En días recientes se dio a conocer el equipo Cuba de béisbol que participará en los venideros Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, previstos para celebrarse desde el 23 de junio hasta el 8 de julio.
Como es habitual en nuestro país, donde el pasatiempo nacional es más que un deporte, los aficionados defienden sus criterios y puntos de vista siempre con un interés común, que es alcanzar a ver el mejor rendimiento en eventos internacionales.
El conjunto de las cuatro letras despierta gran polémica entre los espectadores, especialistas y conocedores de la dinámica, dejando una gran incógnita sobre la función que cumple nuestro certamen doméstico.
En la actualidad, la Serie Nacional se encuentra en una de sus peores ediciones teniendo en cuenta el nivel organizativo, baja calidad en las transmisiones televisivas, poca afluencia de público a los estadios, entre otros factores que generan una gran preocupación para los seguidores de las bolas y los strikes.
Este año no se llevará a cabo el Juego de las Estrellas que premia los resultados de los jugadores más destacados en la liga. Tampoco se efectuará la gala habitual al finalizar la serie. El único matiz especial era la conformación del equipo cubano que nos representará en dichos juegos.
Los representantes de la selección están repartidos entre jugadores que están bajo contrato de la Federación Cubana de Béisbol en ligas foráneas y otros que incursionan en la atípica Serie Nacional 62.
La ausencia de nuestra nación en podios internacionales se ha hecho notar en los últimos años, aunque también es cierto que estas razones no pueden afectar las decisiones tomadas por los directivos de la comisión y conviene ser lo más justos posible con aquellos deportistas que se lo merezcan.
¿Acaso los Juegos Centroamericanos y del Caribe constituyen un campeonato con la necesidad de excluir a varias figuras que han sido clave para sus respectivas provincias y lucieron muy bien este año?
Anteriormente se ha criticado la poca ofensiva mostrada por los peloteros cubanos en distintas competiciones. Es por ello que saltaron las alarmas cuando Osday Silva, líder en jonrones y carreras impulsadas de la presente campaña, no fue convocado a la justa caribeña.
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La juventud no siempre se tiene en cuenta a la hora de conformar un equipo capaz de imponerse en un escenario determinado. Esto no hace que el olvido de un candidato serio a llevarse el galardón de Novato del Año se libre del debate en diferentes áreas, ya que posee números impresionantes y merecedores de incluirse en desafíos superiores. En este caso nos referimos al lanzador derecho del equipo de Industriales, Rafael Perdomo.
Por otra parte, la exclusión del Team Cuba a los Centroamericanos de peloteros con sobrada experiencia que siguen descosiendo la bola en nuestra lid, como sucede con el tunero Yordanis Alarcón, actual líder de los bateadores, es también objeto de críticas.
Entendemos que en nuestro ADN, en lo que respecta al béisbol, siempre se quiere ganar. La escasez de resultados en los últimos años a nivel internacional condiciona la razón de hacer un equipo capaz de obtener el primer lugar en cualquier competición.
El deseo de ver al seleccionado cubano en la cima del béisbol a nivel mundial no significa que se tenga que dejar de lado a los atletas que incursionan en el mayor torneo nacional de la Isla.
¿Convertiremos la Serie Nacional en una cantera de exportación de peloteros para que vayan a jugar fuera del territorio? ¿O será el torneo donde los más destacados puedan ser premiados y recompensados por su sacrificio y esfuerzo diario con la oportunidad de representar a su país, vistiendo la franela del Team Asere?
Esperemos que de cara a eventos futuros se establezcan cambios en el patrón de selección y concentración de estos jugadores, logrando así los resultados ansiados por el pueblo cubano, puesto que empleando la misma fórmula en años anteriores no se han conquistado lugares satisfactorios.
(Por Oscar David Piñera Guillot y Samuel Francisco Montero Parejo, estudiantes de Periodismo)