Mucho antes de que sonara la voz de play ball, la primera Liga Élite del Béisbol Cubano andaba por derroteros equívocos que no conducían a buenos resultados y mucho menos captaban la atención de los aficionados.
Desde los nombres poco atractivos de los seis equipos involucrados hasta el retraso en la fecha de inicio, por falta de recursos que ya habían sido anunciados como garantizados, y muchas otras incoherencias, llevaron a que hoy veamos poco entusiasmo por asistir a los estadios y seguir el certamen por diversas vías.
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Uno de los elementos que llama la atención en lo que va de competencia es la gran diferencia que se ha establecido entre el primero y el último de la tabla de posiciones, cuando en un torneo donde se concentra la calidad debería ser más reñida la carrera por la clasificación.
Los Agricultores (Granma, Las Tunas) han arrasado en sus apariciones y descansan en la cima con 11 ganados y 2 perdidos; mientras, en el sótano decepciona constantemente el conjunto de Portuarios (Mayabeque, Industriales), con solo 2 sonrisas al cierre de este trabajo.
El equipo Centrales, recordemos que compuesto por los mejores peloteros de Cienfuegos, Villa Clara y Matanzas, no abrió con el pie derecho. En las primeras subseries comenzaba a preocupar el balance negativo entre ganados y perdidos.
El picheo se comportaba como el mejor departamento de manera general; mientras la ofensiva claudicaba con hombres en circulación y los batazos de largo alcance eran como perlas en el desierto.
Todo comenzó a cambiar hace pocas jornadas. El pasado fin de semana frente a Portuarios se aprovechó casi todo lo que el equipo más endeble de la Liga regaló a los naranjas y la racha aumentó 4 rayitas al hilo.
Un nombre resalta entre los más destacados madero en mano. Y es que no resulta extraño que Yadil Mujica se entregue en cada juego y hoy sea el líder entre los bateadores con un average de 426, 20 imparables, 8 carreras impulsadas y un OBP de 447.
El número 1 sigue calmado en el home plate, como es costumbre. Tiene en su haber 2 bases por bolas e igual cantidad de ponches, mientras ha encontrado 14 corredores en posición anotadora y ha impulsado 7 (50 % de efectividad). Tres veces ha logrado el empate o la ventaja para su equipo. Más allá de los números, siempre resulta un placer ver al abre fuegos de los Cocodrilos hacerlo casi todo bien al campo y admirar su destreza y versatilidad.
Por los del centro también destacan a la ofensiva Julio Enrique Miranda (400) y Ariel Sánchez (348); este último también compite entre los mejores del equipo en carreras impulsadas, con 7, mientras que Pavel Quesada contabiliza 5 empujadas y un average de 357.
Los lanzadores de este competitivo conjunto presentan un PCL de 2,10, el segundo más bajo en lo que va de torneo, y el WHIP de 1,14 muestra a las claras que aprovechar la eficiencia de este staff de lujo es tarea de orden.
Defensivamente los nuestros no andan muy bien. Creo que ahí radica parte de los obstáculos que enfrentan para mantener la ventaja en un partido. Y es que los 11 errores que contabilizan y el promedio no son números dignos de lo que pensamos es el techo del béisbol cubano, aunque ya estemos acostumbrados a una Serie Nacional con serias dificultades en este aspecto.
En este acápite también cuentan aquellos errores que no se apuntan, como los lances que se podían realizar con mayor precisión y fabricar los outs necesarios, ya sea para matar un inning o cortar el ímpetu de los rivales.
Madera para sortear un mal comienzo es lo que sobra en un equipo donde el grueso de los jugadores son subcampeones de la 61 Serie Nacional y el cuerpo de dirección es de los más experimentados en los campeonatos domésticos.