El Che y Camilo protagonizarían una de las acciones memorables de nuestra última gesta libertaria. Se retomaba una idea mambisa llevada a cabo en la Guerra Necesaria por los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo: la invasión.
La idea, concebida por el Comandante en Jefe, era estratégica: extender la lucha al centro del país y lograr la unidad en Las Villas, así como interrumpir las comunicaciones e impedir las elecciones.
Rebeldes con collaress de santajuanas, barbudos con la Virgen de la Caridad al cuello como talismán para espantar la muerte en el combate, partieron del Caney de Las Mercedes, en agosto de 1958.
Las columnas 8 Ciro Redondo y 2 Antonio Maceo, dirigidas por los comandantes Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos, respectivamente, se dispusieron a atravesar el país .
Los hombres mal comidos, mal vestidos, enfermos, callosos, extenuados, maltrechos cansados… despues de haber sorteado un ciclón, lluvias, soles, fango, noches, esquivar al enemigo, por fin vieron la mancha azul que se alzaba en lontananza: El Escambray.
Las Villas era la meta
Al arribar el 17 de octubre a Las Villas se iniciaría la lucha en poblados y comunidades de esta zona de Cuba.
Llegar a Las Villas era la meta. Para Guevara la victoria empezó a tejerse cuando la tropa recobró la fe en la victoria al vislumbrar el macizo montañoso de Guhamuaya.
El campesino José González ha contado esa historia. Su padre Emeterio González recibió al argentino en la finca Las Piñas, en Güinía de Miranda, en lo más intrincado de la geografía villareña.
Desde ese mismo momento, el jefe guerrillero comenzó a preparar el ataque al cuartel del poblado, el que se había intentado tomar sin éxito por las tropas que operaban en la zona.
Para tomar el cuartel, Guevara se interesó por algunos datos: la distancia que había entre la finca y el cuartel, el tipo de construcción de este, la cantidad de soldados…
Se sabe del bazucazo decisivo que el propio Che realizó sobre el cuartel, pasando por dentro de las casas aledañas y que determinó el triunfo.
Fue esa la primera victoria del Ejército Rebelde, en particular de las topas que operaban en aquel momento en el Escambray.
El Che sirvió de médico, atendió los heridos de ambos bandos. Esta acción la describió como un combate poco rentable, pero útil porque levantó la moral de los combatientes.
La autoridad de un jefe
Fue este el momento en que se consolida la autoridad del jefe guerrillero en la zona: creó la escuela de reclutas, organizó la tropa, estableció la comandancia en Caballete de Casas e inició las conversaciones que culminaron con el Pacto del Pedrero. Se gestaba así la unidad en Las Villas .
Varios combatientes han reconocido que fue una suerte la llegada de Guevara a esta parte central de Cuba porque la desunión y desavenencias entre los grupos laceraban la lucha revolucionaria.
El comandante del Ejército Rebelde Víctor Bordón rememoró la impresión que le causó aquel hombre cuando se entrevista por primera vez con él.
“Cuando llegué a la finca Las Piñas vi ante mí a un tipo de hombre que no conocía, que yo no lo había visto ni tratado nunca: profundo, comandaba una columna, no era cubano, asmático y lo mandaba Fidel. Tomó medidas, me degradó, pero no hubo discusión y le dije: ‘me quedo con usted’, mi tropa no entendía, pero todos acataron».
Las Villas era polvora y fuego
El 16 de diciembre de 1958 el Che decide derribar el puente del poblado de Falcón, acción prioritaria para interrumpir el tránsito hacia el oriente del país.
Para derrumbar la mole de hierro que se levantaba en la Carretera Central sobre el río Sagua la Chica, el pueblo ayudó con antorchas y equipos de soldaduras, quedando incomunicado el poblado con Santa Clara, lo que posibilitó la posterior liberación de Placetas.
Se sabe que el Che, luego de la destrucción del puente, se dirigió al pueblo exhortándolo a que continuaran la lucha por el derrocamiento de la tiranía y que varios de sus habitantes se le unieron a la columna.
Después de Falcón, el Ejército Rebelde no da tregua al enemigo: ataca Fomento, Cabaiguán, Guayos, se está listo para llegar a Placetas.
En Cabaiguán el Che se fractura el brazo y en Placetas estableció su comandancia en la habitación 22 del hotel Las Tullerías.
En poder rebelde estaban también Báez, Manicaragua, Ranchuelo, Santo Domingo y Camajuaní prefirió rendirse.
En Placetas los soldados se concentraron en tres lugares fundamentales: la Colonia Española, la azotea del teatro y los elevados, esta última la más importante.
Segun declaraciones de testigos y protagonistas, los guardias tenían una trinchera en la que colocaron una ametralladora que protegía el frente del cuartel. Se recuerda que el Che se personó, llamó al capitán Roberto Rodríguez “El Vaquerito”, para concentrar el fuego, luego se atacó de frente. A las 2 de la tarde del día 23 de diciembre se libera Placetas.
Tableteos de ametralladoras por parranda
Es conocido que el 24 de diciembre San Juan de los Remedios realiza su tradicional parranda, una de las tres fiestas populares cubanas.
Ese día de 1958, Remedios suspendió la fiesta tradicional, no obstante hubo parranda de victoria con polvora y metralla. Los parranderos sustituyeron su fiesta por el tableteo de ametralladoras.
La Puerta de Hierro, lugar cercano a la entrada del pueblo donde residía la familia Fuentes, fue el lugar escogido por el Che para organizar la toma de la Octava Villa fundada por los españoles en Cuba, allí se sentó en una piedra y envió una nota al capitán Emérido Mariño donde daba la orden de ataque.
El documento dice: «Emérido, vete al cuartel con precaución, estos milicianos te guiarán. M- 26 -7, Che».
Aquel triunfo tenía el mismo sonido ensordecedor de la fiesta parrandera, la que también huele a pólvora y tiene banderas muy propias de sus barrios San Salvador y El Carmen.
Esta vez como estandarte los barrios decidieron desplegar desde la torre de la Iglesia Mayor una inmensa bandera del 26 de Julio que ondeó como símbolo de victoria.
Con postetioridad el 26 de diciembre de 1958 se toma Caibarién. Mientras esto sucedía el Comandante Camilo Cienfuegos actuaba en la zona Norte, tomaba posiciones y cercaba Yaguajay. Se actuó también en Zulueta.
Al Che le quedaba Santa Clara. Cumplía las indicaciones dadas meses antes. Había cumplido con Fidel.