El 13 de julio del 2021 me encomendaron recorrer la ciudad de Cárdenas junto a varios colegas de profesión. Aún se respiraba cierta tensión en el ambiente, que incluso hacía presa del reducido equipo de periodistas del semanario Girón. Viajábamos hasta la Ciudad Bandera, para constatar hasta qué punto era cierto el nivel de destrozos del que se hablaba.
La parquedad era evidente entre el grupo. Como a tantos cubanos, aún nos golpeaban la psiquis las escenas vividas los días anteriores. Éramos víctimas de un episodio de estrés postraumático. Los propios medios internacionales reconocían que en Cuba, a diferencia de los demás países de este hemisferio, no eran habituales las protestas, mucho menos de esa magnitud.
Bastaba recorrer las arterias comerciales de Cárdenas, para comprender la envergadura de los daños ocasionados. En varias tiendas se podían apreciar los tablones taponeando la ausencia de las vidrieras. Un hecho que nos ratificó, nada más llegar, que en esa urbe no hubo manifestación pacífica.
Luego, asumiríamos la parte más difícil de la jornada entrevistarnos con las víctimas del odio desmedido que campeó a sus anchas por ese lugar, desatándose no solo contra los vidrios, sino también contra las personas. El nivel de ensañamiento llegó a tal punto que apedrearon las salas del hospital pediátrico.
De supuestos pacifistas, se transformaron en vándalos que saqueaban las tiendas sin miramientos, casi con desparpajo. Pero de esos sucesos la prensa extranjera apenas habló, aún hoy se empeña en omitirlos.
Muchos de nuestros enemigos creyeron que había llegado el justo momento por el que han aguardado desde hace seis décadas. Y como pocas veces acontece en el mundo, la compleja situación en Cuba se hizo viral. Las trasnacionales de la información se hicieron eco en una coordinada campaña de desinformación, que confundía a los que marcharon a favor de la Revolución con los que arremetían contra el Estado cubano.
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Al unísono, comenzaron a circular videos de jóvenes asesinados por una supuesta represión. Como por intervención divina, a una presunta víctima de disparos por parte de la policía, en su propia casa, se le vio caminando sin ninguna dolencia tiempo después en la televisión nacional.
Cuando la calma regresaba a nuestras calles, desde otras ciudades del mundo, un grupito escaso y bilioso de cubanos abogaban por una intervención norteamericana. Arrojaban el disfraz de una vez, para mostrar todo su rostro lacayuno e inhumano.
Gracias a la denuncia de varios comunicólogos se supo que los sucesos del 11 de julio respondían a una campaña bien orquestada, que perseguía crear en Cuba un rebrote de lo conocido como Primavera Árabe; aquellas manifestaciones populares que estremecieron al Medio Oriente y que de espontáneas tuvieron bien poco.
Desde semanas previas al 11 de julio, en las redes sociales se posicionó una matriz insidiosa, con el llamado a crear un corredor humanitario. Se trataba de acelerar el cambio de régimen que tanto esperaban, y que creyeron viable ante la cruenta situación que vivía la Isla, con un relevante agravamiento pandémico y el recrudecimiento de las sanciones de la administración de Trump.
Durante esos días difíciles, influencers de fama internacional miraron para Cuba, respondiendo a la creciente campaña anticubana desatada, y, sin saber tan siquiera las coordenadas geográficas de la Isla o su realidad, comenzaron a repetir la etiqueta #SOSCuba y a cuestionar a nuestros máximos dirigentes.
Entonces, sobrevinieron las marchas de aquel domingo caluroso de julio, que, si bien algunas fueron pacíficas en un primer momento, quedó suficiente material que demuestra que muchas desembocaron en todo lo contrario.
Faltan horas para cumplirse un año de aquellos sucesos. Como siempre, en Cuba reina la paz; esa paz que nos singulariza en el resto del mundo, aunque algunos trasnochados se desvivan por reescribir esos días de tensión; mas, se quedarán con las ganas por mucho que aticen el contexto. El pueblo cubano entendió que la paz es el camino, solo en paz podremos sortear las dificultades.
