Pocas veces se aborda la faceta bromista de Jesús Menéndez de la cual han dejado amplio testimonio sus contemporáneos. En el aniversario de su natalicio, el 14 de diciembre, queremos evocar una broma esta vez algo más seria, que le hizo al hacendado Fowler, dueño del central Narcisa.
Cuenta un compañero de lucha de Jesús, dirigente azucarero de Las Villas, que se estaba discutiendo en las oficinas del dueño en la capital un aumento de sueldo. Transcurría la semana santa y el hacendado pospuso la discusión alegando que tenía que ir a la entonces Isla de Pinos a cazar cotorras.
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Ante semejante desprecio a los reclamos de los obreros, Jesús le dijo: “Bueno, tráenos una cotorrita, pero no de allá sino de aquí, porque vas a tener noticias de nosotros antes de que caces tus cotorras pineras”.
Y así fue, recuerda el testimoniante. Paramos el central que tenía el batey lleno de cañas. El caso fue que el hacendado tuvo que venir enseguida de Isla de Pinos y cuando volvió tuvo que continuar la reunión que había suspendido por su cuenta. Jesús dijo entonces, aludiendo a las razones que Fowler tuvo para ausentarse de la reunión: cazar cotorras: “Esta reunión no puede concluir hasta que tú nos entregues la ‘cotorrita’, como les llamó a las demandas de los obreros del central.
El hacendado parecía una fiera. Tuvo que suspender sus vacaciones de semana santa y los trabajadores consiguieron sus demandas.
(Tomado de General de las Cañas, de Gaspar Jorge García Galló)