho. Ahora, el mayor problema que tenemos es cómo llevamos el agua hacia los canteros, porque con cubos es muy trabajoso para las seños. Las familias se han ido sumando porque se ven los resultados”, comenta Yunielis Moliner Isasi, delegada del salón de cuarto año. 

Yaquelín González Pérez, directora del centro, confiesa que el trabajo en este sentido ha sido una constante en el círculo, iniciada en la anterior dirección. “También nos hemos sentido muy apoyados mediante los convenios que hemos realizado, los cuales nos han permitido incrementar las cosechas y conocer qué tierras aprovechar según los cultivos que son de ciclo corto”. 

infantil
En las parcelas del círculo infantil hay sembrado lechuga, col, rábano, pepino, calabaza, entre otros cultivos de ciclo corto. / Fotos: Fabianny Hernández

SEMBRAR VALORES

Mientras la pequeña Lucecita narra cómo la maestra Daisy llevó un día tres carretillas hasta el huerto, y los ayudó a recoger las piedras que obstaculizaban el crecimiento de las siembras; María Regla, de quinto año, junto a otros amiguitos, va abriéndose paso entre las plantas nacientes. 

Ellos saben que en pocos días aparecerán los rábanos y las coles, y que a la hora del almuerzo podrán comer los tomates que ellos mismos ayudaron a cuidar. Más adelante, también tendrán acelgas, pepinos, lechugas, ajíes, habichuelas, plátanos y calabazas.

Aunque pudiera parecer una tarea bien sencilla regar o quitar las malas yerbas, Zapata Suárez le concede una gran importancia a la labor que desarrollan los niños. “Los pequeños ven que hay que preparar la tierra, sembrar, cuidar la siembra y si no lo hacen se darán cuenta de que no obtendrán ninguna cosecha. Así, además, se trabaja la responsabilidad, el amor por el trabajo, la amistad, el colectivismo, porque hay tareas que realizan de forma individual, pero también colectivamente. Y es una actividad que a ellos les gusta mucho.  

“Estas acciones son muy provechosas para que se eduquen, creen independencia, fomenten la voluntad, la laboriosidad, el deseo de hacer algo hasta el final; a la vez que están aprendiendo que para obtener un resultado hay que trabajar en función de ello”, reconoce. 

Alguien que también ha acompañado este proceso desde el principio y visto con entusiasmo cada uno de los logros es Madelín Estupiñán Hernández, enfermera del centro. Desde la puerta, nos habla de la importancia del consumo de hortalizas y vegetales desde tempranas edades. 

“Aprovechamos el espacio para enseñarles a los niños la importancia de ingerir frutas, vegetales y hortalizas; de cómo sus vitaminas y nutrientes los ayudan a crecer fuertes. De esta forma, vamos introduciendo hábitos de alimentación saludables desde los primeros años de vida, porque hay muchas familias que no los educan en esta cultura alimentaria tan beneficiosa”, comenta. 

Generalizar este tipo de experiencias en otros centros educativos, que dispongan de los espacios para la siembra de cultivos de ciclo corto, ha de mirarse con buenos ojos por los decisores de estas instituciones. Estrechar alianzas con la comunidad y las familias es también una buena alternativa para sumar voluntades. 

Estas prácticas agroecológicas, implementadas en muchos lugares del mundo, no solo contribuyen a reforzar la alimentación, sino también a engendrar valores que luego se convierten en estilos de vida saludables. En este sentido, los círculos infantiles son esos escenarios donde los niños encuentran no solo cuidado, sino también amor, formación y valores. (Por: Jessica Acevedo Alfonso y Fabianny Hernández, estudiante de Periodismo)

Lea también:



Recomendado para usted

Foto del avatar

Sobre el autor: Jessica Acevedo Alfonso

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *