El museo Oscar María de Rojas, ubicado en Cárdenas, Matanzas, es un punto de referencia ineludible para quienes llegan por primera vez a la llamada Ciudad Bandera, pero también tiene mucho que mostrar a aquellos residentes interesados en redescubrir un escenario en apariencia conocido, este verano.
Un prolongado período signado por el azote de la COVID-19 hizo mella en la relación de la institución cultural con su público, pero los más fieles vuelven a las salas para reencontrarse en un sitio siempre abierto a la comunidad y que forma parte de su idiosincrasia.
Atraer visitantes, especialmente niños, durante la presente temporada estival es un propósito compatible con una de las misiones fundamentales del segundo museo más antiguo de Cuba: preservar la raíz histórica de la localidad y lograr que más personas se interesen por el tema.
Para el museólogo Jesús Leonardo Gómez Álvarez la pandemia trajo consigo el cierre temporal, y con este, la desaparición de varios espacios destinados a propiciar encuentros entre diferentes grupos con intereses afines, como las personas de la tercera edad.
Este caluroso agosto ofrece la oportunidad tan esperada de retomar actividades como la denominada Amigos del Museo, concebida fundamentalmente para los abuelos y las abuelas aunque no de manera exclusiva, en la que es posible combinar el diálogo con el conocimiento.
Muy común resulta atravesar el parque José Antonio Echeverría, frente a la Casa Natal del líder estudiantil, y percatarse de que el gran portal del “Oscar María de Rojas” luce tomado por el público, muchas veces niños entretenidos en juegos o exposiciones de dibujos.
Pero a quienes se animen a conocer la institución les aguardan salas llenas de maravillas y tesoros, desde una cabeza reducida por nativos americanos hasta la mascarilla mortuoria de Napoleón Bonaparte, la mayor colección de mariposas existente en Cuba e incluso una impresionante muestra de armas del mundo.
Entre tantas reliquias valiosas del pasado a quienes laboran en el “Oscar María de Rojas” les enorgullece en particular la recopilación de objetos ligados a la vida y obra del Héroe Nacional José Martí, única y preciada, que incluye piezas de valor incalculable.
Aunque es difícil escoger, Gómez Álvarez admite sentir una devoción especial por la tribuna construida por los obreros tabaqueros con recortes de cajas de puros, desde la cual habló El Apóstol a los emigrados para sumarlos a la Guerra Necesaria (1895-1898).
Tiene un gran significado para los lugareños cada pertenencia del mambí relacionada con el rol de la Brigada Cárdenas, dirigida por el hermano del fundador del museo, Carlos María de Rojas, patriota insigne de la localidad, con un rol destacado en numerosas acciones durante la contienda de 1895.
La institución fundada en el año 1900, declarada Monumento Nacional en el 2000, ofrece también al visitante la oportunidad excepcional de contemplar colecciones de arte, numismática, zoología, etnología, arqueología, geología y otras ciencias.
Ubicado en la ciudad de Cárdenas, a unos 140 kilómetros al este de La Habana, el inmueble forma parte este verano de las tan esperadas rutas culturales en la occidental provincia, una buena ocasión para fortalecer su vínculo con la familia y la comunidad.