El racismo que se oculta tras una sirena

No por ser un tema tan llevado y traído en los últimos días, está agotado del todo el barullo con “tufito” racista en torno al más reciente estreno de los estudios Walt Disney. Más aún cuando hace poco se publicaron varios titulares ofensivos contra la protagonista (otros más), donde a un medio de prensa le pareció genial resaltar los glúteos y los brazos musculosos de la actriz y cantante afrodescendiente Halle Bailey durante la premier de La Sirenita.

Sin sutileza alguna, disímiles sitios digitales publicaron sobre sus atributos físicos; de tan ofensivos, al final fueron retirados los titulares de la red, para luego maquillar semejante desatino con un matiz mesurado, donde destacaban la tonificación de su cuerpo mediante ejercicios.

Si bien el mundo del espectáculo y las alfombras rojas se alimenta de la banalidad, quizá sea la primera vez que lo más trascendental de un estreno se centre únicamente en el aspecto físico de la actriz, sin hacer alusión al tema principal: el filme en cuestión.

Ante semejante agravio lo justo sería las respuestas inmediatas sobre este ejemplo flagrante de cosificación sexual, donde todo se reduce a la apariencia física de la protagonista, minimizando así los valores artísticos, convirtiéndola además en una víctima de discriminación sexista. Pero hasta este momento muy pocos han cuestionado semejante actitud de la prensa.

Ello se suma al denigrante tratamiento mediático hacia la joven desde que los estudios Walt Disney anunciaron que encabezaría el elenco de la nueva producción que retoma el viejo clásico de 1989.

Desde que se conoció la noticia de la selección de una actriz de piel negra para el remake de acción real, se produjo una marejada de cuestionamientos cual si fuera producto de la ira del mismísimo Rey Tritón. 

Como argumento, los detractores exponen el total irrespeto al producto original de finales de los 80, en la falsa creencia de que La Sirenita nació del ingenio de los guionistas de Disney y no, hace más de 180 años, de la pluma del escritor danés Hans Christian Andersen.

Quizá sea también la razón por la que en 1989 pocos se exaltaron cuando los famosos estudios de animación crearon una versión libre muy diferente a la original, con final edulcorado, tendencia muy criticada por teóricos de la comunicación ante la prominencia de princesas desvalidas que solo alcanzarán la plenitud al ser rescatadas por un príncipe.

Pero tales estereotipos machistas de la productora de animación no consiguen provocar tanta exaltación, siempre y cuando no se ose elegir como protagonista de sus historias a un personaje con color de piel diferente al que estipula el mainstream

Podrán alegar otras razones, pero el estupor causado responde a ese racismo solapado que tanto abunda por ahí, y que en esta ocasión se escuda en un ser mitológico, ¡que no existe!, y que pudiera representarse de cualquier color. Semejante revuelo solo permite desenmascarar uno de los antivalores que más daño hacen a la humanidad: la discriminación vigente por el color de la piel.

Sin duda, la problemática racial es un tema extremadamente complejo como para reducirlo al rechazo o no de la protagonista de una cinta; mas, este hecho en particular brinda herramientas suficientes para analizar uno de los grandes flagelos de la humanidad, que resurge cada vez con más fuerza.

Nadie con sentido común se atrevería a reconocerse racista, pero en las sociedades actuales existen suficientes ejemplos que demuestran que el mal pervive, algunas veces oculto y otras, demasiado evidente.

Al abordar el tema de la racialidad, pocos como Martí para desentrañar lo que ha representado ser negro a lo largo de la historia y definir la esclavitud como la “gran pena del mundo”. A más de un siglo de abolida, todavía persisten sus consecuencias.

Sería un error pensar que se ha superado el dolor y el horror del que fueron víctimas durante siglos los afrodescendientes. Las manifestaciones discriminatorias se reproducen cada día, muchas veces desde frases, actitudes, o simples chistes tildados como “inocentes” para algunos. 

