Desde finales de 2022, la colombina Yarianna Santana Navarro (calle Maceo, No. 229, entre América Arias y Moncada) realiza gestiones para llevar el agua potable a su hogar.
Promesas incumplidas, evasivas y silencios han sido las respuestas de las instituciones a donde se ha dirigido en busca de ayuda.
Lamentablemente es un esquema recurrente, generalizado de manera alarmante, incluso más allá del territorio matancero, aun cuando la Atención a la Población por las entidades estatales y el Gobierno es derecho constitucional del ciudadano, a más de suceso de extraordinario significado político, por tratarse de una valiosa fuente de información que casi siempre señala problemas, dificultades, errores y, bien utilizado, se convierte en instrumento para transformar métodos y concepciones de trabajo, en aras de elevar la calidad de los servicios en determinado sector.
Atender al pueblo y sus planteamientos diversos es tarea de suma prioridad, que no puede interpretarse como simple trámite burocrático o favor, pues las personas están amparadas legislativamente para dirigir quejas y peticiones a las autoridades, cuyo deber supremo es tramitarlas con celeridad y emitir respuestas pertinentes, según establece la ley.
Hoy publicamos el relato de la vecina de la zona No. 3, circunscripción 96, Consejo Popular Este, que desde hace varios meses no tiene agua en su morada y, cuando llega, resulta imperceptible.
“Las visitas a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado fueron varias, de igual modo al Gobierno (local), donde recibí como respuestas: que deje la queja.
“En otra ocasión, un funcionario gubernamental manifestó que no abastecían con pipas porque no estábamos en la lista, dato incierto pues verificamos lo contrario. Luego de excesivas peticiones, accedieron a llenar algunos recipientes en una casa habitada por dos ancianos con demencia senil.
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“Conocemos las dificultades, pero si quienes atienden una actividad tan vital no le ponen corazón, entonces los problemas se acrecientan. Se habla de colocar una acometida que, a la postre, no sabemos si se realizará”.
En el escueto informe de Boris Martínez Márquez, intendente del Órgano del Poder Popular en Colón, se afirma que en la cuadra donde reside Yarianna no existe red de acueducto, y la vivienda la abastece un ramal por el fondo, donde coexisten otras instalaciones, motivo que obstaculiza la presión del líquido.
“Proponemos independizar el domicilio (de la remitente) y reconectarlo por la calle América Arias, esquina a Pasaje 19, en la parte posterior del inmueble. La cliente posee los recursos materiales indispensables para acometer la obra. Solo resta el permiso para los trabajos en la calle”.
Deseamos que cuando esta publicación vea la luz, el resultado sea el que anhela Yarianna, por el bien de toda su familia además. No obstante, restan otros asuntos pendientes por resolver en el Poder Popular de la ciudad con nombre de almirante: el burocratismo, la pésima atención al problema, el engaño; de lo contrario la lectora no hubiera gastado su tiempo en escribirnos.
