En el Parque de la Libertad unos overoles rojos llaman la atención de quienes lo atraviesan este sábado en la tarde.
Una señora mayor pasa por el lado mío y me pregunta si son bomberos. Le digo que no, que son de la Cruz Roja. Es un homenaje para ellos.»Bien merecido. Bastante hicieron por nosotros», me contesta.
Muchos de ellos, provenientes de Mayabeque, Artemisa, La Habana y de aquí, la tierra que tuvo a Cuba en vilo una semana roja llama regresan a casa.
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Sin embargo, como es de olvidadizos e irreverentes quien no le brinda honor a quien lo merece, como nos enseñó Martí, el pueblo matancero que nunca ha sido ni olvidadizo ni irreverente, le ofreció el justo homenaje.
Aún algunos con las botas sucias con una costra de crudo y polvo de la Zona Industrial, recibieron las congratulaciones y el respeto de las principales autoridades políticas y gubernamentales de la provincia.
«Hoy estamos tristes, pero celebramos la vida», afirmó Judith Rodríguez Reyes jefa del grupo de la Cruz Roja Matanzas en su alocución.
La cual cerró con uno de los lemas de «Como decimos nosotros todos entramos, todos salimos», porque ningún se queda atrás, ningún hombre se olvida, ningún hombre se abandona.
Por ello también las diferentes delegaciones hicieron un minuto de silencio por sus hermanos bomberos que no regresaron. No obstante, el mayor homenaje es los de quienes, como la señora y la nieta, y otros que se acercaron al acto, la reverencia de una ciudad agradecida.