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Fraterno Arnaldo:
La paz es el camino, sí, pero es el de la paz conquistada. Con tu permiso y el de JARL, cuya modestia le impide solicitar que lo que escribió sea publicado, yo lo solicito por él, pues un grande me dijo una vez que, para defender nuestra Revolución, para tomar cualquier arma y empuñarla, no hay que pedir permiso, entonces, transcribo sus palabras
«LO QUE SE CONMEMORA HOY- 11 DE JULIO DE 2022 – , ES EL Imer ANIVERSARIO DE LA VICTORIA DEL PUEBLO CUBANO SOBRE LA SUBVERSION, LA VICTORIA DEL DECORO FRENTE A LA IGNOMINIA, LA VICTORIA DE LA VIDA SOBRE LA MUERTE, LA VICTORIA DEL AMOR SOBRE EL ODIO, LA VICTORIA DE LA CONSTRUCCION SOBRE LA DESTRUCCION, LA VICTORIA DEL PATRIOTISMO SOBRE LA TRAICION, LA VICTORIA DE LA ETICA SOBRE LA DESFACHATEZ, LA VICTORIA QUE SIEMPRE NOS ENSEÑO FIDEL A CONQUISTAR.
HOY DEBEMOS SENTIRNOS ORGULLOSOS DE NUESTRO PUEBLO, DE NUESTROS COMBATIENTES, DE NUESTRA JUVENTUD, QUE ESE DIA SE JUGO LA VIDA, PORQUE BIEN SABEMOS QUE DE PACIFICOS NO TUVIERON NADA LOS SUCESOS QUE DESENCADANERON GRUPOS DE ASESINOS, DELINCUENTES, ESCORIA, GUSANERA, Y EMBULLADOS DE ULTIMA HORA
HOY ES ADEMAS, UN MOMENTO PARA LA REFLEXION.
CIERTO ES QUE JUNTO A TODOS A LAS CAUSAS OBJETIVAS QUE SE CONJUGARON, — PANDEMIA CON UNA CEPA CRUEL, MUERTOS, DECENAS DE MILES DE INGRESADOS, HOSPITALES SATURADOS, TERAPIAS COLAPSADAS,SIN MUCHAS MEDICINAS DECISIVAS, CON BLOQUEO RECRUDECIDO, CASI SIN OXIGENO, CON APAGONES, DESABASTECIMIENTOS, SITUACION SOCIAL CRITICA — HUBO ERRORES QUE CONTRIBUYERON A LOS SUCESOS DE ESE DIA, DESCONEXIONES, FALTA DE INFORMACION, DESCUIDOS, DE ESO HEMOS SACADO EXPERIENCIAS SUFICIENTES.
LO MAS IMPORTANTE ES QUE EL PUEBLO CUBANO SALIO ALAS CALLES, PLAZAS, PARQUES, CAMPOS, A COMBATIR POR LA REVOLUCION Y NO IMPORTO LO QUE TUVIERA QUE OFRENDAR PARA SALVARLA.
ESA LECCION LA APRENDIERON – AUNQUE NO LO EXPRESEN NI LO QUIERAN RECONOCER- LA SNIESTRA CONJUGACION DE LOS ODIADORES, LOS ZANJONEROS, LOS PLATTISTAS, LOS ANEXIONISTAS, LOS AHIJADOS DEL IMPERIO, LOS BANDOLEROS,LOS CONTRAREVOLUCIONARIOS Y SUS PROMOTORES, LOS DESAGRADECIDOS, LOS ARREPENTIDOS Y LOS COBARDES-
SOMOS UN PUEBLO QUE HA RESISTIDO Y LO HARA EN CUALQUIER CIRSCUNSTANCIA
SOMOS LOS DIGNOS HIJOS DE CESPEDES, AGRAMONTE , MACEO, MARTI, MELLA, CHE , CAMILO , ALMEIDA Y FIDEL.
Y AQUÍ – COMO ELLOS SUPIERON HACERLO ,CADA UNO EN SU MOMENTO HISTORICO, – NO SE RINDE NADIE»