El fenómeno puede resurgir con fuerzas, como ha sucedido en estos días con la mencionada producción cinematográfica. La situación ha llegado al punto de generar severas arremetidas racistas que rozan la violencia verbal.

Y si alguno de los detractores piensa a estas alturas que sus críticas son inocentes, basta con leer los pronunciamientos de la propia actriz que no se ocultó para manifestar que: “Ver la reacción del mundo definitivamente me dejó en shock”, aunque reconoció que una parte en ella esperaba algo así. 

Por suerte, agregó que le llegaron felicitaciones y apoyo de muchas familias afrodescendientes, quienes de seguro agradecen el poder disfrutar de un protagónico con su mismo color de piel al frente de una gran producción, como pocas veces sucede.

Mientras abundan los detractores de una sirenita negra, pocos se tomarán el trabajo de enumerar los personajes afrodescendientes que han protagonizado las historias de una compañía con un siglo de existencia. Sobrarían los dedos de una mano.

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Sobre el autor: Arnaldo Mirabal Hernández

2 Comments

  1. Yo siempre he sido enemigo de la aplicación de ciertos términos, y descreo del que han dado en llamar «inclusión forzada». Eso sí, me llama la atención que me llegan más textos con ese término que denunciando la exclusión, que es mucho mayor que las escasas obras de arte con protagonistas de minorías étnicas. Ante el revuelo causado por la selección de Halle Bailey para liderar el nuevo proyecto, las personas deberían estar alarmados de que esta sea la segunda ocasión en que disfrutaremos de una protagonista afrodescendiente en el siglo de existencia de Disney. En la larga filmografía de estos estudios nunca nadie se preocupó, a estas alturas tampoco, en el poco interés prestado a hacia las historias protagonizadas por negros. Aclaro que existieron reyes negros, y majestuosos imperios en África, pero esa parte de la historia aún hoy cuesta verla reflejada.
    También pienso en las tantas culturas no eurocéntricas y con mucha más historia, donde también se narraban mitos de sirena, pero esas leyendas permanecen en el anonimato porque a la gran industria del entretenimiento solo le es permitido contar historias protagonizadas por personas con rasgos europoides.
    Ahora cuando te leo, veo que destacas la voz de la joven, y me pregunto si no será también una forma de reproducir cierto estereotipo también discriminatorio donde de los negros, sobre afronorteamericanos, solo se destaca su buena voz y aptitudes para el deporte. ?acaso no tuvo un buen desempeño actoral? ?por qué solo destacar su cualidades vocales?

  2. Hay algo que me he estado preguntando. Y es el hecho de que la transformación de un personaje que ha marcado la infancia de muchos niños no solo desde su estreno de 1989 sino que ha perdurado incluso hasta nuestros días en que los niños actuales aún disfrutan y marcan una niñez con esta maravillosa película, sea identificado como racista porque la actriz no se ajusta al estándar original con la que fue creada.

    Hay algo cierto y no puedo negar, la muchacha es hermosa y tiene una voz tan fantástica que la verdad la primera vez que la oí en los primeros teaser de la nueva adaptación enseguida mi cabeza explotó y mi corazón se encendió. Soy amante de la música y las canciones de Disney, las amo. Y mi reacción a la voz de Halle Bailey al interpretar Part of your world (Parte de él – traducción tradicional de la canción) ahí supe que su interpretación fue unas de las cosas más lindas que he escuchado.

    Si embargo, aún me queda un leve sabor amargo por decirlo metafóricamente, de que el cambio de la actriz que no luce igual al del animado que dió orígen, me choca. Porque no es una vía de representar a las personas de color en una película, sino que es una forma de la compañía hacer más dinero con la polémica y la inclusión forzada.

    Entonces no estamos hablando de live-action, porque esa denominación es para las películas que son llevadas del dibujo animado a la interpretación por personas reales tratando de llevarlo a los detalles más cercanos posibles al animado.

    La verdad me hubiera gustado que la protagonista hubiera sido lo más parecido a la sirena animada. Pero, Halle ha demostrado que fue una buena elección para la interpretación de este papel.

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