A veces la vida te sorprende y te regala la oportunidad de degustar un buen café mañanero, de esos que te espabilan y sacuden cualquier resto de soñoliencia producto de algún apagón, junto a una escritora de renombre como Marilyn Bobes, quien ostenta la condición de haber ganado el premio Casa de las Américas en dos ocasiones, entre otros tantos reconocimientos.
Al principio sufres cierta timidez y no sabes cómo iniciar la conversación con una personalidad que tanto admiras. Pero como suele suceder con los grandes talentos, la escritora romperá el hielo alabando el buen café que preparan en la Casa de la Memoria Escénica, en esta ciudad.
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Luego entenderás que ella se encuentra un tanto apenada por los elogios que le han tributado en una ponenecia sobre su obra en la Sala Abelardo Estorino, a escasos metros de la mesa que comparten.
«Amo esta ciudad, es quizás la única provincia que visito porque me cuesta desprenderme de mi perrita y de mis cosas, mas aquí siempre me siento tan bien que es una especie de sanación. Yo no me merezco tanto», asegura, mientras se lleva la taza a los labios y bebe un sorbo. Luego extraerá un cigarro y le acerco la fosforera.
«De mis grandes placeres, el café, el cigarro, también leer y disfrutar filmes de calidad», algo que siempre hace en casa junto a su perrita Amy, nombre que rinde homenaje a la cantante británica Amy Winehouse, que sufría cada canción que interpretaba.
Algo así sucede con la escritora y la poesía. Aunque pudiera presumir de una obra poética prolífica, asegura que sufre cada verso. «Eso sí, la poesía me sale así como un golpe, cuando escribo me puede salir un libro completo en un semana. Es un estado de ánimo especial, como si alguien me estuviera dictando cosas».
«Siempre digo que la poesía me escribe», y para agregarle má lirismo a la mañana, me asegura que la soledad es su amante. Y uno se pregunta cómo alguien tan accesible y comunicativa puede preferir la soledad como aliada. Luego me aclara que también disfruta la compañía de amigos.
Quizás por eso se le vio tan a gusto en estos días en la Atenas de Cuba, cuando se le dedicara la más reciente Jornada del Premio Fundación de la Ciudad 2022, en el cual se le otorgó el Premio Honorífico.
Este momento junto a tantos escritores de renombres y buenos colegas representa para ella una especie de reinserción a la vida social y literaria. «Después de la covid yo me he quedado bloqueada respecto a la escritura, nada más que escribo periodismo… déjame ver cuando me baja otra vez la musa inspiradora», comenta con una sonrisa.
Aunque hace algunos minutos el intelectual Virgilio López Lemus alabara su poesía, ella asegura que se siente más narradora que poeta. «Me siento más cómoda con la narrativa, la poesía aunque alguien piense que me sale fácil, paso mucho trabajo a la hora de pulirla. Con la narrativa en cambio me siento más a gusto, quizás por el oficio del periodismo. Disfruto mucho escribir prosa, a la poesía la sufro en cada verso».
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