Fotos: Ramsés Ruiz Soto
Caperucita roja, rojita llega a la Sala Papalote durante este y el próximo fin de semana de julio, para que los matanceros puedan disfrutar del verano con el colorido y la alegría de los títeres.
Esta puesta en escena, escrita y dirigida por René Fernández Santana, cuenta con las actuaciones de Migdalia Seguí, Mariam Costa, Pedro Rubí y Adrián Calderín.
Se trata de una pieza hilarante de principio a fin, que mantiene a la sala en vilo, pendiente de las peripecias del lobo «camaleónico porque come queso, camaleónico porque salta en zancos y camaleónico porque baila el mambo».
La historia de Caperucita ha sido una constante en el devenir de la compañía matancera desde sus inicios en los años 60. René Fernández Santana ha escrito cuatro versiones de la misma, la última es la que se presenta por estos días.
«Todas intentan mantener la esencia del clásico, que es en definitiva lo que más interesa a los niños¨, afirma el maestro René. «Esta en particular muestra lo importante que es cuidar a los abuelos y también que los niños deben saber que hay muchos lobos sueltos».
Una de las virtudes de la obra es, justamente, recontextualizar la tradicional historia en el ámbito de una familia cubana cualquiera, bullanguera, divertida pero igualmente un poco desordenada, imperfecta, permeada de conflictos que los niños pueden reconocer en su propia cotidianeidad.
Los tradicionales personajes, viejos conocidos de todos, hacen que la conexión con el público sea inmediata, sin embargo, a medida que avanza la obra, afloran los matices de que los dota la original visión de Fernández Santana.
Caperucita roja, rojita nos regala la ocasión para disfrutar de un clásico que cobra nueva vida en la propuesta de Papalote, representado con inteligencia, agudeza y sumamente divertido.
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