Cada mañana Andrés Díaz se adentra al Valle del Yumurí en busca de plantas que alivien enfermedades y purifiquen el cuerpo de las personas que lo necesiten.
Devoto de Osain, quien rige la naturaleza, siendo en sí la naturaleza misma, Andrés recorre decenas de kilómetros en un vínculo casi místico entre el monte y las deidades ararás, que pudiera ser catalogado como ciencia por los tantos saberes que atesora.
Sobre los secretos de las plantas y el viejo oficio del yerbero versa este nuevo capítulo de Matanzas Incógnita.